Los precios de la carne vacuna perdieron la carrera contra la inflación en enero, luego de haber registrado importantes subas en noviembre y diciembre del orden del 10% mensual.
Según la última medición que hizo el IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna) en carnicerías de CABA y el Conurbano, el aumento promedio de los cortes vacunos fue de 2,5%, cuando los economistas y las consultoras esperan una inflación promedio para el primer mes de 2022 en torno al 4%.
Así, según esta medición, la suba acumulada en los últimos 12 meses para este producto declarado por el gobierno como “bien cultural” totalizó el 54%, es decir que se ubicó apenas 4 puntos porcentuales por encima de la inflación.
Este freno de la escalada de precios de la carne tiene que ver en primer lugar con que en enero mucha gente se toma vacaciones y eso reduce el nivel de demanda en los grandes centros urbanos. Por eso muchos operadores del sector tienen sus esperanzas puestas con lo que pueda suceder a partir de febrero y en marzo. Si bien son meses particulares, que a las familias les exigen el gasto propio del inicio de clases, en el mercado ganadero habrá poca oferta de animales para la faena. Es consecuencia del menor ingreso de hacienda a los feedlots en los últimos meses.
A este factor se suma que el bolsillo de los argentinos está golpeado. Si bien la demanda de carne vacuna dio históricamente señales de poca elasticidad ante la baja en la oferta, la caída del consumo se refleja más en la estabilidad o freno a la suba de los precios, que en el volumen de demanda que siempre es alto.
El tercer factor a tener en cuenta es el cepo exportador que impuso el gobierno desde mayo de 2021, y que se renovó en el arranque de este año. Junto a las restricciones a los embarques de carne, las autoridades crearon un Observatorio de la Carne Vacuna con capacidad para recortar todavóia más los volúmenes de exportación en función de la evolución de la oferta y los precios internos.
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Del informe del IPCVA se desprende otro dato interesante. El precio del pollo, carne casi tan consumida como la vacuna, con niveles de casi 50 kilos por habitante al año, aumentaron en enero un 5%, el doble que la vacuna.
En esto tiene mucho que ver el atraso de sus precios, ya que en el año su incremento fue de sólo 38%.
En el caso de la carne de ave sucede lo contrario a la carne vacuna: La demanda es muy elástica y cuando hay alta oferta del producto, a la cadena comercial le cuesta mucho aumentar los precios. La ventaja del sector avícola es que es super productivo y muy competitivo.
El gasto de un ciudadano en los 50 kilos anuales de consumo promedio de carne de pollo, al valor de 225 pesos por kilo en enero, supone un total de 11.300 pesos. En tanto, para consumir 50 kilos de carne vacuna que el gobierno pretende asegurar este año, cada argentino deberá gastar 44.000 pesos.
La evolución entre los precios de la carne de pollo y los del asado se reflejan en la brecha que mide el IPCVA, que se siguió ampliando y aumentó 7,6% en enero. Es decir que por cada kilo de asado se pueden comprar 4 de pollo.