Los exportadores de carne vacuna argentina tienen dos grandes clientes. El mayor por lejos es China, que el año pasado se llevó más del 70% de lo que se vendió al extranjero. El otro es Europa, un histórico demandante que lleva mucho menos volumen que los chinos pero pide los cortes de alta calidad, como los que integran la apreciada Cuota Hilton.
Ambos destinos se vieron afectados por la difusión del Coronavirus. Las ventas a China se frenaron primero -a fines de 2019- por la decisión de su propio gobierno de limitar el acceso a la financiación de los importadores. estos habían visto un gran negocio en la compra de carnes para un mercado sub-abastecido por la caída en la producción de cerdos que causó la Peste Porcina Africana. Luego apareció el famoso virus Covid-19 que se expandió a Europa rápidamente.
María Julia Aiassa es analista de mercados ganaderos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que cada semana participa en la elaboración del documento que publica el Rosgan. Desde ese lugar viene estudiando el impacto que tuvo esta pandemia sobre las exportaciones de carne vacuna, que el año pasado habían sido récord, sumando más de 800 mil toneladas y aportando divisas por 3.100 millones de dólares.
“En febrero a China exportamos 30 mil toneladas peso carcasa de las 50 mil que exportó el país. Respecto de las 62 mil toneladas embarcadas a todo destino en enero, la caída no fue tan grande como se esperaba (de cerca de 20%)”. explicó. Es decir que la caída se atenuó respecto del mes anterior, ya que cuando se comparan los volúmenes embarcados en enero y los de diciembre, cuando se vendieron 90 mil toneladas, la caída llegaba al 45%.
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Aiassa consideró que “está bastante convulsionado el comercio mundial”. Como muestra de ello, en el caso de Europa destacó que si bien ya “tenemos cumplido el 82% de la cuota Hilton” desde mediados de marzo ese mercado se paralizó.
“Hay cancelaciones, renegociaciones de contratos, con quitas importantes, compradores que están posponiendo embarques”, describió. Y apuntó que “ante esa situación muchas plantas deciden no embarcar y acumular stocks en sus depósitos”.
Este parate total de los pedidos es consecuencia de que en los países de la UE se paralizó la vida social y más del “60% del consumo de carne allí se hace fuera del hogar. El problema no es de corta duración y la reactivación va a ser lenta”, avisó la analista de mercados.
También se refirió a las perspectivas de China y en tal sentido fue un poco más optimista: “El brote (de Coronavirus) aparentemente está controlado”, afirmó.
“Si me preguntabas a fin de año las perspectivas eran mucho más largas. La mayoría de los analistas esperaba una recuperación para el segundo semestre, pero el control de la situación fue más rápido de los previsto. Entonces ahora tenemos que ver cómo empieza a reaccionar ese consumo”, explicó Aiassa.
Y aclaró que esta reactivación de los embarques a China no es más acelera todavía “por una cuestión logística, por falta de contenedores, ya que se había generado congestión en los puertos chinos. Se supone que a mediados de abril llegarían los primeros barcos liberados”.
Aiassa consideró que se podrían volver a vender a ese destino “entre 40 a 50 mil toneladas por mes, que sería el rimo normal del primer semestre del año pasado. Lo mismo en cuanto a los precios, que deberían volver a los valores de inicio del año pasado, que rondaban los 4.200 dólares la tonelada”.