Todavía no se sabe qué tipo de cambio definirá el gobierno para el nuevo dólar especial para economías regionales que anunció el ministro Sergio Massa como paliativo a las fuertes heladas tardías que castigaron a muchas de esas producciones. Pero desde las economías regionales ya dicen que, sea cual sea esa cotización, la medida tendrá poco o nulo impacto entre los productores.
El clima hizo estragos este año en diferentes actividades productivas. Secas y heladas siguen golpeando con fuerza. Frente a los últimos episodios, el gobierno nacional entonces decidió abrir otra ventana para exportar a un dólar más competitivo que el oficial al cual están obligados a liquidar sus divisas los exportadores.
El gobierno vendió la medida como un beneficio a favor de los damnificados. Lo que se anunció fue las actividades regionales (no se precisó exactamente cuáles) contarán con un dólar mejorado entre fines de noviembre y diciembre.
Pablo Vernengo, coordinador del área de Economías Regionales de la Cámara de la Mediana Empresa (CAME), dijo que “esos 40 días de vigencia de la medida no abarcan a los ciclos de cosecha y por lo tanto el productor no tendrá nada para vender”.
“Las peras y manzanas se cosechan entre enero y febrero, la vendimia es entre febrero y marzo, lo mismo sucede en el sector olivícola y en cítricos, por dar algunos ejemplos”, enumeró el experto. Según el directivo de CAME, la “medida tiene un criterio lógico, pero se queda corta en los plazos”.
Además indicó que las únicas que obtendrían un beneficio serían las empresas que tienen integración comercial, es decir los galpones de empaque, acopios o exportadores que fueron comprando el producto y almacenándolo durante el año, pero no el agricultor.
“Eso ayuda al que tiene la mercadería, que no es el productor que se está preparando para las nuevas cosecha,s que serán en muchos casos magras por el impacto de la seca y las heladas, lo que incrementará las pérdidas, ya que con precios viejos se pagan insumos nuevos y más caros”, indicó Vernengo.
El directivo de CAME se esperanzó en que “ojalá quienes reciban estos beneficios los puedan derramar al sector primario, que sufre la sequía por tercer año consecutivo y las heladas de octubre y noviembre. Calculamos que en la cordillera y peras y manzanas se perderá en torno al 30% de la cosecha esperada”, alertó.