Un durísimo comunicado, muy explícito, emitieron las tres federaciones de la región patagónica asociadas a CRA, las federaciones de sociedades rurales de Santa Cruz, Chubut y Río Negro. Allí, le recordaron a Sergio Massa, el ministro de Economía, subsisten 5857 productores de ovinos, la mayor parte de ellos pequeños y medianos, que tienen problemas mucho más graves que los que cosechan soja en el centro y norte del país, condenados a no tener rentabilidad por el tipo de cambiop atrasado.
“El interior de la Patagonia está poblado de productores ovejeros más que de ninguna otra cosa. No hay otra actividad que garantice la soberanía hacia adentro como lo hace la ganadería ovina. Hoy, en nuestras provincias hay 5857 productores que tienen en promedio 1000 ovejas cada uno, mientras que hay que tener 3000 ovejas para ‘salir hecho’, y mínimo 4500 para tener rentabilidad. Así de fácil y abrumadora es la cuenta”, introduce el comunicado.
Los patagónicos no andan con vueltas ni le esquivan al diagnóstico: “La desastrosa brecha entre el dólar oficial con el que se cobra la lana, y el dólar real que define el aumento de los costos, ha puesto a miles de productores patagónicos en una situación angustiante de la que muchos definitivamente no pueden salir y terminan cerrando los campos”, le avisan a Massa.
En ese sentido, consideran que el anuncio del gobierno de mejorar cerca del 40% el tipo de cambio pero solo para forzar una ola de ventas de los productores de soja, “es una discriminación injusta, arbitraria y que posterga el sinceramiento de la variable del tipo de cambio para producciones netamente exportadoras, como la lana”.
La economía de la lana es parecida a la de la soja: el 90% de la producción argentina tiene como destino la exportación y solo un 10% queda dentro del país. Por eso el tipo de cambio vigente para hacer esos negocios es determinante de la rentabilidad.
“La economía regional de producción de lana, se encuentra peligrosamente atrapada entre el proceso inflacionario de sus costos, el crecimiento de la tasa de interés, el aumento paritario de salarios para todo el país, el desigual pago -sin contraprestación- del 20% de zona desfavorable y un tipo de cambio, absolutamente retrasado con respecto a las restantes variables”, determinan con claridad los ovejeros patagónicos.
Hasta el momento, frente a este tipo de reclamos, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, lo único que está haciendo es ganar algo de tiempo: promete medidas compensatorias para las economías regionales, pero no define ni cuánto, ni cómo, ni dónde.
Los productores de ovinos no parecen tener suficiente paciencia para ese juego. Declararon que “resulta enojoso y discriminatorio que se inventen tipos de cambio para determinadas producciones y se postergue o ignore a otras, con iguales o mayores problemas económicos y financieros. En este punto se debe comprender que cualquier medida que no sea una mejora en el tipo de cambio que define los ingresos del productor, no será más que un amargo acompañante de la angustia que vivimos”.
Y abundaron: “Los reintegros por exportación, los planes integrales para la ganadería, las líneas crediticias, los planes sanitarios, etc. no solucionan el problema. No cobramos dólares, cobramos pesos, entonces es urgentemente necesario que el tipo de cambio con el que nos pagan la lana tenga la evolución que tienen la inflación, el salario y el resto de los costos”.
“No pretendemos vivir de la dádiva, queremos estar incluidos en medidas concretas, sostenibles en el tiempo, realistas, que sinceren la economía y no que ignoren lo que les pasa a miles de productores, a los que la arbitrariedad del Gobierno los deja sin renta y los hunde en la decadencia. Sin rentabilidad no hay ganadería ovina posible”, avisan los patagónicos.
Los productores de cabras de Sgo y zonas afines tambien se encuentran en desventajas. Los quesos son demandados. Asi tambien los prod de arandanos de Tucuman y E Rios y pcia de Bs Aires