Dicen que el que se quema con leche ve la vaca y llora. Y en eso andan los productores tamberos tras los anuncios oficiales que chocan con los que hubo durante la campaña electoral. Primero se anticipó que las retenciones iban a subir al 15%, aunque este lunes el sector lácteo pasó a integrar un listado de economías regionales que serían excluidos de esa suba. Ahora será el Congreso el que deba definir el escenario final para los tamberos.
Entre la suba de costos por el aumento de los granos, los anunciados incrementos de las tarifas energéticas y de los fletes, y la posible implementación de este impuesto en el sector hay al menos una sensación de desilusión entre los productores de leche, mientras crece el temor a un cierre masivo de tambos chicos y también medianos.
Marisa Boschetti es la referente lechera en Federación Agraria y maneja un tambo muy chico, de apenas 1200 litros por día. Por suerte trabaja en campo propio, donde se provee además de las pasturas, ya que no utiliza el grano para alimentar a las vacas a los efectos de reducir costos.
El tambo de Boschetti está en Alicia, en el sudeste cordobés y muy cerca de la frontera con Santa Fe. Es un tambo familiar que recibe subsidio de la producción agrícola para sobrevivir y en que hay 70 vacas en preproducción.
“Mi tambo es netamente pastoril. Pudimos aguantar la seca durante un tiempo porque habíamos hecho algo de reservas, de picado de forraje, pero se fue terminando. Por eso hace dos meses tuve que recurrir al balanceado. Como hay que comprarlo nos terminó generando una deuda, así que terminamos dando el rollo que nos quedaba y algo de alfalfa. Con eso se está produciendo hoy, hasta que, bueno, hasta que podamos ver cómo se revierte esta situación”, explicó la productora.
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En esa estrategia, Boschetti priorizó la retención de vacas (no ajustó la carga), lo que implicó una menor productividad por animal. El otro camino por el que optaron otros tamberos era el descarte de vacas. Pero ella sabía que en su caso si lo hacía se le iba a complicar luego la reposición de esos animales.
“Antes de sacrificar los vientres, sacrifico no producir. Yo produzco en campo propio, en muy poquitas hectáreas, en 75 hectáreas de campo. Pero vendí todo lo que tenía de machos en recría y me quedé con los lotes de vaquillonas, vaquillonas preñadas y las vacas en producción”, explicó.
Además de ser tambera desde hace unos años Marisa es dirigente nacional en Federación Agraria. Dice que se involucró en la actividad gremial en el conflicto de 2008 y que luego por pedido de Carlos Achettoni pasó a integrar la conducción nacional de la entidad.
“Pedir y exigir desde casa y nunca ponerle el cuerpo y el pecho a esto es muy fácil. Hay que involucrarse para hacer fuerza, porque si no es como muy cómodo, ¿no?”, señaló sobre su participación gremial.
A Boschetti le preguntamos por las medidas que anunció el gobierno y en particular por la posible reinstalación de las retenciones a las exportaciones lácteas en 15%. “Sería nefasto para el sector”, sentenció. “Yo sé que han encontrado un país muy difícil de encaminar y con muchas necesidades, pero tomar llevar los derechos de exportación al 15% sería lamentable y muy lapidaria, muchos tambos van a cerrar”.
Luego de estas declaraciones, el gobierno anticipó que los lácteos iban a integrar una lista de excepciones a esa regla. Y por lo tanto mantendrían más allá del 1 de enero de 2024 la suspensión provisoria de retenciones anunciada por el ex ministro Sergio Massa en la campaña electoral.
Para apuntalar esta decisión, Boschetti propuso que el gobierno ponga en la balanza el efecto beneficio en las cuentas fiscales, que sería menor, y contrastarlo con el gran perjuicio que implicaría para los productores.
“Lo que necesitamos es más producción y más productores. Poner en marcha el país y con esas medidas, en algunos casos, sería todo, se daría el efecto contrario” finalizó.