La Holando argentina es la vaca con la que tradicionalmente se identifica a la lechería nacional, pero lo cierto es que no es la única que existe en el país. Esa es la idea central detrás de un proyecto que lleva adelante, hace cinco años, la escuela agrotécnica Instituto Manuel Belgrano, en la localidad cordobesa de Pozo del Molle. Con un pequeño tambo y un rodeo de 14 vacas en ordeñe, la institución busca enseñarle a los alumnos la mixtura de razas que está presente en el territorio.
“La idea fue trabajar con distintas razas lecheras y mostrar todo. En un campo de seis hectáreas tenemos un tambo educativo de tres bajadas con retiradores. Los chicos hacen ahí las prácticas a campo. Tenemos Holando, Jersey, Montbeliarde y Kiwi Cross. En el país hay muchas razas, todas son útiles y tienen su propósito”, dijo a Bichos de Campo Fernando Bevolo, docente escuela a cargo del tambo.
-¿Cuáles son las características de cada raza? ¿En qué se destaca cada una?– le preguntamos.
-La Holando se destaca en la producción, son las vacas que mayor cantidad de litros producen. La Jersey es una vaca que tiene mucha más grasa y proteína que la Holando. La primera esta en 3.8% de grasa y la Jersey tiene hasta 4.7%. La Kiwi Cross es un cruzamiento entre la Holstein y la Jersey. Lo que se busca es una vaca parecida en tamaño a la Jersey y en calidad de leche, pero con la cantidad de la Holando. No es fácil hacer ese cruzamiento, hay que cruzar dos cosas buenas para que el producto salga bueno también. La Montbeliarde es una raza francesa, la segunda más importante en ese país. La usan mucho para hacer algunos quesos especiales y se destaca por la grasa, proteína y una caseína que tiene. También es una vaca con un doble propósito. El ternero macho tiene muy buena calidad de carne.
-¿Qué figurita les falta en el colegio que les gustaría tener?
-La figurita difícil hoy sería una Pardo suizo. Una raza presente en el país. En Buenos Aires hay un productor que tiene y con quien he hablado. Aporta leche de muy buena calidad para quesería, parecida a la Montbeliarde. En el colegio también hubo Sueca roja y blanca que es otra raza también muy interesante.
Mirá la nota completa acá:
Para poder resaltar las diferencias productivas y de comportamiento entre cada raza, la escuela mantiene a todas las vacas bajo las mismas condiciones climáticas y de alimentación.
“En días de calor y humedad la Holstein está a la sombra echada, y la Jersey está comiendo rollo. La Holando necesita de más confort para producir”, indico Bevolo.
Pero más allá de las características intrínsecas particulares de cada una de ellas, que hacen que puedan ser más o menos dóciles, el tipo de manejo que se emplea hace que todas sean fáciles de manejar.
“Están criadas entre medio de los chicos. Todos los años hacemos una fiesta que se llama la “Belgranotecnia” y mostramos el trabajo del año. Los chicos presentan a los animales y el jurado los califica. Eso es para que ellos tengan más amor por el animal, los sepan amansar, bañar, cortarles el pelo, darles de comer, saber en qué momento necesita agua, etc. Al criar el animal de tan chiquito entre los estudiantes, no tenemos un problema de temperamento entre un animal y el otro. Si las tratamos bien son todas buenas y mansas”, aseguró el docente.
-Finalmente son un pequeño gran ensayo porque van comparando las cualidades.
-Exacto. Hay mucho trabajo por hacer. Creo que entre todos los que trabajamos allí hemos hecho cimientos y no tenemos intensión de ponerle techo. Queremos seguir creciendo en lo que es razas y en todo lo que es la granja. También tenemos producción de quesos, dulce de leche, apicultura, cerdos, producción vegetal, pollos, conejos. Es muy variado. Vamos tratar de crecer hasta donde más podamos. Gente comprometida hay muchísima.
-¿Los chicos se copan?
-Sí, todos. Uno les enseña lo que es trabajar y la pasión por los animales, y sale solo.