Rubén Borgogno es, antes que nada, un productor cordobés que mamó desde la cuna los valores cooperativos y que ahora está intentando convencer a sus hijos de que siempre permanezcan sobre esa senda de la economía solidaria. Reconoce que le cuesta algo de trabajo, porque con esto de la globalización los más jóvenes se han vuelto mucho más competitivos y exigentes que sus mayores. Pero sabe que también ellos han entendido el valor que tiene contar con la estructura y respaldo de la cooperativa. “Uno no trata de imponer las cosas, Ellos se dan cuenta y eso es lo bueno”, dice.
Borgogno proviene de la cooperativa Cotagro de General Cabrera, en la zona manisera de Córdoba, pegada a General Deheza. Su abuelo fue uno de los socios fundadores de esa entidad, que nació siendo tambera y supo virar a tiempo hacia la agricultura (a punto tal que hoy es unas de las principales exportadoras nacionales de maní) junto a los productores de la zona que iban abandonando la lechería.
El padre y los tíos de Rubén también fueron socios activos y fervorosos cooperativistas. Recuerda él que cuando era chico la figura de Cotagro estaba asociada a la idea de progreso: Que este tractor lo compramos gracias a la cooperativa; que los cereales los vendemos mejor a través de la cooperativa, etcétera. En 1996, plena convertibilidad, una época nefasta en la que los productores caían como moscas, el propio Borgogno se animó a comprar un campo abandonado por uno de sus vecinos. Y sabe que pudo hacerlo gracias a la ayuda de la cooperativa.
Hoy Borgogno es nada menos que el presidente de ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas), la entidad de segundo grado que agrupa a 143 cooperativas de primer grado, entre ellas su querida Cotagro. Es una cooperativa de cooperativas, que compite por igual con las grandes multinacionales de los insumos y del comercio de granos.
Mirá la entrevista:
-Me gustó su discurso por el centenario de ACA, recordando que 1922, por ejemplo, fue el mismo año en que las mujeres comenzaron a utilizar pantalones, entre otras comparaciones históricas.
-Hice un racconto de lo que sucedía en 1920. Entonces éramos un ejemplo desde el punto de vista educativo, pero también éramos el granero del mundo porque recién salíamos de la Primera Guerra Mundial.
-¿Cómo se decidió dar vida a ACA?
-Fueron al principio 11 cooperativas y la idea sobre todo era defender la comercialización de su producción. En ese momento estaban los famosos Ramos Generales y ya había algunas empresas monopolistas que se aprovechaban de los productores. Muchos de ellos ni siquiera hablaban bien nuestro propio idioma, porque eran inmigrantes. No tenían escuela ni nada. En ese contexto, Juan Costa fue un visionario.
-¿Quién fue Juan Costa?
-Fue el primer presidente de la asociación. Antes fue fundador de dos cooperativas, una en Noethinger y la otra de Leones. De las 11 cooperativas que inicialmente fundaron ACA hay solo dos que quedaron. Una es la de Leones, que hoy preside Carlos Garetto. Y la otra La Vencedora de Hernando.
-Así que Costa fue uno de los precursores…
-Otra persona muy inquieta fue el doctor Domingo Bórea, un inmigrante italiano que estaba como delegado del Ministerio de Agricultura del momento y fue quien entusiasmó a Costa para que pudiera reunir a todas esas cooperativas y se fundara la Asociación. Ya en 1922, ellos se dieron cuenta que las cooperativas de primer grado no iba a solucionar sus problemas, que tenían que federalizarse. Fue que se fundó la ACA.
-¿Cuál fue el razonamiento?
-¿Por qué se hace una cooperativa? Porque la unión hace la fuerza. Es unirnos entre productores para conseguir objetivos comunes. Y bueno, el razonamiento fue por qué no unirnos entre cooperativas para conseguir otros objetivos más grandes, que ya eran no solo la comercialización sino también la exportación.
-Hoy ACA ofrece todos los insumos y servicios que necesita un productor, salvo la maquinaria agrícola. Incluso han presentado la plataforma para la agricultura digital “ACA Mi campo”.
-Esa es la idea. Y hay que agradecer que ACA siempre se supo adaptar alas necesidades de los productores en cada momento. Te digo lo que me pasa a mi ahora como productor agropecuario: mis dos hijos me presionan diciéndome que “ACA” Mi campo se está quedando y que hay plataformas que ya ofrecen otro tipo de imágenes digitales. Es una presión. Pero la intención de ACA es estar un poco a la vanguardia de las cosas que necesitan los productores.
Borgogno cuenta que cuando se recibió de ingeniero agrónomo a los 24 años y regresó a General Cabrera, sentía que la cooperativa de su pueblo, que había fundado su abuelo, iba a sentir la obligación de darle su primer trabajo. Pero el gerente de ese entonces, Víctor “Bocha” Bossio, lo paró en seco y le recomendó iniciarse en las juventudes cooperativista, uno de los puntales de ACA incluso ahora en la actualidad. “Le prestamos mucha importancia, ya que de ahí salen los dirigentes y el sistema se hace grande”, define ahora.
-¿Tiene sentido todavía la figura cooperativa 100 años después, con la agricultura tan globalizada como es ahora?
-Nosotros a lo mejor vamos un poquitito más lento, pero siempre llegamos al objetivo. El cooperativismo sigue estando muy vigente y aparte la red que tenemos nosotros es la envidia de cualquier empresa, porque estamos en más de 600 comunidades. Algunos productores no llegan a entender lo que significa el cooperativismo, pero cuando lo entienden es fantástico por las cosas que se consiguen.
-¿Y al productor de qué le sirve integrar una cooperativa?
-Yo los escuchaba a mis padres y a mis tíos cuando íbamos al campo: Gracias a la cooperativa esto y aquello. Me quedó tan grabado eso. A mi siempre me sirvió la cooperativa. Por ejemplo, muchos productores van a tener problemas este año con la sequía. Entonces acuden a sus cooperativas y las soluciones van a aparecer, para eso también sirven.
-¿Y tus hijos lo siguen entendiendo?
-Yo te decía lo de la juventud, que por suerte en mi cooperativa funciona desde hace más de cincuenta años. Yo pretendía que mis hijos fueran parte de la juventud, como había sido yo, Pero ellos se fueron a estudiar y finalmente no pasaron por allí. Ya hace algunos años empezaron a ser parte de la empresa y advierten que importante que es hacer todo en la cooperativa. Si falta combustible se llama al camión de la cooperativa; si necesitamos plata, se la pedimos a la cooperativa; la producción de granos va a la cooperativa. Es más fácil trabajar así con una sola empresa. Esto no quiere decir que ellos no averigüen precios por otro lado. Yo les digo que si vamos a cada negocio en particular no siempre la cooperativa va a tener el mejor precio o va a pagar el mejor valor del cereal. Pero en la suma de todo eso, en el promedio, no me cabe duda de que conviene.