“Puedo entender que en China paguen mucho por la carne que necesitan, pero no entiendo por qué los argentinos tienen que pagar el mismo precio”. Con esas palabras, cuando ratificaba el jueves por la noche el cierre de las exportaciones de carne vacuna, el presidente Alberto Fernández añadió un jalón a una larga serie de errores, falacias y mentiras sobre esta actividad productiva y comercial. ¿Por qué? Porque no es cierto que los argentinos paguen la carne al mismo precio que los chinos.
El equipo de prensa del presidente difundió el corte de su charla con un youtuber K en los que, con tono docente, Alberto explicaba que el problema de la suba de precios internos de la carne no tiene nada que ver con el descontrol general de los precios, ni con la caída de poder adquisitivo de los salarios, sino con que la Argentina está exportando el 30% de su producción de carne debido a las crecientes importaciones desde China, y que ese era el factor determinante que ponía presión sobre los precios internos.
💻“Yo no quisiera frenar las exportaciones de la carne, pero los formadores de precios se tienen que dar cuenta que los argentinos no tienen porque pagar la carne al mismo precio que se paga en el mundo”. El presidente @alferdez con Pedro Rosemblat desde Olivos. pic.twitter.com/3TexVzRBmJ
— Alberto Fernández Prensa (@alferdezprensa) May 28, 2021
Hasta ahí todo bien, Presidente: Es cierto que China ha comenzado a importar mucha carne (de todas las especies y de todos los orígenes) luego de 2018 y por la aparición allí de brotes de Fiebre Porcina Africana, una enfermedad sin cura que la obligó a sacrificar millones de cerdos. Los problemas empiezan cuando dice que debido a eso es que nosotros los argentinos estamos pagando la carne al mismo precio que los chinos. Y eso a primera vista parece ser mentira.
¿A cuanto pagamos la carne los argentinos? ¿Y a cuánto pagan la carne argentina los chinos que nos las compran? Son las dos preguntas que se deben hacer para saber si el presidente está falseando la realidad.
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) todos los meses hace un relevamiento y confecciones un precio promedio para ese alimento al público: resultó ser de 609,46 pesos por kilo al consumidor al cierre de marzo. Como el tipo de cambio oficial por entonces estaba en 92 pesos por dólar, ese precio equivalía entonces a 6,63 dólares, pero que se reducían a solo 4,32 dólares si se aplicaba el tipo de cambio del dólar libre, de 141 pesos.
La enorme brecha cambiaria dificulta la claridad de esta comparación. pero vamos a tomar el valor que más le convendría a Alberto par hacer estas comparaciones, el del dólar oficial, que por otro lado es el que reciben los frigoríficos exportadores. Entonces resulta que los argentinos pagamos a fines de marzo unos 6,6 dólares por kilo de la carne vacuna de gran calidad, pues usualmente lo que consumimos aquí proviene de animales jóvenes y tiernos, como novillitos y vaquillonas de muy bajo peso.
¿Y a cuánto se vende la carne argentina que va para China? En el primer trimestre del año, el precio promedio de todas las exportaciones de carne (incluyendo menudencias y sobre todo enormes volúmenes de huesos con carne congelada que aquí no comemos), se ha vendido a 3.341 dólares por tonelada, según los valores registrados por la Aduana. Esto equivale a 3,34 dólares por kilo.
¿Entonces Alberto tiene razón? ¿Pagamos los argentinos nuestra propia carne al doble de lo que la pagan los chinos?
Calma, calma, que esos son los precios de exportación registrados en nuestro puerto. Y además -como ya se dijo- la mayor parte de esas cargas son recortes de bajo valor provenientes de la faena de vacas viejas o de descarte, que justamente se exportan porque aquí no tienen mercado. Muchas décadas antes, ese tipo de carne para industria se utilizaba para hacer las latitas de corned beef, pero ahora ni ese negocio ha quedado en pie en la Argentina y por eso dichas vacas encontraron un mercado en la populosa China.
Volvamos a hacer cuentas. El precio promedio de exportación de carne (sobre todo congelada y menudencias) para China ha sido de 3.341 dólares por kilo, pero eso en los puertos. A partir de ahí hay que sumar un montón de ítems. Para empezar, el costo del flete, que se calcula en 140 dólares por tonelada y lleva entonces el valor de la carne puesta en China a 3.481 dólares.
Luego el importador (que en general es una enorme corporación estatal de China) debe abonar un arancel del 12%, lo que lleva el valor de esa carne de pésima calidad a 3.898 dólares por tonelada, o casi 4 dólares por kilo.
Y en China se aplica una suerte de IVA o impuesto al consumo del 9% sobre el valor inicial (es decir que hay que agregar unos 313 dólares), lo que lleva el precio de esa misma carne a 4.206 dólares.
Ahí está Alberto… unos 4,2 dólares por kilo ha sido el precio promedio de la toda la carne argentina puesta en China en el primer trimestre de 2021. Eso es lo que vale en… los puertos de ingreso. Es decir que todavía falta un montón para que llegue a los cientos de millones de consumidores de ese país.
A partir de allí hay otro proceso imposible de seguir, por lo menos para nosotros. Ya en poder de las grandes cadenas de distribución que aseguran la soberanía alimentaria del pueblo chino, esa carne argentina que llega en cajas de cartón de aproximadamente 20 kilos cada una se debe desempaquetar; a veces se descongela, otras veces se trocea en pedazos más pequeños antes de su distribución, algunas otras veces se vuelve a empacar al vacío, y luego de un par de días en cámaras frigoríficas estratégicamente ubicadas se comienza a distribuir en miles de camiones, trenes, barcos y aviones que recorren la inmensidad de China, donde la esperan unos 1.300 millones de personas.
¿Cuál es el sobreprecio por ese proceso? En la Argentina, como Alberto bien explicó en el reportaje con el youtuber militante, los carniceros son el eslabón final de la cadena y la mayoría de ellos recibe la carne en forma de media res. Para venderla debe despostarla, y suele recargar un 80 a 100% sobre el precio que pagó por esa carne “en gancho” prorrateando ese aumento entre los diversos cortes: más para el lomo, menos para la carnaza común. Eso sí que el Presidente lo supo explicar de modo correcto.
Imaginemos que en China todo el costo de la intermediación y venta final hasta que llegue a Doña Rosa (¿Cómo se llamará en mandarín?) implique un sobrecosto sobre el valor mayorista de la carne del 80%, para ser generosos y comprensivos con la eficiencia de las empresas del Estado chino. En ese caso, el valor promedio de 4,2 dólares por kilo al que ingresó la carne argentina a ese país sería de 7,5 dólares por kilo, casi un dólar más cara de lo que la pagamos los argentinos.
Pero, señor presidente, volvemos a repetir que ese es un precio promedio que engloba todo: desde los pene de toro que aquí no comemos, las vísceras de los bovinos, los huesos recortados a los que les quedan un par de pedazos de carne colgando… Y también el garrón y brazuelo, que son los cortes que más llevan los chinos desde la Argentina. Les encantan.
Se trata de los cortes del cuarto delantero que nosotros conocemos como “osobuco” y que solo comemos cuando hay puchero. Con mayor precisión, lo que más llevan los chinos “se trata indistintamente de tibia, húmero o radio, con sus correspondientes músculos adheridos, los que pueden ser aserrados en trozos de una longitud que no exceda los 200 milímetros”.
¿Y a cuánto cotiza el garrón y brazuelo que vendemos a China? Según datos de frigoríficos exportadores consultados por Bichos de Campo, el valor de exportación de ese corte andaba por los 6.750 dólares por tonelada antes del flete, el arancel de importación y el impuesto interno del 9%. Si le sumamos todo eso, resulta que el valor del osobuco que le vendemos a los chinos (que además proviene de vaca vieja) se acerca a los 8,3 dólares por kilo. Y mayorista, recién puesto en el puerto de aquel país.
Es decir que solo el osobuco exportado ya es mucho más caro que el promedio que nosotros pagamos por cortes mucho más sabrosos. Según la estadística del IPCVA que citamos en el inicio, los argentinos pagamos por el osobuco (equivalente al brazuelo y garrón) un promedio de 354,81 pesos por kilo en marzo, precio final al público. Eran solo 3,8 dólares oficiales. O solo 2,5 dólares al valor blue.
-¿Y no hay algún corte vacuno que le vendamos a los chinos y se asemeje un poco más a lo que comemos acá nosotros?- preguntamos.
-Lo más parecido es el Chuck & blade -nos respondieron los que saben. En ese caso, vendría a ser lo que nosotros conocemos como la Paleta y la Aguja. Según el último reporte al 19 de mayo pasado de la Asociación de Productores Exportadores (APEA), ese producto para China cotizaba a 4.450 dólares por toneladas.
De nuevo las sumas de impuestos y fletes. Resulta que el Chuck & blade puesto en China cotizaba a 5,52 dólares por kilo, mayorista, antes de la distribución por toda la inmensa geografía. Nosotros aquí la Paleta la estábamos pagando en abril pasado a 589,90 pesos promedio y final, es decir a unos 6 dólares oficiales o 3,9 dólares en el mercado libre.
Mire que le damos vuelta al asunto. Pero no, señor Presidente, los chinos pagan la carne que les exportamos (y que es de baja calidad) mucho más cara de lo que pagamos nosotros aquí por los mejores cortes que consumimos.
Lamentamos decirle que ha dicho otra cosa falaz. Una más.
En chino simplificado (según gugle transleit), Doña Rosa (que en paz descanse) se escribe: Luō shā fūrén.
En relación a las no verdades de Fernandez, me perdí un poco con los cálculos pero confío en tu calculadora; de todas maneras al ritmo de incrementos que llevábamos, más que mentira lo de Fernandez iba camino a convertirse en una premonición.
Resumiendo: U$4,32 precio local vs U$ 4,2 precio promedio en China.
Bueno, no es para tanto. Como tampoco la aguja & paleta son nuestros cortes de mayor comercialización. Aunque les encantan!
La carne es muy cara no sé si frenar las exportaciónes o intervenir el mercado pero algo hay que hacer los argentinos no ganamos en dólares para pagar esos precios.