“Aún no existe una vacuna ideal para la enfermedad de la influenza aviar y es nuestro deber como dirigentes sectoriales informar bien a los productores; hay vacunas producidas que no han demostrado eficiencia y, ante la presencia del virus, las aves deben sacrificarse aun vacunadas.”
Así lo indicó este lunes Roberto Domenech, presidente de Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), durante un encuentro realizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires con motivo de la conmemoración del Día Nacional de la Avicultura.
La referencia no es casual, porque las autoridades de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), que representan a los productores de huevos, solicitaron al gobierno que instrumente un plan para vacunar a toda la población aviar en el país con el propósito de mitigar la crisis sanitaria y económica generada por la influenza aviar H5.
Pero como las vacunas disponibles contra la enfermedad no están aprobadas en gran parte de los países importadores de carne aviar, esa práctica implicaría cerrar múltiples mercados de exportación para el producto.
En el año 2022 se alcanzaron los 2,45 millones de toneladas de producción y más de 400 millones de dólares de exportación con más de 60 destinos. Este año, las ventas externas se suspendieron luego de la detección del virus en planteles avícolas comerciales.
“La influenza aviar (H5) ha sido una irrupción desequilibrante que alteró nuestros planes, obligando a Senasa al cierre de las exportaciones y aplicar el rifle sanitario en los lotes afectados”, apuntó el presidente de CEPA.
Respecto a mercados externos, Sofía García, coordinadora de Negociaciones Internacionales de CEPA, informó sobre la evolución de las gestiones público-privadas, a fin de acordar nuevos certificados sanitarios con cada uno de los países importadores de pollo argentino, lo que podría lograrse en base a la propuesta de “zonificación dinámica”, por la que se garantiza origen de la exportación desde regiones del país que no hayan registrado presencia de la enfermedad.
Entre las principales negociaciones en agenda, mencionó la próxima misión oficial a China, a cargo de una comitiva técnica del Senasa, a concretarse en la segunda quincena de este mes (la nación asiática era el mayor comprador de carne aviar argentina antes de la emergencia sanitaria).
Por su parte, Carlos Sinesi, gerente general de CEPA, se refirió al trabajo realizado en forma conjunta con el INTI en el “Análisis del Ciclo de Vida” de la carne de pollo, determinando los valores de las huellas de carbono y la huella hídrica en más del 70% de la producción avícola argentina. “Los valores alcanzados por el sector sitúan a la actividad con altos estándares en lo relacionado a la sustentabilidad”, expresó.