Era cantando. Después de intervenir al mercado ganadero y no lograr frenar la suba del precio de la carne, ahora las reuniones y las llamadas de teléfono los funcionarios las hacen con los industriales del sector lechero, porque dicen que les preocupa la suba de los precios de los lácteos.
El año pasado la producción de leche fluida creció por tercer año consecutivo y rondó los 11.350 millones de litros de leche. Eso permitió que se pudiera vender al extranjero el 25% de la producción, es decir unos 2.800 millones de litros equivalentes, sin que se viera afectado al mercado interno, donde el consumo per cápita promedia los 185 litros al año.
En 2021 los industriales y el gobierno lograron acordar un sistema de ventas en el mercado local con algunos productos lácteos subsidiados, especialmente el sachet de leche fresca. El gobierno se comprometió a cambio a no entorpecer las exportaciones, y gracia a esto se puedo aprovechar la demanda exportadora. Afuera del país los negocios están en buenos niveles y con precios de 4.000 dólares la tonelada de leche en polvo, que son interesantes en función del promedio histórico aunque lejos de los picos de años atrás.
Pero la tendencia se revirtió con la seca. El nivel de producción comenzó a bajar y eso hizo que aumentara un poco el precio de la materia prima y también el de los lácteos.
El valor al productor el mes pasado promedió los 35 pesos y la suba fue de 4,3%. La tendencia para el mes en curso es a repetir el incremento porcentual, porque entramos en la época del año en la que empieza a decaer el nivel de productividad. Esta temporalidad se ve agravada por la sequía, que golpea fuerte a las diferentes cuencas lecheras.
Aun así, desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) indicaron que no es necesario ningún tipo de intervención, ya que la Argentina aun exportando el 25% de la producción puede garantizar un consumo de 185 litros por habitante al año, semejante a lo que se hizo el año pasado.
La situación es de tensión. “En el gobierno piden volumen y precio”, reconocieron desde la Mesa de Productores de Leche del Oeste Bonaerense (Caprolecoba). Pero a la vez, la sequía “termina repercutiendo en el precio al productor que el mes pasado aumentó 4,3%, pero nuestros costos subieron 6% sólo en el rubro soja, por el incremento del valor de la oleaginosa, con lo cual el incremento del ingreso no compensa al gasto”, según indicó Matìas Peluffo, presidente de esa entidad.
Esta y otras cámaras del sector lechero mantendrían en los próximos días una reunión con los funcionarios de Agricultura para analizar la situación del sector y manifestar su postura respecto de los daños de una nueva y mayor intervención en el comercio de lácteos .Hay historia suficiente que muestra que las efectos negativos. Además, éstos ya quedaron expuestos en las intervenciones a los demás mercados, como es el caso de la carne vacuna.
Según las consultoras la inflación de febrero ronda el 4% y mañana se dará a conocer el dato oficial, donde los lácteos habrían pegado un saltito por encima del promedio. Eso tiene que ver con la menor disponibilidad de la mercadería por la sequía.
Desde la producción dicen que el tema no se arregla con más controles sino con una política de Estado que ataque el problema inflacionario desde la raíz y que a su vez contemple incentivos a la mayor producción y no medidas contrarias, como por caso los derechos de exportación o los controles de precios que restan ingreso a la cadena.
“Por eso siguen cerrando tambos”, razonó Gustavo Augel, coordinador de lechería de Carbap, quien agregó: “Sería una locura que tomen alguna medida como las que se rumorean, si lo hacen la cosa se va a poner fea porque el enojo es grande”.