En 1996, Juan Carlos Berisso heredó dos campos –uno en el oeste bonaerense y otro en la zona salteña de Las Lajitas– luego de una división familiar de bienes. Durante los primeros años realizó una explotación básicamente agrícola; en 2001 decidió instalar una planta de acopio para acondicionar su propia producción.
A partir de 2002 –a medida que la segunda generación comenzaba a involucrarse en la empresa– decidió diversificar los negocios y comenzó a invertir en vacas de cría, para lo cual alquiló campos en la zona de la Cuenca del Salado, donde producía terneros propios y de terceros en el marco de acuerdos asociativos y capitalizaciones.
Para continuar con el ciclo ganadero montó, además, un corral de engorde en el establecimiento familiar de Bolívar, el cual forma parte del CREA Herrera Vegas-Pehuajó (región Oeste).
En 2011, tras el ingreso de otro hijo, decidió continuar diversificando y crear sinergia entre las distintas unidades de negocios mediante la instalación de una planta extrusadora de soja integrada con una industria de alimentos balanceados que le permite abastecer a tambos, corrales de engorde y establecimientos porcinos y avícolas localizados en la zona de influencia de su establecimiento. En la actualidad, comercializa la marca PRIMIA Nutrición Animal a más de 500 clientes.
En 2016, Juan Carlos convocó a su hijo Marcos, quien venía desarrollando actividades por fuera de la empresa familiar, para que diseñara el próximo desafío: un fideicomiso de administración e inversión que participara en actividades agrícolas y ganaderas de manera integrada con la agroindustria. La iniciativa ya lleva cinco años de buenos resultados con 40 inversores familiares y no familiares.
¿Por qué crear un fideicomiso y no otra unidad de negocios en la empresa? No existe una sola respuesta para esta pregunta. En el caso de EDP Agro, la razón principal fue que querían diversificar riesgos y el fideicomiso era el vehículo ideal para hacerlo posible, buscando socios que acompañaran el crecimiento del grupo sin abrir la participación accionaria.
Además de la tradicional producción agrícola y ganadera, best replica watches for sale el fideicomiso involucra un componente financiero y se maneja con una dinámica distinta a la de una típica empresa productora. “Analizamos constantemente el comportamiento de los distintos activos que se encuentran dentro del objeto del fideicomiso y en función de ello vamos rotando en búsqueda de los mejores negocios”, explica Marcos en un artículo publicado en la última edición de la Revista CREA.
“Nos podrán gustar mucho las vacas, pero si es el momento adecuado para venderlas, lo hacemos y nos posicionamos en otros activos con mayor potencial de valorización. No siempre es sencillo lograr dicha rotación, pero la estructura de soporte de EDP Agro nos ayuda. También contamos con una importante estrategia de diversificación en actividades, en zonas geográficas y en la manera de hacer negocios. Por ejemplo, fuimos innovando a partir de nuevos esquemas donde nos asociamos con otros productores invirtiendo en índices relacionados a su producción, como litros de leche, vaquillonas preñadas, kilos de novillo y, próximamente, de cerdo. Es una relación ganar-ganar para ambas partes y nos permite invertir en otros activos o ciclos de producción sin barreras de entrada y de salida. La planta de acopio propia también nos permite posicionarnos en granos e insumos en ciertos momentos estratégicos, utilizando las herramientas de cobertura disponibles en los distintos mercados. Esta integración de negocios con la producción en distintas zonas geográficas nos brinda estabilidad y una adecuada diversificación del riesgo”, añade.
EDP Agro, la empresa agropecuaria familiar, invierte una proporción de su capital en el fideicomiso y también lo hacen, de manera particular, integrantes de las ocho familias que forman parte de la firma. En conjunto, eso representa alrededor de un tercio del capital del fideicomiso, mientras que el monto restante corresponde a inversores externos.
“En este momento están ingresando, en calidad de inversores, integrantes de la tercera generación de la familia, lo que representa para nosotros una enorme satisfacción. Al tener una familia tan amplia –somos ochos hermanos y 25 sobrinos–, el fideicomiso permite que, en caso de tener una necesidad, cada integrante pueda recurrir al capital invertido sin plantearlo a nivel societario ni comprometer la continuidad de la empresa agropecuaria”, comenta Marcos.
El fideicomiso acompaña el crecimiento de EDP Agro y aprovecha sus beneficios: captura oportunidades de negocios, evita gastos de comercialización en compra y venta de hacienda, accede a mejores precios de insumos por volumen, almacena la producción en la planta de silos con un cronograma de ventas escalonadas en función de las necesidades e industrializa la soja y el maíz logrando un eficiente manejo impositivo al vender los subproductos.
Si bien se recomienda permanecer en el fideicomiso al menos tres años para aprovechar la dinámica cíclica del negocio agropecuario, los gerenciadores ofrecen todos los años –según lo establecido en el contrato– la posibilidad de retirar las utilidades y parte o la totalidad del capital invertido. “De todas maneras, la mayor parte de los inversores reinvierte su posición, por lo que, desde la creación del fideicomiso, el capital gestionado se ha incrementado. Si bien fueron campañas difíciles, tanto climática como económica y políticamente, los resultados nos han acompañado y la capitalización compuesta ha resultado muy atractiva para los inversores”, señala Marcos.
Quienes invierten reciben un informe mensual que da cuenta de la gestión de los negocios realizados por el fideicomiso y un balance anual auditado. Si bien la legislación vigente en la materia indica que sólo corresponde hacer una rendición de cuentas anual, es recomendable contar con un balance auditado.
Entre las ventajas del fideicomiso se incluye el hecho de crear un instrumento con un patrimonio separado de la empresa familiar, de manera tal que a través del mismo es posible dedicar una parte del capital a negocios alternativos sin comprometer a la empresa madre. “El fideicomiso es un negocio que complementa al resto de las unidades; es decir, no es nuestra principal actividad o fuente de ingresos, pero tampoco consideramos que debería serlo”, apunta Marcos.