Minerva Foods, la empresa de capitales brasileños dedicada al negocio cárnico con presencia en varios países de la región, continúa con sus planes de expansión. Y si bien en la mayoría de los casos los resultados han sido exitosos, no en todos lados han logrado instalarse con facilitad.
En su país de origen concluyó con la adquisición de activos de Marfrig que, según informó a raíz de la transacción anunciada en agosto pasado, se trata de “13 plantas de procesamiento de animales bovinos y ovinos, así como un centro de distribución a su operación”.
Esta compra implica un crecimiento significativo porque más que duplica la cantidad de frigoríficos del grupo. “A partir de ahora, la compañía podrá faenar 22.536 cabezas por día, en 21 plantas en el mercado brasileño”, afirmaron.
Además, indicaron que la empresa “avanza en la integración de una planta de procesamiento de bovinos en Argentina, y otra de ovinos en Chile, como parte de la misma transacción, y, con ello, podrá faenar 5.978 cabezas por día, en seis plantas en territorio argentino”.
“Este movimiento amplía el acceso de la compañía a clientes internacionales, dándole más exposición a mercados como Norteamérica, Europa, Medio Oriente y Asia, e incluso convirtiéndose en el principal proveedor de vacuno de China, con el mayor número de plantas del sector habilitadas para exportar hacia el país asiático”, señalaron en un comunicado de prensa.
El establecimiento que están negociando en Argentina es “La Morocha”, ubicado en Villa Mercedes, provincia de San Luis, que originariamente perteneció al grupo argentino Quickfood, fundado por la familia Bameule y creadores de la marca Paty. Se trata de una planta orientada principalmente a la exportación de cortes de carne de alta calidad.
Analistas del negocio sostuvieron que el negocio se cerró y que la firma está tomando posesión de aquella planta para comenzar a gestionarla a partir de noviembre.
Luis Bameule tomó la decisión de comenzar a vender sus fábricas por 2007 cuando el gobierno de Néstor Kirchner daba todas señales de ir en contra de las exportaciones de carne y del sector en general. Desde entonces es manejado por Marfrig. El año pasado se faenaron allí 163.125 vacunos según datos de la Dirección de Control Comercial Agropecuario.
Minerva ya tiene en el país dos grandes frigoríficos operativos que antes pertenecieron a la firma Swift, uno ubicado en Rosario y otro en Venado Tuerto. Entre los dos, en 2023 logró una faena de 525.000 vacunos. Si se suma la capacidad de la planta que ahora buscan adquirir, llegarían a un total de 685.000 cabezas, lo que representaría el 5% de una faena estimada para este año de 13,5 millones de bovinos.
Como si esto fuera poco, también posee las plantas de Pontevedra, en el conurbano bonaerense, donde se hacían sobre todos enlatados; otra en Colonia Caroya, y una tercera en Entre Ríos que tampoco están operando.
Esta expansión de la empresa en Argentina no parece generar hasta ahora problemas de concentración de la demanda, pero ese no sería el caso de Uruguay.
Allí Minerva intentó hacerse de empresas del grupo Marfrig, pero la Comisión de Defensa de la Competencia de ese país rechazó la operación por considerar que “encontró elementos probatorios” sobre su “posición dominante en el mercado de compra-venta de ganado bovino con destino a la faena, la cual llegaría con un porcentaje de participación del 43,5%”.
Mirá la resolución acá:
R 185-024 Minerva - Marfrig Recursos - Exp 3828 (1)
Especialistas en el negocio adelantaron que Minerva apeló la decisión de la Comisión de Defensa de la Competencia de Uruguay.
Por ahora, para los ganaderos de ese país la medida supone un gran alivio. A diferencia de lo que históricamente sucedió en Argentina, donde hay gran cantidad de frigoríficos y usuarios de faena, en el país vecino la concentración se acentuó y con ella el dominio de las empresas de ese rubro en la definición de los precios de la hacienda.