Las pymes agropecuarias, ubicadas especialmente en las denominadas economías regionales, “según el último censo, representan el 63% de las explotaciones agropecuarias que hay en Argentina, según dijo Pablo Vernengo, el coordinador ejecutivo del área de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
“Representamos a la Pyme agropecuaria, porque en el sector agroalimentario tenemos grandes empresas, y cuando ves quién viaja a las comisiones internacionales, están ahí las grandes empresas. Pero nunca está la Pyme agropecuaria”, se quejó Vernengo. También resaltó que, en materia de exportaciones, las economías regionales aportan unos 7.200 millones de dólares, más del 10% del total vendido desde la Argentina.
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Esos 7.200 millones de dólares parecen poca cosa comparados con el aporte económico de poco más de 35.000 millones de dólares que surge de la economía pampeana, en especial gracias a la soja. Para Vernengo, sin embargo, se trata de un actor clave para la economía. “Muchos de los alimentos que consumimos surgen de acá, de ese 63%. El sector frutícola, hortícola, yerbatero, vitivinícola, el arroz, el algodón, el tabaco… Entonces me parece que hay que darle el justo lugar que amerita”, reclamó el directivo tras el último plenario de Economías Regionales de la CAME, que reunió a más de 300 dirigentes de todo el país.
“Es difícil cambiar en la Argentina el status quo, pero la realidad es que tenés productores que están con entidades genuinas, reales, con gente de carne y hueso, que muchas veces quedan a la deriva de las políticas que se hacen a nivel macro”, agregó Vernengo. En rigor, son las entidades agropecuarias tradicionales (la Sociedad Rural, Coninagro, Federación Agraria y CRA) las que ocupan los casilleros institucionales cedidos por el gobierno en el INTA, el Senasa, la Comisión Nacional de Trabajo Agraria y otros organismos.
Las economías regionales nucleadas en CAME, según Vernengo, enfrentan una serie de problemáticas comunes, más allá de sus especificidades. “La falta de financiamiento es una. A veces es complicado para una pyme llevar una carpeta al sector bancario y tener financiamiento acorde”, indicó.
“Por otro lado, hay abusos del hipermercadismo. En este sentido, ahora que salió la Ley de Góndola, defenderá al productor pyme, ya que le permitirá tener un producto visible en la góndola. Pero acá también se pide que no haya políticas abusivas en los plazos de pago porque sino se hace un circo de pagos a 180 días”, explicó el dirigente.