Finalmente, y luego de varios días y muchos reclamos de parte de los productores, el gobierno publicó el decreto que suspende hasta el 31 de diciembre los derechos de exportación a los productos lácteos. La leche en polvo, el más vendido al extranjero, tributaba 9% y los quesos 4,5%.
En los últimos meses sus embarques se venían desplomando debido a que la exportación no era negocio, teniendo en cuenta los problemas de competitividad que tiene el sector que se veía afectado por los derechos de exportación y por el desdoblamiento cambiario.
En ese sentido, los despachos cayeron en los primeros 7 meses del año, tanto en volumen como en divisas en torno al 20%.
Debido a las pérdidas, las industrias volcaron más leche al mercado interno que se quedó con el 80% de la producción, y así bajó la participación de las exportaciones sobre el total.
Con respecto a la medida, el titular del Centro de la Industria Lechera, Ercole Felippa, dijo: “ayuda porque reduce el nivel de quebranto, pero no resuelve el problema de competitividad que tiene el sector que implica pérdidas para las empresas”.
Felippa calculó que para hacer una tonelada de leche en polvo se requieren 8.500 litros, que tienen un valor de 120 pesos por unidad, lo que significa 1 millón de pesos de desembolso, sólo por la materia prima, que calculados al dólar leche que rigió hasta la publicación de la medida, era de 318 pesos, significaba un costo de 3.200 dólares la tonelada contra un valor de exportación de 2.800 dólares.
Con el nuevo dólar leche, que es el mayorista de Banco Nación en 350 pesos, el costo sería de 2.850 dólares, lo que empataría al ingreso pero no dejaría renta para el sector industrial ni para mejorar el precio al tambero.
“El mayor problema es el desdoblamiento cambiario” dijo Felippa, quien consideró que es mucho más perjudicial que las retenciones para esta actividad.