Luego del intento del gobierno de Javier Milei de subir las retenciones, derruir el régimen de promoción de los biocombustibles, introducir por la ventana la UPOV 91, prorrogar el castigo financiero a quienes conserven soja, penalizar a la ganadería por la emisión de gases de efecto invernadero… entre tantas otras cosas sucedidas en estos primeros dos meses de gobierno, la pregunta cantada que debemos hacer los periodistas a los dirigentes del sector es por qué no protestan ahora como hacían cuando Cristina Kirchner o Alberto Fernández movían un dedo en contra de la actividad.
Eso fue lo que le preguntamos entonces a uno de los principales referentes actuales de la Mesa de Enlace, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino.
Mirá la entrevista:
-¿Te empezó a suceder que te empiezan a reconocer la gente en la calle como presidente de la Rural?
-Sí, bueno, más o menos. El otro día incluso tuve un un encuentro bastante desagradable.
-¿Para putearte o para felicitar?
-No, para putearme, por eso fue bastante desagradable, más que yo iba con mi hija y no tampoco estar discutiendo.
-Y eso que si hay algo que todos reconocen en vos es que has hecho un gran esfuerzo por desacartonar a la Sociedad Rural, que no sea esa entidad elitista que muchos suponen.
-Eso pasó, pasó. Hoy la realidad, la dinámica del mundo, las diferentes generaciones que también van cambiando… ¿Vos hoy a un productor cómo te lo imaginas? Yo cierro los ojos y me imagino un tipo joven en una estación de servicio de cualquier ruta de la Argentina con su laptop y viendo las mediciones desde su computadora, cómo andan los lotes, cómo andan los rindes. Hay un tipo de productor, por ahí se le puede decir más moderno o más tecnológico, en el mundo de hoy. Eso te lleva a relacionarte de diferente manera con todo el mundo.
Al presidente de la SRA lo entrevistamos sentados en un galpón de la Sociedad Rural de Comodoro Rivadavia, este domingo, en las vísperas de un acto de inauguración que compartió con su par de CRA, Carlos Castagani, dos gobernadores y con dirigentes rurales de toda la Patagonia. De fondo, los ovinos y los productores atentos a la jura y los remates. Sirvió el escenario para este ablande…
-¿O sea que te gusta ser dirigente? ¿No te arrepentís de haber asumido aún exponiéndote a la puteada o a la banalización de la discusión política, la Argentina siempre dividida en dos bandos?
-No me arrepiento para nada y me parece que es parte del juego que alguno te putee. Como vos decís, es blanco o negro, siempre estás a favor y si no estás a favor, estás en contra. Para mí no va por ese lado. Pero no me arrepiento para nada. A mí no me gusta el laburo este que no te exige estar metido en un escritorio en Buenos Aires.
-Estamos a principios de febrero, a 50 días del cambio de gobierno. Si vos tuvieras que definir la época agropecuaria hoy, el momento. A mi me parece que es medio de confusión, porque no se sabe para dónde va a rumbear el barco todavía.
-A ver, hay mucha expectativa. Hay que reconocer que el gobierno, este nuevo gobierno, genera expectativa. También genera mucha incertidumbre, porque empezamos desde un gobierno que iba a quitar retenciones, al mismo gobierno que, en definitiva, quiso subir retenciones.
-Lo de eliminar retenciones Milei te lo dijo a vos, me acuerdo, en julio pasado, durante la Exposición Rural de Palermo.
-Y bueno, evidentemente la situación llevó a que no se pueda hacer en los tiempos que él creo que lo va a hacer.
-¿Vos le crees? ¿Él realmente quiere hacerlo?
-Sí, yo le creo. Creo en el presidente que dice que hay que bajar impuestos. Lo creo fehacientemente. Pero, bueno, también acomodó ese famoso tipo de cambio del que veníamos. Se ha tratado de hacer, pero evidentemente es más complicado de lo que parecía. A veces ese Teorema de Baglini funciona realmente. Es muchísimo más fácil ser oposición, es divino. Cuando sos oficialismo, tenés que mostrar realmente hechos concretos de qué vas haciendo. Lo que creo es que hay que calmar la ansiedad, hay que tener paciencia. No lleva 60 días este gobierno y fíjate vos lo que se ha logrado en 60 días. Por lo menos tuvimos un Congreso funcionando desde el 28 de diciembre hasta hoy mismo, sigue funcionando. Eso no es menor.
-¿Te pareció bien ese esquema de que el presidente proponga algo que es muy ambicioso y los gobernadores y la dirigencia política le pusiera límites en lo que parecía que había que poner límites?
-Yo pienso que el presidente, en esa demanda de ley ómnibus, mandó un paquete de cosas de las que evidentemente muchas no se iban a poder plasmar. Pero también el presidente abrió un juego distinto con los gobernadores. Hoy los gobernadores tienen una injerencia muy importante dentro de lo que es la conducción del gobierno provincial, pero a su vez que repercute en lo nacional.
-Trato de pensar la misma discusión con Cristina, cuando los gobernadores callaban, guardaban silencio, eran reprendidos de mal modo. Además imagino el Congreso, más allá de que no me haya gustado el nivel de discusión de la ley ómnibus, se discutió. Y puso límites y se bajaron un montón de artículos. A Cristina no le bajaban un artículo ni soñando.
-El gobierno actual tuvo la grandeza de decir, señores, laburen ustedes. Esto es lo que yo pienso hacer. Discútanlo. Después el nivel de discusión, como vos decís, mamadera…
-Si el gobierno tiene la grandeza de darle al legislativo la posibilidad de legislar, que era algo que no se veía, ¿no es el momento de que el agro presente sus propias leyes? Digo, que discuta retenciones en el Congreso, que alguien se ponga a escribir.
-Sí, pero no es el momento también que el Congreso. Hoy no tenemos todavía una comisión nombrada de Agricultura. Y ya estamos charlando con diferentes jugadores, legisladores de todo el arco político, que si van a integrar esa comisión, desde el agro, desde las entidades hay mucho para aportar. Yo creo que ha cambiado la forma. Hay demanda desde el agro, pero con oferta. No nos quedamos más quietos en la demanda y el pedido y la exigencia. Te muestro por qué pedimos, pero te muestro a dónde vamos a ir.
Pino, en este sentido, está muy conforme con que el Congreso haya bajado el paquete fiscal incluido en la ley, que amenazaba con quitarle otros 1.500 millones de dólares a los productores en retenciones, cuando el sector ya aporta unas 8.000 millones y viene de atravesar la peor crisis climática de las últimas décadas. Por eso tampoco está muy tranquilo con la adhesión argentina a la UPOV 91. “Creo que nos debemos primero hablar de una ley de semillas, nos debemos una ley federal de carne, porque seguimos con una de los años 70”, dice.
-Si se empiezan a nombrar leyes pendientes… Incluso falta una ley de arrendamiento, que es un tema que capaz que le resulta antipático a la Rural Argentina.
-Pero hay que tratarlo. Hay que tratar esos temas. En esto de la UPOV parece como que te querés poner las medias y después de los zapatos… Arreglemos las cosas que tenemos que arreglar primero. Vamos tranquilos. ¿Qué te apura en esto? Sí es importante volver a discutir una Ley de Semillas… ¿qué podés hacer cuando vos tenés un país en el que los productores agropecuarios resisten este nivel de retenciones que te saca de juego contra cualquier competidor? Entonces, si vas a tratar un convenio internacional, todos los países tienes que tener las mismas normas en general. Argentina está fuera de eso con los volúmenes de retenciones que tenemos. Ni hablar del tipo de cambio. Hay que ir paso a paso, como decía el director técnico.
-Quiero suponer que vos tenés línea con el gobierno, y que a eso se debe el tono expectante y conciliador, y no el tono agresivo respecto de las cuestiones de retenciones. Lo acabas de decir, ‘le creo que quiere hacer las cosas bien, con lo cual hay que darle un margen’. Entiendo que esto es así. Ahora, ¿no le faltan gestos a este gobierno hacia el sector productivo? Macri los tuvo, dijo lo que iba a hacer con las retenciones de inmediato…
– 48 horas después de que asumió Macri fuimos a Pergamino. Es cierto que tenía un sendero acá. Acá no lo veo. Bueno, dejemos que se acomode. El diálogo en el gobierno existe, con funcionarios de alto nivel. Yo he estado con Guillermo Franco, nos hemos reunido con funcionarios de altísimo nivel del Ministerio de Economía, por supuesto con Fernando Vilella y Pedro Vigneau. Diría que es permanente el ida y vuelta. Pero quizás sea bueno un gesto más político.
-A veces una foto habla mucho mejor que mil palabras. Si no estamos todos hablando de cómo Milei apoya al Teatro Nacional yendo a ver a su novia a Mar del Plata, Pero no hay ningún gesto que se le escape para decir voy a un campo, veo, me entero. Vos sabés que la gestualidad en esto es importante.
-Sí, bueno, créeme que anteayer tuve un chateo en ese sentido.
-Entonces tenemos que apurarnos a sacar la nota antes que lo haga.
-Si lo sacas después y ya ocurrió, podés decir ¿viste? No hablamos tantas tonterías como parece.
-En definitiva vos creés que es pronto para ser duros, para mostrar dientes. ¿Y te ilusionás con que no sea necesario mostrarle dientes? Lo que pasa es que todo viene de una dinámica de 20 años de mostrar dientes y la pregunta es si están preparadas las entidades agropecuarias para hacer otra cosa.
-Eso también nos lo debemos nosotros como entidades, ¿no? Los cuatro de la Mesa de Enlace. Es decir, muchachos, la verdad que nos pasamos 20 años en la discusión. Cualquier dirigente se paraba arriba de una mesa con un megáfono y alentaba el quilombo. ¿Y ahora? Por eso digo, demanda con oferta. Tenemos para dar mucho. Necesito que vos hagas lo que tenés que hacer para que yo pueda hacerlo.
-¿Vos sentís que vale la pena, entonces, hacer el esfuerzo de cambiar el chip en esta etapa histórica? Digo, porque… Eso implica desarmar defensas y capaz que te sale mal también.
-Tenemos que ver más allá de la figura del Presidente lo que dijo la sociedad en la elección. Y la sociedad votó rotundamente un cambio. Y un cambio no por lo tradicional, peronista, PRO, radical. Un cambio en la manera de hacer política. Este Presidente ganó una elección con una forma de comunicar totalmente novedosa y distinta a lo convencional. Bueno, hay que saber escuchar eso. Entonces, también uno como dirigente sectorial tiene que escuchar, porque ese mismo cambio también te lo van a pedir a vos. La gente se hartó de la forma de hacer política. Yo creo que también en nosotros la gente se hartó de la puteada permanente. Entonces, bajemos los flaps. Si hay algo que tenemos que tener los seres humanos, a diferencia de los animales,es la capacidad de dominar una ansiedad.
-Pero esa paciencia no es lo mismo para vos, para mí, que para un asalariado que gana 200.000 mangos y no le alcanza la plata.
-Obviamente la paciencia y los niveles de ansiedad son diferentes. Pero tenemos que colaborar para que ese señor pueda lo más pronto posible empezar a vivir en una sociedad más amable, porque si no, ¿cómo terminás? Terminás peleando todo el tiempo y no llegás a nada.
-Y ese me parece a mí que es uno de los grandes dramas de la Argentina. Digo, hemos perdido demasiado tiempo, mientras otros países más o menos saldaban dos o tres discusiones.
-Yo no le hecho la culpa a la sociedad argentina, sino a la dirigencia de la Argentina. Una dirigencia que la única manera de ir para adelante era buscando enemigos y enfrentando. Los gobiernos anteriores no iban al Congreso a dictaminar que sí o no, te imponían las cosas. Y esa es la gran diferencia. El presidente anterior un día se levantó y te decía, no se exporta más carne. ¿Nos acordamos de eso? O un día un señor fue y dijo, te subo la retención porque es potestad mía hacerlo. Bueno, este nuevo gobierno intentó hacerlo, pero alguien le puso freno.
-En esto coincidimos, es como que hay una gran posibilidad de cambiar esa lógica. La pregunta es si seremos capaces los argentinos, nuestros dirigentes, el presidente y también todos los demás, incluso vos.
-Yo creo que sí. También las señales desde los gobiernos tienen que ser muy claras sobre que buscamos ese cambio. ¿Va a ser difícil? Obviamente. Cuando vos empezás a querer ordenar y abrís la puerta del placar, te encontrás con todo desbandado. Bueno, lleva un tiempo. A eso me refiero con paciencia.
Buena la nota y las preguntas, no me gusta el titulo, ya que el Mandato de la Critica como unica herramienta para sobresalir , no da resultado, hasta ahora asi se ha demostrado.
¿Y por qué habrían de criticarlo, si es bien liberal como les gusta a ellos?
Ayy Longoni, Longoni.