Pablo Ginestet es actualmente uno de los principales referentes de Carbap, la confederación de asociaciones rurales de Buenos Aires y La Pampa. Tiene 47 años y además de productor en Henderson, es licenciado en Economía y Administración Agraria, lo que lo convierte en un agudo dirigente rural que maneja temas complejos. Por caso, está al frente de las Comisiones de Granos y la de Medio Ambiente en su entidad.
Con Ginestet mantuvimos un mano a mano sobre política agropecuaria en el programa radias Colonia Agropecuaria:
-Es un fin de año complicado. Desde Carbap han emitido un comunicado metiéndole presión a los intendentes por el tema de las tasas municipales. ¿Está tan desbocado el asunto de las tasas municipales como para que sea una preocupación generalizada?
-Digamos que hay de todo, pero hay casos en que realmente han sido aumentos muy grandes, por encima del 200%. Henderson es uno de ellos, porque un 220% aumentó la tasa vial.
-¿Pero esto para 2025? Dicen que la inflación será mucho menor el nuevo año.
-Para 2025, sí. Son todos aumentos que se están votando para el ejercicio que viene, para el nuevo presupuesto municipal. Carlos Casares está también en el orden del 200%, pero la mayoría están en 150 o 160%. Más allá del valor en sí mismo, porque hay lugares en que puede ser necesario, otros que no, el tema es que se están aumentando indiscriminadamente. Recordemos que los municipios tienen tasas, y las tasas son como contraprestación de un servicio, y la realidad es que los caminos rurales que deben arreglarse con la tasa vial que cobran, están en pésimo estado. Entonces el tema es que se termina usando la plata de esa tasa para otra cosa.
-¿Sucede solo con la tasa vial?
-Lo mismo pasa con Guías y Señales. Por ejemplo en Henderson, en el caso de cerdos, el valor de la guía que le pusieron es 1,2% del valor del cerdo, o sea que aquel que carga un cerdo para ir a sacar la guía, solo para cargarlo el 1,2% automáticamente se lo lleva al municipio. O el medio por ciento de un novillo de 400 kilos.
-¿Y por algo que no tiene ninguna contraprestación, porque no es más que un permiso?
-Exactamente, termina siendo un mero impuesto.
-¿Y qué lectura política están haciendo? Evidentemente los intendentes están recurriendo a lo que tienen cerca para financiar sus distritos, porque el ajuste les debe estar bajando a ellos también. La Nación debe estar ajustando sobre la Provincia, la Provincia sobre los municipios, y los municipios ajustan sobre los productores…
-Exactamente, tal cual. Pero digamos que los municipios todavía no han querido hacer ese ajuste que sí se ha hecho en parte en Nación y en Provincia, y bueno, siguen presionando sobre sus ciudadanos directos, la mayoría recae sobre el productor agropecuario, que es lo más fácil porque muchas veces son pocos votos, o al que miran con otra ideología. Pero esto no necesariamente tiene que ver con si son kirchneristas o no, acá están todos los colores metidos en esto de aumentar las tasas. Buscan seguir recaudando y no ajustar sus gastos a la nueva realidad.
-Además hay una percepción social en los pueblos de que al productor siempre le va bien y que llora de lleno.
-Tal cual, el otro día una concejal cerró diciendo que los que mejor están económicamente en este momento son los que más tienen que poner, y bueno, se ve que esta señora tiene un zapato que no pisa el sector agropecuario.
-¿Cuál es la fotografía que vos haces del sector agropecuario en este momento?
-El productor en este nuevo escenario económico claramente fue uno de los que más perdió. Está el reacomodamiento de lo que fue la economía a un dólar más estable y este nuevo horizonte económico que se propone desde Nación, sumado a que hubo una baja de precios internacionales y que no se le bajó ningún impuesto al sector agropecuario, como en general a nadie todavía en la economía. Pero quedamos con un poder adquisitivo de los precios de los cereales muy bajo. Pensemos que en la soja, el productor está recibiendo lo mismo que hace un año atrás, alrededor de 270 o 280 mil pesos.
-¿Su ingreso es el mismo con una inflación que fue de 166%?
-Exactamente. Nosotros vemos con buenos ojos todo esto que se ha hecho de estabilizar la moneda, de que no tengamos inflación, de que vayamos abriendo la economía. Queremos competir con el mundo, no tenemos ningún problema. Pero bueno, no nos suban al ring con las manos atadas…
-¿Y alcanza con reducir las retenciones para superar esta crisis de rentabilidad?
-Con este nivel de precios, realmente yo no sé si con las retenciones alcanza para volverlo competitivo al sector agropecuario. A lo mejor en la soja sí, porque tiene 33%, pero el maíz y trigo, que tienen 12%, yo hoy no sé si se arreglan los problemas que tienen solamente eliminando las retenciones.
-¿Incluso eliminando retenciones en esos cereales, no sabes si se recupera la rentabilidad que se perdió por suba de costos y baja de precios?
-Exactamente, digamos, hay que todavía un montón de costos, que tienen que ver con el costo argentino, por llamarlo de alguna manera, que tienen que ver con las labores, los fletes, la cosecha. Bueno, todo eso realmente quedó hoy en dólares un 70-80% por encima de lo normal. Lo cual, a medida que más te alejas de los puertos, más inviable vuelve a un montón de producciones.
-¿Y Kicillof se está portando bien? Porque tuvieron varios roces a lo largo del año entre Carbap por el impuesto inmobiliario.
-Kicillof se aprovechó en el 2024, porque hizo aumentos que dependen los tipos de valuaciones fiscales de las parcelas, le terminó agregando una cuota extra. Los aumentos llegaron al 300% y en algunos casos lo superaron. Pero esto fue durante el 2024. Para el 2025 se está discutiendo (finalmente se cayó la sesión en la Legislatura y no se aprobó el presupuesto). Kicillof fue bastante más razonable, propone un aumento de 33-34% más o menos del Impuesto Inmobiliario, lo cual es bastante razonable, y a su vez volverían lo que son los descuentos al buen contribuyente y otras alternativas que había de descuento. A lo mejor si uno tiene esos beneficios, el impacto sea prácticamente el pague lo mismo que pagó el año pasado. Pero más allá de eso, volvieron a aumentarle Ingresos Brutos a movimientos dentro de los puertos que terminan impactando en algunos productos importados del agro.
-Y subiendo de escalón llegamos al Gobierno Nacional. Según el monitor que hace FADA, que mide la presión fiscal en una hectárea agrícola, es responsable del 92% de la presión fiscal sobre los productores agrícolas al menos. ¿Cuánto margen de tolerancia hay para esperar a Milei y sus reformas?
-Todas las cartas están jugadas. El productor ya sembró y como no es una industria que se puede parar tan fácilmente, la maquinaria sigue funcionando y había que sembrar. Y claramente sembró con una perspectiva de precios y de costos que no era la mejor. Seguramente se terminará usando menos tecnología y demás, pero esta campaña ya está echada. La realidad es que en mayo, cuando los productores terminen de zarandear lo que fue la campaña, prácticamente van a ver la realidad de que seguramente no le alcanzó para pagar sus costos, sobre todo aquellos que tienen campos arrendados. El que trabaja su propio campo tiene otra ecuación. Pero así todo, ahí vamos a empezar a ver realmente dónde está parado el sector agropecuario.
-¿Esa es la fecha de tolerancia?
-Nosotros veníamos insistiendo al presidente Milei, al ministro Caputo y a los funcionarios de la Secretaría de Agricultura, que de la misma manera que el presidente todo el tiempo está diciendo cómo y cuándo va a levantar el cepo, para el sector agropecuario necesitamos lo mismo. Lamentablemente lo único que dicen es “cuando haya superávit fiscal”. Pero cuando haya superávit fiscal, habrá una cola interminable de sectores que necesitan bajar los impuestos también. Entonces, bueno, digamos cuánto y cómo va a ser esa rebaja para el sector agropecuario, porque también tenemos que tener esa hoja de ruta para saber dónde vamos a estar parados. Lamentablemente no hemos tenido mucho eco en nuestros reclamos, y claramente nuestro principal miedo es que el tiempo pase. El presidente Milei ya transcurrió en un 25%, su primer año de gestión, de los cuatro para los que fue elegido, y no movió ni un ápice de lo que fueron los derechos de exportación al sector agropecuario de la parte agrícola. Sí bajó un poco en lo que es la ganadería. Entonces, empezamos a ver esto con preocupación, porque los tiempos apremian, y la impaciencia del productor también se empieza a hacer notar.
-Es curioso ver que los dirigentes agropecuarios miren hacia el interior de las cadenas. Pero vos como integrante de la Comisión de Granos de Carbap presentaste una denuncia en la Comisión de Defensa de la Competencia por cierta cartelización de la demanda de granos. Muchas veces la renta del productor se esfuma, y no son los gobiernos los que se la llevan sino otras sectores de la cadena. ¿Esa denuncia prosperó? ¿Sigue firme?
-Muchas veces el manotazo más grande no se lo lleva al Estado, sino los mismos integrantes de la cadena. En este caso, los exportadores. La denuncia ya hace un poco más de un año que se hizo, en agosto del 2023. Y sigue su curso, se amplió la denuncia hace un tiempo atrás. El tema donde hicimos mucho mayor hincapié en lo que es el dólar forward, que tiene que ver con el 80-20 y cómo se liquidaban las exportaciones. Hoy, de hecho, como se achicó la brecha, termina siendo insignificante. Pero cuando un productor especificó un contrato de futuro de trigo que había vendido en julio y lo cobró ahora, el exportador se le quedó con alrededor del 3% del precio por no pagarle el 80-20, por liquidarle todo al precio del Banco Nación.
-¿Y eso en la cosecha de trigo es un montón de plata?
-Pero además de algo que no les corresponde, que está claro que siempre desde la exportación se le pegó al productor, y en esto hemos tenido el acompañamiento del sector de los acopiadores, que también vienen reclamando lo mismo. Históricamente el valor del dólar que recibía el exportador era el que trasladaba hacia la cadena. Eso fue histórico, y ahora se olvidaron de esa parte. Siguen poniéndose dólar Banco Nación y quedándose con la diferencia. Por una cuestión de cómo fue la economía, convergió prácticamente a cero. Pero hace un año atrás, esta misma situación, en el gobierno final de Sergio Massa, la brecha era más grande, y era 50 y 50 la ecuación de cómo liquidar los dólares, entonces se quedaban con un 40% de la diferencia. Una fortuna hicieron el año pasado con los productores que habían vendido cebada y trigo. Realmente fue escandaloso.
-¿Entonces sigue abierta la investigación?
-La pelea sigue, seguimos presentando documentación. Ellos están contestando, aunque hay argumentos que realmente causan risa, Cuando hablaron del fideicomiso aceitero, que fue un convenio que firmaron exclusivamente los exportadores para aportarle plata al gobierno para el tema del fondo aceitero, reconocen que al final era un costo mas y se lo descontaban al productor. ¿Algo que firmaron ellos para perjudicar al productor? Es una de las pocas cosas que yo creo que se deberían estudiar en microeconomía, como un sector de la economía se pone de acuerdo para perjudicar a su cliente, con el principal enemigo del cliente, que era en ese momento el Estado kirchnerista. ¿Cómo hicieron negocios entre ellos, en desprecio del campo, y para perjudicar a su cliente, que son los que le aportan la soja? Realmente una actitud rarísima. Y después hay que escuchar cómo se quejan de que en Argentina se produce cada vez menos soja…