Luciano Di Tella conduce la pyme láctea Yatasto, localizada en Navarro. Hace mucho tiempo fue además director de lechería y por eso con él se puede hablar de diferentes cuestiones vinculadas al sector. Es lo que sucedió en una entrevista con Bichos de Campo.
Yatasto vende lácteos a ciertos municipios del conurbano, pero en las últimas semanas pudo hacer pie en Ciudad de Buenos Aires. Suele ser un desafío difícil para las pymes lácteas, porque el porteño es un territorio dominado por las grandes usinas. Pero Di Tella aprovechó una circunstancia para colocar nada menos que leche fluida.
“La realidad es que hubo una discusión por el precio de la leche entre los supermercados chinos y la empresa líder, y en ese conflicto aprovechamos la oportunidad para meternos. La leche en sachet tiene precios regulados y lo que tengo entendido es que la firma líder comenzó a cobrar un porcentaje por logística lo que generó una discusión”, explicó el industrial.
Escuchá la entrevista a Luciano Di Tella:
Esa discusión le abrió la puerta a Yatasto, aunque Di Tella ni cree que sea un negocio de largo plazo para las pymes la venta de leche en Capital Federal, por cuestiones de logística.
“Los autoservicios de GBA (Gran Buenso Aires) suelen tener volúmenes más grandes que los de Capital donde hay mucha densidad de negocios y cada negocio vende menos. Además el tráfico es infernal en épocas normales. A un camión le cuesta hacer 15 clientes mientras que en el conurbado hace 30 en el mismo tiempo. Por eso son pocas las pymes que logran buena distribución en CABA”, comentó.
Di Tella se refirió también al conflicto de Atilra, el gremio de los trabajadores de la industria lechera, tanto con Apymel como con el Centro de la Industria Lechera. Explicó que las cámaras de la industria ofrecieron un aumento del 27,8% por todo el año con una cláusula de ajuste si la inflación se dispara, que los sindicalistas no aceptaron. Por ahora hay una tensa negociación en el ministerio de trabajo, pero los sindicalistas ordenaron el trabajo a reglamento y podrían anunciar un nuevo paro, con todo lo que ese implica en un sector que trabaja con productos altamente perecederos.
-¿Por qué no hubo arreglo?
-Atilra plantea un aporte adicional (de 16 mil pesos) para la obra social (Ospil), pero muchos empleados nuestros no la tienen, se van a otra o tienen prepaga porque los salarios del sector son buenos. No todos los afiliados tiene la obra social de Atilra- explicó el empresario, que cree que la discusión excede lo estrictamente salarial.
El gremio, según fuentes del sector, cuenta con cerca de 25.000 afiliados, aunque sólo 5.000 empleados utilizan la obra social sectorial. De aceptar las condiciones, significaría un gasto adicional para las industrias de 400 millones de pesos. Por eso, las lácteas dicen estar dispuestas a pagar el aporte sólo por esos afiliados confirmados.
Por otra parte, las firmas lácteas dicen que este año -por la cuarentena- tuvieron costos crecientes, como por caso haber contado con 5/10% menos del personal que fue considerado de riesgo o que tuvo contactos estrechos, según contó Di Tella.
Le preguntamos a Luciano, finalmente, por qué el precio al tambero hace 6 meses que está congelado en torno a los 18 pesos, según el relevamiento oficial. “Tenemos un incremento importante de la producción y el consumo al mismo tiempo se primarizó: se consumen productos básicos como las leches y eso bajó la rentabilidad. Mientras, los costos están subiendo porque el dólar sube. Y a los precios los tenemos fijos desde marzo, en parte porque están regulados y en parte porque se venden más productos pero de menos renta, ya que cayeron lo de mayor agregado de valor”, fue la larga explicación..
Di Tella concluyó que “lamentablemente cuando hay incremento de costos las industrias somos tomadoras de precios. Nos gustaría poder negociar el precio del cartón y del polietileno, pero no se puede”. Y entonces la cadena hace la de siempre, ajusta para atrás, al eslabón precedente.