Lucas Garibaldi es doctor en Ciencias Agropecuarias y se especializa en la investigación para promover la biodiversidad, la producción de alimentos saludables y el bienestar físico, mental y social de las personas.
Ha desarrollado modelos matemáticos y estadísticos que han contribuido con nuevas tecnologías de procesos, como el diseño de paisajes rurales multifuncionales y soluciones basadas en biodiversidad. Es investigador del Conicet y profesor de la Universidad Nacional de Río Negro Tiene una página propia donde va volcando estas experiencias.
-Usted sostiene que la biodiversidad ayuda a producir mejor y más. ¿Cree que esta idea ya ha entrado en el mundo agropecuario argentino?
-Es más común que hace 10 años pero aún no está internalizada. Hay empresas que recién ahora empiezan a hacer corredores biológicos o a rotar más… cada vez es más común pero todavía incipiente.
-¿Qué le dicen los productores cuando usted sugiere dejar espacios de ambientes nativos en hectáreas productivas?
-También es una idea relativamente nueva y por supuesto que es mirado con cautela. Cuando presento información lo hago con evidencia científica por lo tanto tiene fundamento y es creíble… pero vamos poco a poco. Si algunas empresas ven que otras lo hacen y les va bien, es más fácil que lo adopten y así van ganando más confianza. En las charlas noto que a los productores les parece interesante la idea, no la descreen pero no se van totalmente convencidos. Y hay un grupo más innovador que toma el mensaje, consulta y ejecuta, con buenos resultados… pero no es la mayoría.
-¿Tiene algunas cifras que muestren cómo se mejoran los rindes dejando ambientes nativos?
-Sí, hay cifras publicadas en revistas académicas de todo el mundo. Tenemos información para dar. En algunos ambientes agropecuarios hemos detectado beneficios mayores al 25% en productividad de cultivos.
-¿Qué le dicen cuando usted explica que el monocultivo destruye los polinizadores (no sólo las abejas, sino también otros bichos y pájaros) y que justamente, los monocultivos también necesitan polinizadores?
-Se comprende bien pero tienen incertidumbre respecto de cómo iniciar una transformación para reducir la cobertura de monocultivos.
-Pero con menos polinizadores hay menos rindes por hectárea, ¿entonces cómo se corta este ciclo negativo?
-Con soluciones basadas en biodiversidad. Esto se trabaja en los lotes de cultivo (por ejemplo policultivos, cultivos de servicio) y manejando los bordes de los cultivos para la biodiversidad. Además, mirando los campos desde arriba se tienen que ver cosas variadas: tiene que haber diversidad a escala de paisaje, lo que incluye ambientes naturales. Cosas distintas en las distintas parcelas.
–¿Qué le dicen cuando usted sugiere comer no más de 300 gramos de carne por semana porque es bueno para la salud y para el ambiente (porque si comemos carne necesitamos más superficies con monocultivo)?
-Arranco la respuesta desde un poco antes: desde nuestra mirada evitamos el pensamiento dualista del estilo “carne sí o carne no” porque eso no contribuye a soluciones. Desde el punto de vista de la biodiversidad nos proponemos ir aumentándola todos los años en un 2% en los campos de cultivo y hacemos hincapié en los procesos de cambio y de transformación; vamos mejorando cada año a través de lo que llamamos manejo adaptativo. Con la carne es lo mismo: no es que haya que dejar de un día para el otro sino ir poco a poco comiendo menos y eligiendo qué carne consumir porque buena parte del problema es la carne que proviene del feedlot que son animales alimentados con comida que podrían comer los humanos, lo cual además de contaminar (por ejemplo el agua) es ineficiente en el uso de la energía: podríamos alimentar mucha más gente si nosotros comiéramos directamente ese maíz o soja.
-¿Por qué cree que la agroecología despierta cierta irritación en el ámbito de la producción convencional?
-Porque plantea una dicotomía que no ayuda. Insisto: lo que nos conviene es pensar el proceso y no rotular en “buenos y malos”, “víctimas y victimarios”, porque la realidad es más compleja que eso. Genera irritación porque hay productores que quieren mejorar y cambiar las cosas pero se les plantea un ideal agroecológico que es inalcanzable y de alguna manera se los ataca… no se plantea un escenario técnico posible de realizar donde haya una transición porque no se puede cambiar de un modelo de un día para el otro. Hay que ir aprendiendo cómo usar menos agroquímicos y controlar las plagas con prácticas basadas en biodiversidad. Esto lleva tiempo y necesita trabajo serio y acompañamiento; en ese sentido la agroecología es un modelo exitoso en fomentar la soberanía alimentaria y el desarrollo local brindando empleo, modos de vida y alimentos de calidad en ambientes sanos.
-Se dice que hay que aumentar la cantidad de comida para el mundo… Pero a la vez 6 de cada 10 personas en Argentina sufren sobrepeso, o sea que hay más gente que sufre de obesidad que de desnutrición. ¿Hay que aumentar la producción o disminuir el consumo?
-Un poco de todo: necesitamos cambiar los hábitos de consumo para ser más saludables y más felices y eso va a tener menor impacto en el medioambiente que es el lugar donde vivimos. Si no tenemos un medioambiente saludable no podemos ser felices, por ejemplo si no tenemos buen aire o agua de calidad. Entonces el ambiente es por nosotros, para nuestro bien, independientemente de si tenemos o no que aumentar la producción…
-¿Entonces?
-Con respecto a la producción depende de qué. Si tenemos una dieta saludable necesitamos más producción de alimentos saludables como verduras y frutas… luego hay otras cuestiones que son más debatibles como si tenemos que aumentar la producción de maíz para biocombustibles. En lo personal me parece que no: usar la tierra -que hoy es escasa- para combustible no creo que sea una buena idea. Resumiendo: necesitamos aumentar la producción de ciertos tipos de alimentos y no de otros que son más commodities. Y justamente a través de los hábitos de consumo cada habitante va a ejercer una presión menor sobre el Planeta porque va a requerir menor cantidad de hectáreas para su alimentación.
-Si ya sabemos que hay más gente con sobrepeso que desnutrida y que además un tercio de la comida se tira… ¿por qué se sigue repitiendo que hay que producir más comida?
-Creo que lo que complica la comunicación es que hay múltiples causas y múltiples soluciones. De nuevo: estas sobresimplifcaciones que hacemos basadas en un pensamiento dualista de esto o aquello, no nos ayudan. Para encontrar soluciones hay que hacer un poco de todo y, como dije antes, pensando en procesos. Uno de ellos es el cambio en los hábitos de consumo y la educación de las personas sobre alimentación porque estamos muy “mal educados” en cómo cocinamos y asociamos los alimentos. Otros cambios importantes son no desperdiciar comida y, además, comer menos. Tan simple como eso.
-¿Por qué nos resistimos tanto a dejar de consumir?
-Porque estamos confundidos respecto de cuál es la fuente de felicidad. Pensamos que comprar y consumir cosas nos hará sentir mejor, pero en realidad eso es sólo tapar agujeros de ansiedad. Necesitamos un consumo, claro, pero un consumo sano: el exceso, por ejemplo en la alimentación, sólo nos trae problemas como podemos ver todo el tiempo a nuestro alrededor.
Nota: Las opiniones del entrevistado no representan formalmente las de las Universidad Nacional de Río Negro
Adaptación, transición y acompañamiento. Rescaté esas palabras claves para orientarse en los cambios en curso que, por tener un trasfondo cultural, son inevitables. Excelente reportaje, felicitaciones.