La inseguridad está haciendo estragos en la comunidad rural del Chaco. Los hechos se suceden en forma semanal y sin que a ningún funcionario provincial se le mueva un pelo.
El problema no es sólo la pérdida de capital de pequeños productores sino también que ponen en riesgo la vida, ya que como consecuencia de la falta de respuestas de la política “nos estamos armando para defender lo nuestro”, según dijo la productora Mariela Kasko, de la Sociedad Rural de Villa Berthet.
La dirigente explicó que en la provincia el 80% de los ganaderos son chicos, tienen menos de 200 animales y de ese total la mitad tiene menos de 100 cabezas, por lo que perder 2 o 3 vacas implica una pérdida económica importante.
“Esto está generando un montón de problemas porque además del daño económico está el daño a la salud física y emocional, ya no se puede dormir. Muchos se organizaron para patrullar las zonas de noche y andan armados con el riesgo de terminar en un tiroteo, recibir un balazo o tener terminar dándoselo a alguien. Nos armamos para defender nuestras vidas”, contó la ruralista.
La productora dijo que no hay estadísticas por el tema, porque ya casi no se hacen denuncias debido a la falta de respuestas judiciales y políticas. “Entran por una puerta y salen por la otra y encima uno queda marcado”, indicó.
Kasko relató que en una reunión reciente con funcionarios políticos, un ganadero de la zona habló sobre el problema y al día siguiente recibió una especia de mensaje mafioso: le habían cortado los alambrados en diferentes partes del campo.
Kasko destacó sin embargo el accionar de la policía. “Por las características de nuestros suelos necesitamos de camionetas 4 x4, que fueron destinadas a otros usos. La policía rural anda en motos que si las mirás fijo explotan, y encima son pocos”.
Además, contó el caso de otro ganadero que tiene 50 vientres y que estaba por destetar los terneros de esta zafra. Entró al campo, porque no vive allí, y se encontró con que le estaba carneando 5, le dejaron la carne tirada allí y huyeron. “Ni siquiera la pudo vender a esas reses porque no tenían las condiciones sanitarias y enseguida (la carne) se puso en mal estado”.