La cosa se va poniendo más pesada.
Luego del chasco de denuncias presentadas a fines de marzo por la Dirección Nacional de Control Agropecuario (la ex ONCCA) del Ministerio de Agricultura, que anunció “la suspensión de 15 exportadores” y al final -como diría el Súper Agente 86- terminó encontrando dos empresas truchas y un boy scout, ahora es la Aduana la que accionó contra dos decenas de empresas frigoríficas por subfacturación y elusión de retenciones. El daño al fisco, por ahora, ha sido calculado en unos 6 millones de dólares, según fuentes oficiales.
Desde la AFIP se informó esta tarde de domingo que “la Dirección General de Aduanas (DGA) denunció a 19 frigoríficos que realizaron operaciones fraudulentas de exportación de carne”. ¿Qué maniobras? “Las irregularidades de los exportadores de carne bovina se enmarcan en lo que se conoce como declaración inexacta”, precisaron.
Con algunos indicios en su poder, Bichos de Campo venía investigando el asunto desde hace un par de semanas y puede precisar que la supuesta infracción tiene que ver con que hay varias empresas exportadoras que desde el año pasado sacaron del país unas 38 mil toneladas de carne con hueso hacia China y otros países aparentemente bajo una posición arancelaria que no tenía nada que ver con ese producto.
Es que esas cargas comestibles se declaraban bajo el nomenclador 0506.90.00.000W (correspondiente a “los demás huesos o núcleos córneos, en bruto, desgrasados”), cuando deberían haberse declarado bajo las posiciones 0202.20.90.920X y 0202.20.90.990V (“los demás cortes bovinos sin deshuesar”). La primera posición abarca huesos sin carne para usos no comestibles e incluye, por ejemplo, a las astas de un ciervo. Las posiciones del capítulo 0202 sí corresponden al producto demandado por China, que son algunos huesos del bovino que quedan semi-pelados luego de la despostada, pero que todavía tienen restos de carne. Dicen los que saben que con esos huesos los chinos preparan altas sopas.
La primera gran irregularidad detectada por la Aduana es que la posición declarada tributa una retención de solo 5%, mientras que la segunda y la que en apariencia correspondía paga el 9% de derechos de exportación. Ahí, desde el vamos, hay 4 puntos de diferencia sobre el valor FOB declarado.
“Como resultado de una investigación de más de tres meses, la DGA que encabeza Silvia Traverso presentó una denuncia por maniobras de evasión tributaria y por menor ingreso de divisas al mercado cambiario. La pesquisa aduanera permitió detectar que los 19 frigoríficos denunciados declararon mercadería en forma incorrecta con el objetivo de reducir la carga tributaria y subfacturar”, indicaron las fuentes oficiales.
La investigación comenzó en marzo de 2021 durante una verificación física de contenedores con carne para exportar. Los productos estaban declarados como mercadería no apta para el consumo, pero luego “los agentes aduaneros advirtieron que los productos tenían características que daban cuenta de que podría tratarse de carne para consumo humano”.
Primero se investigaron las cargas de cinco empresas. Y luego “se avanzó con corroborar todos los permisos de embarques de exportaciones que habían salido del país como si se trataran de mercadería no apta para el consumo desde marzo de 2020”. El resultado -según datos obtenidos por este medio- es que habría unas 38 mil toneladas que se encontraban en esa situación irregular y que habrían sido exportadas por las 19 empresas, cuya identidad la Aduana omitió informar.
No deja de llamar la atención que esta investigación, que por cierto había arrancado en marzo, se diera a conocer luego de que el jueves por la noche el presidente Alberto Fernández confirmara el cierre de las exportaciones de carne y diera por muerta la negociación con los grandes frigoríficos exportadores del Consorcio ABC. Este grupo de empresas estaba conciliando con Matías Kulfas y Paula Español colocar unas 12 mil toneladas de cortes más baratos en el mercado, a cambio de la reapertura exportadora que les permitiera reanudar sus negocios, especialmente con China.
Pero algo sucedió en el medio y todo se frustró. Ahora se hace público este caso. Son coincidencias que deben remarcarse.
Este episodio se hace público a medias, porque las fuentes oficiales no identificaron a los frigoríficos presuntamente infractores. Y vaya si hay que tener mucho cuidado, porque en la lista están los más grandes frigoríficos exportadores del país, como Arre Beef, Swift, Marfrig, Quickfood, Carnes Sudamericanas, Catter Meat, Cia Bernal, Conallison, Coto, Logros y On Beat SRL (sería una firma del grupo Morrone). Según fuentes del propio sector, algunas de estas empresas ya habrían sido intimadas por la Aduana y habrían abonado la diferencia que se les reclamaba en forma de multa.
Pero en los listados de infracciones hay cuatro o cinco empresas que se destacan del resto por la cantidad de operaciones dudosas: son Azul Natural Beef, Carnes Pampeanas SA, Frigorífico Recreo, Frigorífico Gral Pico, y Procesadora Ganadera Entrerriana.
“Las multas acumuladas por las presuntas maniobras de evasión y subfacturación de las exportaciones alcanzan los 5,8 millones de dólares”, afirmaron las fuentes de AFIP. Queda claro que la evasión corresponde a la menor tasa pagada de retenciones. La subfacturación, en tanto, es materia de análisis, pues esas casi 38 mil toneladas de huesos con carne se declararon a un valor promedio cercano a 1.100 dólares por tonelada.
La mayor parte de las infracciones correspondió a negocios realizados en los primeros meses de 2021, con unas 25 mil toneladas. Luego de que la Aduana comenzara a investigar, hubo un llamativo crecimiento de las exportaciones de hueso con carne declaradas en las posiciones correspondientes, según surge de la estadística pública.
Una posible explicación (pero no una justificación) es que para frenar maniobras de subfacturación por parte de esa industria, la Aduana había fijado valores de referencia para las exportaciones en enero pasado, que según fuentes del sector privado, al cabo de algunas semanas no se correspondían con lo que realmente sucedía en el mercado internacional. El gobierno actualizó esos valores recién varios meses después. Y volvió a hacerlo la semana pasada.
“Hasta la segunda modificación de los precios de referencia anterior a esta ultima, los huesos no estaban. Y fue justamente el Consorcio ABC quien le pidió a la AFIP que los incluyera porque había varias empresas con dudas que estaban haciendo el negocio con los huesos. Resulta raro que el ABC le pidiera al Gobierno que controle los huesos si estaban sacando mucho volumen por una posición incorrecta”, explicó una fuente que conoce bien el negocio de exportación de carnes, y que se sorprendió con el tenor de la denuncia aduanera.
“Los valores referenciales son una herramienta que permiten detectar operaciones de subfacturación en las exportaciones. De esta forma, la decisión del organismo que encabeza Silvia Traverso ofrece una herramienta para desarticular maniobras de evasión de impuestos y prácticas abusivas que afectan el ingreso de divisas al mercado cambiario. Asimismo, los valores de referencia permiten abordar la competencia desleal de aquellos operadores que no cumplen las normas”, destacaron las fuentes oficiales.
Con estas denuncias, aunque todavía debe haber espacio para que las empresas se defiendan y en todo caso actúe la justicia, ahora sí el gobierno tiene más fundamentos para hablar de una “subfacturación” de parte de los exportadores de carne.
Como dijimos a la entrada de esta nota, hasta ahora parecía un chiste la ofensiva oficial, pues se basaba solamente en el caso de “15 exportadores suspendidos” anunciado por la ex ONCCA conducida por Luciano Zarich, que terminó casi en la nada, pues la inmensa mayoría de esos operadores denunciados o no tenía intereses en el negocio de la carne o bien fueron rápidamente rehabilitados. En total, esas supuestas maniobras involucraban apenas un poco más de 2.000 toneladas.
Que ahora estén las grandes empresas del negocio exportador involucradas en esta denuncia de la Aduana genera, sin duda, un episodio de mayor envergadura. Aunque tampoco sirve de excusa para aplicar una suspensión total de las exportaciones de carne como la que esta vigente hace dos semanas, y que castiga tanto a empresarios justos como pecadores. Y sobre todo, que perjudica mucho más a los productores, que no tienen nada que ver con estos manejos.
En todo caso ha sucedido algo muy saludable: la Aduana, que tiene que controlar, investigar y a lo sumo sancionar, esta vez lo hizo. Por el bien de todos. Sería bueno que no se utilice este caso para demonizar a la cadena de ganados y carnes…