Habiendo trabajado en el sector público y ahora desempeñándose en el área privada desde la consultora PBY Agro (que comparte con Gustavo Picolla y Javier Buján), el ingeniero agrónomo Marcelo Yasky puede dar un paso atrás y analizar el mercado de granos desde una mirada más amplia.
Como cualquier consultor, Yasky define a su trabajo como uno que brinda herramientas comerciales para leer el mercado a quien las necesite. Lo cierto es que más que leerlo, hay que traducirlo al castellano porque reviste una gran complejidad.
Hasta 2014 Yasky se desempeñó como subsecretario de Agricultura de la Nación. Ya en ese entonces, y emparentado también con su trabajo actual como analista agrícola, sus deberes implicaban analizar los llamados “fundamentos del mercado de granos”, es decir todos los elementos que inciden en la oferta y la demanda. En ese entonces, el desafío era hacerlo desde la esfera del sector público.
Para este consultor su trabajo también significa desmitificar un poco a las herramientas comerciales, que muchas veces son emparentadas con la “timba” o la ruleta. “Sigue existiendo una idea equivocada de estos instrumentos, en lugar de imaginarse que pueden servir para cubrir o asegurar precios”, señaló a Bichos de Campo.
“Los instrumentos en sí mismos no son buenos ni malos. No tienen vida propia. El que les da sentido es quien los usa. Uno puede imaginarse un escenario futuro de precios pero la bolsa de cristal no la tiene nadie”, agregó.
Mirá la entrevista completa a Marcelo Yasky:
Aún así, Yasky considera que se debe apuntar a aplicar los cálculos y estimaciones más afinados posibles, porque de allí nace la transparencia y confianza en los mercados. Esto de alguna forma marcó su paso por la función pública, donde todavía es recordado como uno de los responsables de actualizar el sistema para el cálculo de las estimaciones oficiales de granos, en especial del maíz.
Pero no solo intentó optimizar la red de estimaciones que tiene el Ministerio de Agricultura sino que también quiso presentar de mejor modo la información, pues con el cálculo de oferta -según su mirada- no alcanzaba para hacer un buen análisis. “Mi preocupación era que un elemento tan básico como la hoja de balance de oferta y demanda, que para mí es el instrumento básico del análisis de los fundamentos, el Ministerio no lo publicaba como información, ni lo publicaban las Bolsas de Rosario o de Buenos Aires”, recordó.
Hasta ese momento, la fuente de información más consultada eran los famosos “informantes calificados”, que implicaban confiar en la palabra de un tercero sin cotejar con las estadísticas correspondientes. “Es un método muy barato y malísimo, y es el método que usaba el gobierno cuando yo me senté ahí”, afirmó Yasky.
Ese fue el puntapié inicial para pensar en una alternativa y, analizando las herramientas que se aplicaban en países como Estados Unidos, se comenzó a aplicar el “muestreo aleatorio estratificado con marco de área”. Su aplicación supone la selección aleatoria de un muestreo de hectáreas y controlar lote por lote su producción. Eso luego puede cotejarse con imágenes satelitales.
-¿Hay buena información oficial sobre la producción, la oferta y la demanda en Argentina?- le preguntamos al ingeniero.
-Sí. El único dato que creo que debería mejorarse, y que el Ministerio tiene la información y debería disponibilizarla, es sobre los stocks. Porque desde por lo menos tres campañas atrás está el SISA, el sistema unificado de información, donde los productores deben declarar el stock. La información que publican en el Ministerio sobre stocks es en instalaciones comerciales: acopios, depósitos de la industria y en depósitos de la exportación. Pero esto servía cuando no había silobosa. Hoy tenés un montón, sobre todo en maíz y soja, guardado en las bolsas. Aunque sea una vez por año, esa foto te permite proyectar.
-¿Cuál es entonces el rol del consultor?
-Tenés que seleccionar adecuadamente lo que utilizas de una paleta importante de datos. La diferencia que uno puede hacer va por seleccionar las mejores opciones de información y las más confiables. El tema es que va de la mano de cierto cambio generacional, que va haciendo que cada vez más jóvenes profesionalizados sean los que asuman la actividad productiva y manejen mejores instrumentos, más avanzados para la producción y para la toma de decisiones comerciales.