Damos una breve vuelta de página en la crisis de la manzanas y las peras con Brasil. Se sabe desde esta semana que el vecino país “suspendió” el comercio de ambas frutas justo en plena cosecha en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, provocando una hecatombe en aquella economía regional. No habrá mucha novedad hasta el próximo miércoles, cuando pase el Carnaval, y cuando el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, y el titular del Senasa, Ricardo “Ricky” Negri, viajen a ese país a negociar una vía de solución a este crisis.
Brasil es un país libre de la plaga carpocapsa y lo que sucedió aquí es que, a pesar del plan de mitigación de riesgo acordado por ambos países, desde principios de febrero han habido camiones que llegaron a la frontera con fruta infestada con esa polilla o gusanito, y que eso fue considerado peligroso para los productores brasileños de esa fruta, que los hay. Aunque en el Alto Valle y en el Senasa se minimiza el peligro sanitario y se habla de una medida proteccionista, lo cierto es que la Argentina debería haber encendido las luces amarillas desde mitad de febrero. Lo hace ahora. Bienvenido sea. Veremos qué sucede el miércoles.
Mientras esperamos, entonces, que se resuelva este entuerto, siguen sucediendo otras cosas que son de interés tanto para los productores de Brasil como los de la Argentina. Y es que en algunos rubros ambas agriculturas son complementarias y en otros padecen problemas comunes. Es el caso de muchos productores de granos, que cada vez reciban más cuestionamientos por la utilización de agroquímicos, especialmente el herbicida glifosato.
En ese sentido, una noticia de Brasil puede tener impacto también en la Argentina. Y es que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) reevaluó el riesgo del glifosato y concluyó que no causa mutaciones en el ADN, en el código genético humano (no mutagénico), ni en los embriones o fetos. Aseguró también que el herbicida no es cancerígeno ni afecta el sistema hormonal. Tampoco la reproducción.
Ver Nota oficial que establece la revisión de la legislación sobre agroquímicos en Brasil
La Anvisa advirtió, sin embargo, que los trabajadores que actúan en ámbito rural y aplican estos agroquímicos “necesitan cuidados especiales” de parte de los empresarios agrícolas. “Para ello, son importantes el uso de Equipos de Protección Individual (traje / equipamientos especiales para la aplicación del producto en las labranzas), además del control para evitar la dispersión (deriva) del producto ya sea aérea, terrestre o en el agua”, dictaminó la Anvisa, destacó un comuncado del Ministerio de Agricultura de Brasil.
Para determinar que el glifosato no es peligroso, la Anvisa utilizó estudios sobre los efectos de ese agroquímico realizados en Canadá, Estados Unidos y Europa. También se analizaron datos oficiales que mostraron una muy baja incidencia de intoxicaciones por glifosato en Brasil. Los datos del monitoreo de agua entre 2014 y 2016 también fueron incluidos en el trabajo. Se analizaron 22.704 muestras de agua y en apenas el 0,03% de los casos había presencia de glifosato a nivel por encima del límite permitido.
La reevaluación sobre el glifosato en Brasil se inició en 2008, tiene cerca de 400 páginas y utilizó datos nacionales sobre agroquímicos. Anvisa decidió abrir una consulta pública, con un plazo de 90 días, para recibir sugerencias para fijar una nueva reglamentación sobre el uso del glifosato en el país.
Algunas de las propuestas que se analizan con la prohibición de formulaciones del tipo EW (emulsión aceite en agua) para reducir la posibilidad de inhalación y absorción por la piel.
También se analiza como conveniente la rotación de trabajadores en las actividades de aplicación con pulverizadoras (mezcla, abastecimiento y aplicación); la imposición de equipo de protección individual y que haya un tiempo de carencia para el reingreso del trabajador en áreas tratadas.
Otro tema crítico es el de la adopción de medidas y tecnologías para reducir la deriva. Se habla incluso de fijar una franja de seguridad de 10 metros en la aplicación cuando haya poblaciones a 500 metros de distancia.
Ver Una jueza decidió prohibir el glifosato y otros agroquímicos en todo Brasil
El glifosato es el producto químico más utilizado en Brasil para la eliminación de malezas. Se usa en los cultivos de soja, maíz, algodón, arroz, frijoles, café, plátano, cacao, caña de azúcar, cítricos, coco , papaya, nectarina, pasto, melocotón, ciruela, caucho, trigo, uva y en los bosques de eucalipto y pino.
También en los montes de peras y manzanas, dice el comunicado oficial del MAPA. Que se producen en Brasil y que también ingresan desde la Argentina.
Si el glifosato no genera problemas en la salud humana para que recomiendan tantos requisitos para el trabajador… Porque no se piensa en los niños que reciben a los padres en la casa con la ropa contaminada. Porque no dicen la verdad. El glifosato va acompañado del 2.4 D diclorofenoxiacético que es altamente toxico. El Glifosato es un conductor de otros herbicidas más tóxicos y en las zonas rurales cada vez hay más incidencia de malformaciones en los niños