La producción de huevos cerró 2022 con muy buenos resultados: creció 8% la producción, aumentó 5% el consumo, hubo también mayores exportaciones, y gracias a la incorporación de tecnología y de manejo de las empresas se lograron sostener niveles de rentabilidad estables, aunque más bajos que el año previo.
Así lo explicó a Bichos de Campo Javier Prida, el titular de la Capia, la Cámara de Productores Avícolas, quien explicó cuáles son los desafíos que enfrenta el sector este año que acaba de comenzar.
En cuanto al corto plazo, el directivo de las avícolas mostró preocupación por la situación económica, en particular por la suba de los costos que van más rápido que los precios.
“Hoy tenemos un consumo de 314 huevos por persona al año y queremos llegar a los 365 para garantizar el consumo de un huevo por día por habitante”, indicó Prida, quien de inmediato explicó que para este crecimiento sea posible se requiere tener una rentabilidad adecuada. Para eso es clave que la cuenta entre ingresos y gastos mantenga resultados positivos.
“Si siguen subiendo los insumos, servicios, combustibles y mano de obra, para febrero vamos a tener al 80% de los establecimientos por debajo de la línea de rentabilidad. Hoy el precio está 27% por debajo de la inflación, por lo que ya necesitamos recomponer al menos 15% el valor en los próximos días”.
Prida explicó que el productor cobra 445 más IVA el maple de huevo, que luego se vende al público a 900 pesos. Esto, a su juicio, “significa mucha renta en comercialización y distribución de la que quedan afuera los avicultores”.
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Además de estas cuestiones, que tienen que ver con la coyuntura, indicó que están trabajando en tres ejes para desarrollar a la actividad en el largo plazo.
Prida dijo que el sector requiere que el Estado ponga a disposición del sector líneas de pre-financiación para las exportaciones que están teniendo un crecimiento importante en términos porcentuales, aunque es baja su participación sobre el total producido. Apenas el 4% de los huevos producidos el año pasado fue exportado, y el resto terminó en el consumo interno.
Sin embargo, Prida destacó que la exportación es un costado del negocio con mucho potencial y agregado de valor. “Este es un sector dinámico que le da al maíz 8 veces su valor y a la soja 5 veces su valor, es el producto con más más valor agregado de todas las exportaciones agropecuarias argentinas. El año pasado crecieron 33% y podemos ir por más”, indicó.
Otro eje de desarrollo de la avicultura de postura tiene que ver con la carga impositiva. Los productores pagan 10,5% de IVA, pero se vende en al minorista con una carga de 21%. Prida dijo que sería conveniente emparejar las alícuotas para evitar saldos técnicos, y que así también se ayudaría al consumidor.
Finalmente el titular de Capia dijo que están trabajando en la elaboración de una ley avícola nacional como tienen otros países, aunque la que más le interesa es la que rige en Colombia. Para Prida esa legislación debería contemplar la conformación de “un fondo de contingencia interno para afrontar problemas climáticos, sanitarios, de mercados, realizar estudios científicos, promover la educación y capacitar recursos humanos“.