“Hay que transformar el problema en oportunidad, o en un recurso más dentro de una explotación ganadera. Por eso debemos gestionar la bosta de modo adecuado y al mismo tiempo sacarle provecho”, dice a Bichos de Campo el especialista del INTA Manfredi, Nicolás Sosa. Contesta así a una pegunta casi guaranga que le hacemos: ¿Qué hacer con los desechos que originan los 55 millones de vacunos que tiene el país?
Sebastián Gambaudo y Hugo Fontanetto, técnicos del INTA Rafaela, fueron según Sosa dos visionarios en el tema. “Como referentes en fertilidad del suelo, vieron que no sólo había que darle valor a los fertilizantes minerales para reposición de nutrientes en el suelo, sino que también había que aprovechar la bosta como un recurso energético y forrajero”, dijo el especialista.
Gran parte de la composición de esa bosta es Nitrógeno, Calcio, Fósforo, Potasio y Magnesio. En tambos, por ejemplo, se estima que el 70% del efluente que proviene de las heces y la orina de las vacas, está formado por dichos nutrientes. Por eso hay que darle una reutilización dentro del sistema productivo.
Mirá lo que nos cuenta el técnico del INTA:
¿Cómo se aprovecha la bosta? Sosa explicó que “hay diferentes métodos; se puede hacer una separación de sólidos, o bien almacenar esos efluentes en lagunas o fosas de estabilización”.
“El INTA Rafaela recomienda un sistema de triple laguna, una anaeróbica y dos aeróbicas. Luego se puede optar por un filtro de arena y piedras para separar los restos de sólidos que quedan, y usar parte de esta agua para limpieza de las instalaciones, y el efluente resultante destinarlo a usos agronómicos, por ejemplo, para fertilizar”, amplió.
Muchos productores ya cuentan con máquinas estercoleras y esto les permite hacer uso de sus efluentes dentro de su explotación para reponer macro y micronutrientes en el suelo y mejorar sus propiedades físicas y biológicas. También hay casos en que, por no tener superficie agrícola, los productores, porcinos hacen contratos con vecinos para aplicar en sus campos el efluente generado.
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Hay varios modelos que le dan una vuelta de tuerca. Bichos de Campo visitó hace pocas semanas el feedd lot de Luis ‘Chirola’ Urdangarín, “La Micaela”, Este productor vende la energía eléctrica resultante del tratamiento de sus efluentes en un biodigestor a la cooperativa de Carlos Tejedor.
Otro caso es el del establecimiento Yanquetruz en San Luis, que produce biogás, energía térmica, energía eléctrica y biofertilizantes en base a efluentes porcinos y cultivos energéticos. También hay proyectos para tratar efluentes bovinos como el de Adecoagro en el sur de Santa Fe, que hizo un biodigestor para producir energía renovable con efluentes de sus dos megatambos.
“Son empresas agropecuarias que optaron por darle un tratamiento a sus residuos, pero que al mismo tiempo, buscaron beneficiarse por el calor generado en el sistema para uso dentro y fuera de sus explotaciones. Y es algo viable tanto para grandes como medianos productores”, remató Sosa.