Los hermanos Toller manejan una pyme familiar que produce y empaca sus propios cítricos en Federación, Ente Ríos. Tienen un empuje que los lleva a crecer aun cuando el contexto económico y productivo no es el más auspicioso.
Los Toller son 6 hermanos que trabajando juntos y que hace 10 años formaron la empresa que lleva su nombre: Hermanos Toller. Desde entonces sumaron a la producción primaria de naranjas y mandarinas típicas en esa zona otros eslabones del negocio, especialmente su propia planta de empaque. Hace un par de años llegaron a exportar directamente, sin intermediarios que se encargaban de poner el producto en destinos.
El año pasado nos contaron de su primera exportación de naranjas a la Unión Europea. Y hace 10 días despacharon el primer cargamento de mandarinas: “Fueron 26 pallets, un contendedor, con destino a Rusia para un cliente que contactamos en la feria de inicios de febrero en Berlín”, explicó Darío Toller, en referencia a la populosa Semana Verde que se realiza todos los veranos en Alemania.
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Toller agregó que esperan este año llegar a las 2 mil toneladas entre las ventas propias y a través de terceros a los mercados internacionales, dentro de un programa que se fijaron hace tres años y que les ha permitido capear la crisis de la actividad citrícola.
En general, las exportaciones de naranjas y mandarinas han caído a sus mínimos históricos, a niveles de menos del 10% de la producción total. Con lo cual, los avatares del negocio están muy condicionados por la situación del mercado doméstico, bastante castigado por la baja del poder adquisitivo de la población. Exportar, en este contexto, es casi como una fuga.
Los Toller tienen empuje, entusiasmo, quieren ir por más y también servir como ejemplo para que otros se animen a exportar y así agrandar la torta: “La empresa es una pyme y le ponemos mucho esfuerzo para desarrollar esta alternativa exportadora. En la zona hay más de 15 o 20 empresas como la nuestra, y si todas hiciéramos lo mismo cuánto más y mejor andaría el mercado interno y cuánto lugar le daríamos a los productores y empacadores más chicos que viene por debajo nuestro, para poder desarrollar los mercados. Por eso lo cuento, para poder contagiar a alguien más para poder ir marcando el camino”, enfatizó Darío.
Esta familiar de productores logró crecer y cumplir con el objetivo planeado pese a las dificultades que presenta la economía argentina. En el caso de la actividad agropecuaria, además de las generales de la ley, hay que tener en cuenta que las exportaciones se concretan con un dólar que se ve afectado por las retenciones. Los cítricos pagan un 5% pero sobre el valor FOB final del producto ya listo para exportar, lo que implica un descuento bastante mayor sobre el valor de la fruta.
Los productores cobran el equivalente en pesos al tipo de cambio oficial menos esos derechos de exportación. Pero “cuando vamos a comprar estamos pagando a un dólar de 100 o más. Entonces el desfasaje económico es enorme”, remarcó Toller.
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“El sacrificio que hacen todos los productores de la región para poder seguir en pie es enorme. No hay línea de financiamiento para poder trabajar. Pero más allá de todo, en este problema de la pandemia al sector lo dejaron trabajar y estamos levantando la cosecha que es una sola al año” explicó el productor de Federación. Con ese ingreso luego deben programar los gastos y costo de vida de los siguientes 12 meses.
En cuanto a la cosecha de cítricos en la región explicó que esta temporada “el rendimiento productivo está bastante bajo. Es una año de poca producción, porque venimos saliendo de una super cosecha y esto es porque las planas se agotan y al próximo año lo más probable es que caiga la productividad. En cuanto a los precios, se están logrando valores razonables. El año pasado se malvendió mucha mercadería. Hoy no, pero no sé qué pasará en dos o tres meses. Es todo muy impredecible”.