La página de la Wikipedia dedicada a Otto Thomas Solbrig se modificó en las últimas horas para consignar su fecha de fallecimiento, el 7 de abril 2023. Es que en efecto, este ecólogo y evolucionista de nacionalidad argentina, pero radicado en estados Unidos desde hace mucho tiempo, murió en las últimas horas. La noticia conmovió a muchos de sus compatriotas vinculados al agro, en especial a aquellos que lo trataron mucho durante los tradicionales congresos de Aapresid, donde solía ser invitado para compartir sus ideas.
Promotor de la diversidad en la agricultura, estudioso de la relación entre naturaleza y producción, durante su dilatada trayectoria ente doctor que trabajó en las universidades de California y Harvard, recibió aquí los el título de honoris causa en la Facultad de Agronomía de la UBA, en la de Mar del Plata, en la de Lomas de Zamora y hasta en la Facultad de Filosofía de la UBA.
Como modo de reconocerlo y recordarlo, Fernando Vilella, docente de la Fauba que compartió varios momentos con él, compartió este texto que publicamos, y que fue el discurso que Solbrig diera en ocasión de recibir el homenaje de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires. El texto resume su pensamiento y su propia historia:
“Agradezco inmensamente este honor que Uds. me han conferido. Cuando sólo tenía ocho años informé a mi padre que iba a estudiar agronomía y nunca desvié en ese propósito. Circunstancias fuera de mi control hicieron que nunca me pudiese recibir de Ingeniero agrónomo. Pero, gracias a vuestra generosidad, hoy, 60 años después de ingresar a la Facultad de Agronomía de La Plata, soy un agrónomo de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad más prestigiosa de la Argentina.
A través de los años otras entidades me han honrado con títulos honoríficos, tal como el Emperador de Japón, La Universidad Complutense de Madrid y el Jardín Botánico de Berlín. Pero ninguno de esos honores significa lo mismo que el que Uds. me han conferido, porque éste es un reconocimiento por una institución prestigiosa de mi patria.
La agricultura es sin duda la actividad más antigua de la humanidad. Cuando hace doce mil años las mujeres de los Natufians que ocupaban lo que hoy es Israel hicieron los primeros cultivos de los cuales tenemos información, inventaron un nuevo modo de vida que nos traería a donde estamos hoy. Y sus experimentaciones crearon además la necesidad de innovar. Un cazador-recolector tiene menos necesidad de conocimientos, que un agricultor, que tiene que planear la producción meses antes de la siembra; tiene que conocer las estaciones del año, tiene que saber como proteger el cultivo de plagas y animales, tiene que saber como cosechar, como acaparar y proteger la cosecha, y tiene que saber cuanto necesita para alimentar a su familia y a sus vecinos. Hoy llamamos a estas actividades climatología, fitopatología, cerealicultura, agronegocios, y todos las demás ramas científicas de la agronomía. La historia de la agricultura es la historia de cómo esos conocimientos rudimentarios que tenían las Natufias se trasformaron a través de los siglos en la ciencia de la agronomía.
En la Roma antigua la agricultura era considerada una actividad importante no sólo por la producción pero también por su contribución a formular valores éticos y estéticos. Virgilio en sus Georgicas mantiene que la simple vida rural produce un aura de virtudes en quién la practican. Cicero consideraba la agricultura como la mejor de todas las ocupaciones. En sus palabras “de todas las ocupaciones que nos permiten ganarnos la vida, ninguna es mas rentable, mas amena, y ninguna mejor adaptada a la vida del hombre libre.”
Catón, Columella, Varro y Palladio, escribieron manuales sobre las prácticas agropecuarias de los Romanos. Catón en su obra “De Agri Cultura” (sobre agricultura) nos informa sobre como se cultivaba en el segundo siglo a.C. En su libro “De Agri Cultura” Catón informa sobre la mejor manera de mantener un viñedo, una plantación de álamos, una huerta de olivos, una pradera, un campo de trigo, y hasta un bosque de robles. Yo recomiendo a mis estudiantes la lectura de Catón porque es muy ameno y nos da una visión histórica de la agricultura.
El período mas floreciente de la agricultura romana es al final del período de la República Romana. En esa época la mayoría de las explotaciones eran pequeñas y la mano de obra era mayormente libre. Durante el imperio romana se va consolidando la tenencia de la tierra en pocas manos y aparecen las grandes explotaciones que los romanos llaman “latifundios” palabra que se popularizó y es usada universalmente. Las explotaciones utilizaban ahora mano de obra esclava. La unidad de explotación se llamaba un “Villa Rústica.” Tener una extensión grande de tierra se convierte no solo en una fuente de riqueza pero también de prestigio. Cuanto mas tierra poseía un romano, mas poder político acumulaba en la ciudad. Pero la agricultura romana no daba abasto a las necesidades de Roma que se veía obligada a importar grandes cantidades de comestibles, sobre todo cereales.
Las técnicas empleadas no cambian mucho de los que describió Plinio y en general las reconocíamos hay en día, excepción del cultivo de la vid guiando las vides encima de pequeños árboles.
Las irrupción de tribus germanas en el interior de Roma comenzando en el siglo 3 de nuestra era y durando por otros cuatro tienen un impacto enorme sobre la organización de la agricultura de la Europa occidental.
Por empezar, los latifundios romanos, las “Villas rusticas” pasan a nuevo dueño, como en los avisos comerciales anunciando que tal o cual empresa atienden al público bajo nuevo manejo. Los jefes de los grupos germanos que ocupan la tierra van a formar la nueva nobleza medieval, mientras que los esclavos de las explotaciones romanas se trasforman en los siervos que labran la tierra del señor y a cambio de los cual reciben en usufructo una parcela de tierra. El comercio rural prácticamente desaparece y las explotaciones baroniales se convierten en entes autosuficientes. Los siervos prestan sus servicios al señor feudal tres o cuatro días a la semana, y en el resto del tiempo cultivan sus parcelas. El sistema romano de los dos campos se trasforma en el sistema de los tres campos. Cada labrador tiene acceso a una pequeña parcela en cada uno de los tres campos en que esta dividido el solar. Estos se van rotando: un año de trigo, otro de cebada, seguido en el tercer año por barbecho. Los rendimientos son bajísimos –entre 3 y 5 semillas cosechadas por cada semilla plantada y de la cual hay que extraer la semilla para el próximo año. El trigo es lo que nosotros llamamos trigo de invierno que se sembraba antes de las nieves en octubre o noviembre y se cosechaba a fines de Junio o comienzos de Julio. Una vez cosechado el potrero se largaban los bueyes para que pastaran. El resto del año los bueyes se mantenían en el bosque. El producto más importante de los bueyes era el estiércol, principal fuente de abono.
Hacia el siglo 8 y 9 se consolida una nueva estructura política y económica en Europa que llamamos feudalismo. Lentamente comienza a crecer la población lo que requiere mayor producción. El aumento de la producción se basa enteramente en un aumento de la superficie cultivada lo que lleva a una tala de los bosques y el cultivo de tierras marginales con una reducción de los rendimientos, sin cambios sustanciales en las técnicas de cultivo. A su vez aumenta la presión señorial sobre la mano de obra de los siervos.
La invasión árabe del norte de África y España introduce sistemas de riego basados en principios hidráulicos e hidrostáticos, norias, y la construcción de diques y reservorios. El sistema de los tres campos se consolida y se introduce el arado de vertedera, lo que mejora la eficiencia en la preparación del campo. Otro avance es la introducción de la pechera que aumentó en un 50% la capacidad de trabajo de los caballos. Hasta entonces los bueyes eran el principal animal de trabajo, pero una vez que se resolvió el problema de cómo atar eficientemente el caballo al arado, dado la mayor capacidad de trabajo del caballo estos fueron reemplazando lentamente a los bueyes. Esto a su vez permitió una mayor productividad, en un momento histórico en que empezaron a aparecer mercados en las ciudades para los productos agrícolas.
Las primeras instituciones que podemos llamar Universidades hacen su aparición en Italia, Francia e Inglaterra hacia fines del siglo 11 y comienzos del siglo 12. Son instituciones dedicadas principalmente al estudio del arte, abogadía, medicina y teología, parte de las siete “Artes liberales” opuestas a las siete “Artes Mecánicas” una de las cuales es la agricultura. Aquí vemos el comienzo de la agronomía no ya como aplicación de conocimiento empírico, pero en un contexto más teórico.
No voy a relatar los desarrollos históricos de la agricultura europea pero me gustaría mencionar que el crecimiento de la producción agrícola entre el siglo nueve y trece se ve interrumpido por la epidemia de la peste bubónica, la así llamada Peste Negra que diezma a la población europea. La peste negra tiene su apogeo entre 1348 y 1350. Se estima que en el siglo 14 murió entre un 30 y un 60% de la población europea reduciendo la población mundial de 450 millones al principio del siglo a unos 350 a 375 millones hacia 1400. La peste negra tuvo efectos económicos, sociales y hasta religiosos en Europa. Asimismo la Peste Negra cambia las relaciones laborales creando una enorme merma de mano de obra.
Sin entrar en detalles las nuevas relaciones laborales permiten a los viejos siervos deshacerse de las obligaciones feudales y se alienta una economía de dinero, y un gradual abandono del sistema rígido de los tres campos. La economía del feudo es gradualmente reemplazada por una economía de mercado
El desarrollo de las ciudades renacentistas, el incremento en la seguridad, la organización del estado, el desarrollo de instrumentos para favorecer el comercio, tal como las cartas de crédito, la sociedad anónima, los seguros marítimos, y las bolsas de comercio lentamente van transformando la agricultura de una actividad de subsistencia a una actividad comercial. Con eso aparece el interés de aumentar los rendimientos y por lo tanto las ganancias. Aparecen entonces sociedades agrícolas como el objeto de intercambiar información sobre como aumentar los rendimientos, proteger el suelo, aumentar el suministro de agua de riego, incrementar los fertilizantes.
El descubrimiento de América va a tener un enorme impacto sobre la agricultura Europea, como así también la agricultura europea va a impactar a la agricultura Americana. Se introducen en Europa una serie de nuevos cultivos los más importantes siendo el maíz y la papa. ¿Quien concibe de un italiano sobre todo si viene del Veneto sin su polenta? ¿Y quién concibe de un alemán sin sus Kartoffeln? Estos cultivos se van a añadir al arroz introducidos por los árabes, los porotos, los tomates y los zapallos americanos, y tantos otros cultivos enriqueciendo y trasformando la dieta y agricultura europea. Pero no es sencillo introducir un cultivo: hay que aprender sus necesidades de clima, fertilizante, protección sanitaria, etc. El proceso es lento y lleva tiempo. A medida que se aprende, la agricultura se trasforma en agronomía, en la ciencia de cultivar.
A medida que pasa el tiempo se van consolidando los países europeos modernos y se establecen mercados eficientes para el intercambio de productos. La agricultura de autosuficiencia desaparece reemplazada por una agricultura eficiente y más especializada. Los rendimientos incrementan y se introducen nuevas rotaciones que incluyen leguminosas y nabos. A su vez la revolución industrial introdujo implementos de hierro que aceleraron el trabajo y aumentan la productividad de la mano de obra. La emigración de mano de obra rural a los nuevos establecimientos industriales, aumenta el mercado urbano para productos rurales, pero al reducir la mano de obra rural requiere aumentos en la productividad. Se inventan implementos de hierro entre ellos sembradoras y segadoras mecánicas.
Comenzando en el siglo 18, en los Estados Unidos hay un problema laboral rural serio. La existencia de tierras para colonizar y la demanda del mercado europeo atraen a millones de europeos que se ven limitados en su afán de aumentar la productividad agrícola por falta de mano de obra. Para reducir el problema se inventan implementos nuevos tal como arados de acero, segadoras mecánicas, maquinas trilladoras. Una serie de individuos inventan máquinas para reducir el trabajo manual y aumentar la eficiencia de la agricultura. Algunos de esos nombre los encontramos cada vez que vamos al campo grabadores en maquinas modernas: John Deere, Cyrus McCormack, Jerome Case, Danierl Massey y Thomas Chalmers.
La necesidad de aumentar la productividad laboral induce al gobierno a fundar un sistema de Universidades agrícolas para aumentar el conocimiento agrícola, instituciones que se conoce como los Land Grant Colleges y que sirven de modelos en muchas partes del mundo.
En plena Guerra Civil se pasa una ley conocida como la “Morrill Land-Grant Collage Act” que es firmada por Abraham Lincoln. De acuerdo a esta ley todo estado (provincial) que fundara una Universidad (College) en que se enseñara agronomía y sus ramas recibiría del estado federal tierras fiscales que los estados podían vender para obtener los fondos para mantener estas instituciones. La misión de estas universidades fue expandida en 1887 cuando se pasó una ley que da subsidios a las Universidades agrícolas para establecer estaciones experimentales agrícolas. En 1914 el sistema vuelve a expandirse nuevamente para permitir el establecimiento de un sistema de extensión agrícola.
Y asi la agricultura empírica o semi-científica de los Romanos se convierte en la agronomía. En Europa Justus Liebig un químico alemán llama la atención a la pérdida de fertilidad de los suelos y propone la ley del mínimo, lo que lleva a una búsqueda de fuentes de fertilizantes naturales como el guano de Perú y o el salitre de Chile y nace la edafología. Estudios fisiológicos apoyados por estudios anatómicos empiezan a entender el movimiento de agua en las plantas y el rol de la fotosíntesis. En 1866 Mendel publica su artículo sobre la ley de la herencia, que es olvidado hasta su re-descubrimiento por Correns, De Vries y von Tschermak en 1900. En In 1919 Ronald Fisher comienza su labor en la Estación Experimental de Rotmansted en Hertfordshire, Inglaterra, donde este genio va a inventar el análisis de variancia y el análisis discriminatorio que fundan la estadística agrícola, herramienta indispensable para cualquier investigador agronómico.
La agricultura que se desarrolló en el virreinato del Rió de la Plata fue muy heterogénea. En el Nor-Oeste los indígenas trasmitieron su enormes conocimientos sobre todo en relación al cultivo del maíz, pero también en relación al algodón, la quínoa, las calabazas, y los capsicum. En el Nor-Este, los jesuitas domesticaron el cultivo de la yerba mate, creando un imperio comercial basado en mano de obra indígena. En cambio en la región pampeana la actividad comercial y económica se centraba en la cría de mulas y en la explotación del ganado vacuno.
Recién después de la organización nacional comienza la agricultura comercial en la región pampeana. Las colonias de inmigrantes europeos, de las cual La Esperanza es la primera comienzan el cultivo del trigo. Pero pronto se va difundiendo el cultivo de este cereal y comienza a ser cultivado en la estancias pecuarias de la provincia de Buenos Aires y Córdoba. Europa se un mercado en expansión. No entraré a discutir la cuestion de la mano de obra y los sistemas de ariendo y tenecia de la tierra que han sido discutidos en otras obras.
Al principio el cultivo del trigo se hace siguiendo experiencias europeas y usando semilla traída de Europa, conocida como trigo “Barleta” que es una designación de trigos de dudoso origen.
El 6 de agosto de 1883 se inauguró el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina con dieciséis alumnos y seis profesores que fueron contratados en Bélgica. En 1887 egresaron los primeros diez ingenieros agrónomos de la Argentina que marca el comienzo de la enseñanza en la Argentina. Ya en 1868 la Sociedad Rural había elegido el espacio de Santa Catalina para la creación del Instituto Agrícola que fue una avanzada en la práctica de la agricultura y alguna proyección hacia la ganadería.
En 1884 se funda la Bolsa de Cereales de Rosario.
En los últimos años del siglo XIX existían unas pocas instituciones de enseñanza agraria en el país: la Escuela Superior de Santa Catalina ya mencionada (que luego dejaría su lugar a la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata), la Escuela de Agricultura de Córdoba, la de Villa Casilda, en Santa Fé, y la Escuela de Vitivinicultura de Mendoza.
Tal número de instituciones pronto fue insuficiente para dar una respuesta adecuada al gran desarrollo de la producción agrícola-ganadera y a las necesidades de la actividad rural. Había necesidad de aumentar la productividad, mejorar los cultivos, y mejorar la hacienda. Por otro lado, parecía un contrasentido que la región más densamente poblada, la de la expansiva Buenos Aires, no tuviera ninguna escuela de enseñanza agronómica.
Fue así que en 1901 se dispuso la creación de una Estación Agronómica con Granja Modelo y Escuela de Agricultura, en los terrenos de la Chacarita de los colegiales destinados al Parque del Oeste. El 19 de agosto de 1904, por decreto del Poder Ejecutivo Nacional, el Ministerio de Agricultura creó el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria. El decreto dispone que quede a cargo de un Rector, un Consejo Directivo, cuya primera conformación contará con algunos de los más ilustres científicos de la época, como el gran paleontólogo Florentino Ameghino, el naturalista Angel Gallardo, Octavio Pico, José Lignières, Joaquín Zabala, y una serie de destacados profesionales extranjeros, como Marcelo Conti, Kurt Wolffhügel, Salvador Baldasarre y Gualterio Davis. En el cargo de Rector, se designará al químico Pedro Arata.
No seguiré enunciando detalles de la historia de la Facultad de Agronomía que ustedes conocen can mas detalle y más exactitud. Solo quiero mencionar que entre los profesores contratados se destaca la figura del belga Lucién Hauman contratado en 1904 que enseña no sólo botánica agrícola, su especialidad pero también Fisiología Vegetal, Fitopatología, Microbiología Agrícola y Genética. Hauman que produce una serie de trabajos ejemplares. Pero la contribución mas ejemplar de Hauman fue la de maestro, formando entre otros a Lorenzo Parodi, ¿? Marchionatto, y Salvador Soriano que a su vez afianzan el estudio de botánica fitogeografía, fitopatología y microbiología.
Y asi llegamos a nuestro dia.
El público lego muchas veces es de la opinión que cultivar la tierra es soplar botellas como alguien le mencionara a San Martín cuando estaba armando el Ejercito de los Andes. Por ignorancia a veces y por ideología otras veces el público llega a oponerse a avances técnicos que no entienden o no quieren entender. Los ataques al uso del glifosato, a las variedades trasgénicas, a la biotecnología y a la comercialización, revelan una ignorancia enorme de las dificultades que encuentra el productor a diario y lo privilegiado que somos en la Argentina como también en el mundo de tener hombres dedicados a cultivar la tierra. El público muchas veces no está conciente que los altos rindes obtenidos hoy por la agricultura argentina se deben a la existencia de instituciones dedicadas a la investigación y enseñanza de la agricultura –y sea dicho de paso también—de las ciencias veterinarias. Es el trabajo y la dedicación de investigadores, maestros, y administradores los que hacen posible que la Argentina se cuente entre las principales naciones agrícolas del mundo.
Es un honor singular que ustedes me hayan señalado para recibir este diploma que me señala como un miembro de vuestra cofradía. Muchas gracias por este reconocimiento y espero de alguna manera poder contribuir a vuestra éxito”.
El discurso del genio Otto Solbrig, genial, brillantez y seriedad con alta dosis de compromiso. Como Universitario Argentino, duele mucho ver estos casos de expatriación de Grandes hombres con gran formación.