“El productor de leche argentino se acaba de enterar que se firmó un acuerdo al que como integrante indispensable de la cadena no fue ni siquiera invitado”.
En un brevísimo comunicado, varias asociaciones y entidades que representan a los productores de leche manifestaron su malestar porque no se contempló la opinión del sector primario a la hora de sellar un acuerdo de precios entre la industria láctea y el Gobierno. Es el pacto anunciado el jueves, que permitiría que haya una oferta de sachet de leche a precios bajos a cambio de la promesa oficial de no trabar las exportaciones, como sucede en el negocio de la carne vacuna.
El comunicado lo firmaron los tamberos de CRA, los de Meprolsafe (Mesa de Productores de Leche de Santa Fe), los de la APL (Asociación Productores de Leche)y la Unión de Productores de Leche de la Cuenca Mar y Sierras y la USV (Una sola voz) Abasto. Faltan algunas otras firmas de peso para que esté representado todo el sector, como el resto de las entidades de la Mesa de Enlace, la Cuenca Oeste bonaerense agrupada en Caprolecoba, y la Cámara de Productores de Córdoba (Caprolec).
Como sea, esa una primera muestra de disgusto entre los productores de leche frente a la estrategia de hechos consumados entre la Secretaría de Comercio Interior, a cargo de Paula Español; la de Agricultura, a cargo de Jorge Solmi; y los representantes del Centro de la Industria Lechera (CIL), la Asociación de Pymes Lácteas (Apymel) y la Junta Intercooperativa.
Tal como informó Bichos de Campo, esas entidades de la industria firmaron con el gobierno un acuerdo para, a cambio de evitar el cierre de las exportaciones de leche en polvo y quesos, “aumentar la cantidad de bienes producidos por el sector lácteo incluídos en el programa de precios de referencia en góndola”, según explicó un comunicado del Ministerio de Desarrollo Productivo. La intención oficial, aceptada por los privados, es incrementar significativamente las marcas que ofrecen leche fluida, leche en polvo, algunos quesos, y otros lácteos de consumo popular dentro del programa de Precios Cuidados.
“Es fácil decir ‘vamos a poner el hombro’… usando espaldas ajenas”, fue la respuesta de las asociaciones de productores de leche frente a este acuerdo. Estos sectores de la producción primaria sospechan que finalmente serán de ese sector de dónde saldrán los recursos para “subsidiar” finalmente esos precios al consumidor. Es decir, sospechan que la industria terminará por trasladar a los tambos el costo de ese acuerdo.
Por eso, en el breve comunicado se recuerda que ya, antes de este pacto, “el productor de leche argentino recibe por su leche el precio más bajo del mundo”, como para que no continúe el proceso de recomposición de los precios que se inició hace apenas unos meses. En abril pasado, los lecheros cobraron un promedio de 28,17 pesos por litro entregado a las industrias, lo que implicó una fuerte suba de 8% respecto del mes anterior, y del 54% respecto de abril del 2020. Pero en dólares oficiales, ese valor equivale a 29 centavos y se ubica por debajo de los promedios históricos.
Las entidades lecheras recordaron que tampoco hay argumentos para que el gobierno amenace con cerrar las exportaciones, que este año vienen creciendo cerca del 24%, pues “el productor de leche argentino produce un 30% más de la leche necesaria para hacer todos los productos lácteos que se consumen en la mesa de los argentinos”.
También remarcaron que el eslabón primario no es fijador de precios sino que por el contrario “el productor de leche argentino, para vender su producción, carece de un sistema de comercialización transparente y con reglas comerciales arbitrables”. Por eso es la industria la que termina imponiendo los valores de la leche ya entregada. De allí el temor a que haya descuentos compulsivos para poder cumplir con el acuerdo firmado con el gobierno.