Durante mucho tiempo vivieron en San Telmo, donde atendían Maevia, una florería que devino en un “refugio herbal” donde no solo había flores sino muchos más elementos relacionados al mundo vegetal, desde objetos hasta cosmética natural y medicina herbal.
Pero eso era antes.
Ahora, y desde hace tres años, viven en un terreno en Baradero de una hectárea y media donde producen su propio alimento y las hierbas y flores que antes usaban para su local en San Telmo .
¿Por qué decidieron cambiar de vida? Lo más decisivo fue que la vorágine de la ciudad no los representaba más. Esa forma acelerada de vivir estaba impactando de forma negativa en su salud (problemas de digestión, insomnio, ansiedad) y también en el aspecto emocional.
“Necesitábamos vivir en un entorno natural, fue una búsqueda que en realidad veníamos haciendo hace mucho y los últimos años se profundizó”, describen Naty y Juan Pablo, que recalcan la necesidad que sentían de vivir con más lentitud y cuestionar “la desconexión total que se experimenta muchas veces en las grandes ciudades”.
Y acá, atención: estos puntos son especialmente importantes porque los urbanitas han/hemos naturalizado dos conductas que nos provocan daño severo: vivir a las corridas y pensarnos como seres nacidos del cemento. Por eso escuchar a personas que digan que quieren “volver a la naturaleza y seguir sus ritmos” en primera instancia nos choca por parecer delirante o de otra época. Pero luego nos empieza a resonar, como una musiquita que parecía olvidada pero que está dentro de nosotros.
“Vivir con el ritmo del entorno te ´obliga’ a ir más lento, porque para trabajar en el campo tenés que frenar y observar, ver qué pasa a tu alrededor para aprender, y al frenar el ritmo los beneficios son muchísimos”, explica Naty. “A nivel salud la naturaleza nos brinda alimento de calidad, con nutrientes reales, y una medicina mucho más sutil que tiene que ver con, por ejemplo, recibir el sol que provee vitaminas, levanta las defensas o fortalece el sistema inmunológico, de igual forma que el contacto directo de nuestro cuerpo con la tierra o caminar descalzos otorga beneficios en procesos inflamatorios, dolores corporales y hasta de cicatrización”.
En coherencia con la forma de vida que vinieron a buscar, Naty y Juan Pablo diseñaron su propia casa, que tiene estilo de galpón. Por fuera es rústico y sencillo, pero en el interior lograron darle comodidad: las paredes las revistieron con paneles fenólicos enchapados en pino que le otorga calidez al ambiente y es un material económico y que no requiere mantenimiento en el tiempo. En la dirección de obra los terminó ayudando la hermana de Juan que es arquitecta luego de tener muchos problemas con los constructores: “A veces en este rubro es necesario hablar el mismo idioma”, reflexionan.
Llevan una alimentación totalmente basada en plantas y producto de su propia huerta, donde tienen hortalizas, flores comestibles, frutas y medicina herbal. A todo le dan un valor agregado, por ejemplo a través de elaboración de conservas y venden a consumidores particulares, negocios y participan en ferias. También dan talleres vinculados a fitoterapia o medicina herbal y realizan encuentros donde enseñan a planificar un jardín medicinal y comestible.
“Hemos realizado cursos en la Facultad de Agronomía de la UBA, miramos muchos vídeos y leímos libros”, describe Juan Pablo. “El resto fue aprendizaje puro sobre la marcha, prueba y error, y esa búsqueda de reconectar con nuestras raíces; estando acá nos fuimos acordando de nuestros abuelos que tenían sus huertas, sus gallinas, sus frutales, saberes perdidos que hoy estamos tratando de recuperar”.
-¿Por qué se decidieron por la agroecología?
-Porque es sustentable en el tiempo y creemos que es el futuro. La agroecología busca reequilibrar la naturaleza en donde fue dañada por un sistema extractivista como es la producción de alimentos convencional; es un sistema integral que pone al agricultor como un sujeto político capaz de cambiar el entorno en el que vive y produce.
-O sea que no se trata solamente de producir alimentos sin agroquímicos…
-Va más allá. A producir alimentos sanos se le suma mejorar la comunidad en la que ese agricultor se encuentra, porque somos conscientes de que lo que uno hace afecta a los demás. Es por eso que debemos tener una responsabilidad para con el otro; el sistema convencional envenena no solo el ambiente en el que produce, sino también el alimento que después llega al consumidor, el aire y el agua que se consume en la comunidad vecina.
-¿Cómo combaten las plagas?
-Las plagas ocurren porque hubo un desequilibrio en la naturaleza. Los desmontes alteraron los ecosistemas y se generó un desequilibrio en las cadenas alimentarias de los insectos. Se busca reequilibrar estos ecosistemas como forma de combatir las plagas, tratando de darle cobijo a la fauna para que regrese y contribuya a restaurar el equilibrio. Así, por ejemplo, comienza a aparecer la fauna auxiliar que empieza a alimentarse de animales que pueden llegar a perjudicar los cultivos. Y en el corto plazo hay un sinfín de biopreparados derivados de las mismas plantas que cultivamos y, en otros casos, insumos naturales que se pueden encontrar en el mercado.
-¿Tienen animales?
–Solo dos yeguas que rescatamos hace un tiempo de la tracción a sangre. Ellas forman parte de este sistema vivo y aportan materia orgánica al suelo, que también nos sirve para utilizarlo como complemento de nuestro compost. Evaluamos la posibilidad de adoptar gallinas más adelante con el mismo fin.
-¿Encontraron en el campo lo que buscaban?
-Definitivamente sí. No queremos pintarla como algo perfecta porque esta vida también tiene sus momentos feos, la exposición es mucha, se pone el cuerpo y eso desgasta. La cuestión climática es un factor que muchas veces resulta desolador, venimos de una sequía muy grande y el cambio climático augura cada vez más desastres. Entonces hay que tener una gran fortaleza interior para no caer, estar seguros de cuál es nuestra motivación, lo que nos empuja a seguir. Aun así, como siempre decimos, el balance es más que positivo y todo lo bueno que nos dio este cambio de vida supera ampliamente a las dificultades que tenemos que atravesar.