Los precios de la ganadería de cría son buenos. Los productores están vendiendo con valores positivos los terneros, y también se recuperan las cotizaciones de los vientres. Hay pasto y posibilidades de recriar y agregar kilos de carne de forma más barata. También se registra una buena relación entre los precios del maíz y la carne, que favorece el engorde.
Sin duda que la ganadería argentina pasa un buen momento.
Pero no sucede lo mismo en la industria, según cuentan sus referentes, y esto tiene que ver con diferentes cuestiones.
Este año se observa una caída en la oferta de ganado, aunque es menor a la presupuestada. En los dos primeros meses del año la disponibilidad de hacienda se redujo solo 2,5%. La baja se siente, pero no es tan importante como para explicar por las quejas industriales.
Daniel Urcía, presidente de FIFRA (la Federación de Frigoríficos Regionales, con fuerza en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos), dijo que “hay una amenaza de tormenta” y explicó los motivos.
“Este es y seguirá siendo un año difícil para la industria. Así lo van demostrando los números. Los precios en dólares de la hacienda son los más altos de la región y al mismo tiempo en pesos superan a los promedios históricos”, apuntó.
Luego agregó: “la industria pasa por penurias porque tiene costos caros”, entre los que resaltó el encarecimiento de la “mano de obra, de la energía e impuestos especiales como los derechos de exportación de 6,75% para la carne que no sea de vacas, además de todos los impuestos locales como Ingresos Brutos y tasas municipales. Todo ello le resta competitividad al sector”.
Según Urcía, este combo se refleja en la caída de las exportaciones que “delatan que el negocio no es rentable”.
Los precios que paga China, país al que en febrero se destinó el 65% del total embarcada, vienen mejorando, pero según el titular de FIFRA “siguen bajos comparados con el año 2022 y muy bajos si los comparamos con los máximos de 2019”.
En cuanto a la exportación de cortes de mayor valor indicó: “Los novillos son la figurita difícil de conseguir. Hace tiempo que pregonamos que es necesario crecer en dicha categoría”.
Urcía agregó que a la situación del sector exportador se suma que “las condiciones del mercado doméstico no son mucho mejores. Los costos internos, ordenados o sincerados a través del plan económico, tienen otra gravitación y el poder adquisitivo de la gente es un techo para el incremento de precios” de la carne.
Eso genera una brecha entre el valor de la hacienda que en los últimos 6 meses aumentó 42% y el de la carne vacuna, que obliga a las empresas frigoríficas a afinar el lápiz para reducir costos, mientras avisan un muy complicado 2025 para la actividad.