Gustavo Augel es productor de leche en Lobos, Buenos Aires y coordinador de la comisión de lechería de Carbap desde octubre pasado. Su familia se instaló allí desde 1998, en un campo de 250 hectáreas. Su establecimiento forma parte del 75% de los denominados “tambos chicos” que son “los que subsisten” produciendo unos 2.500 litros por día.
“Somos parte los que tenemos la disyuntiva diaria de si vendemos vacas a otro tambo grande, si hacemos soja o si la peleamos un poco más a ver hasta dónde aguantamos. En mi caso estoy tratando de diversificarme: tengo un campo chico pero ese rumbo (hacia otras actividades) le va a hacer bien al campo, porque tirar todos los dardos a la lechería no me da buenos resultados”, explicó Augel a Bichos de Campo.
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Para diversificarse, Augel decidió hacer 40/50 hectáreas de agricultura con destino comercial. Es decir para vender los granos y no para usarlos como reserva de alimento para las vacas. Para fertilizar esos lotes, además, comenzó a producir un fertilizante líquido con los efluentes de su propio tambo.
“Es una actividad que arrancamos este año. Juntamos toda la bosta que deja la vaca en el ordeñe, se procesa y se genera un fertilizante líquido” que en parte se usa en el propio campo y en parte se vende a la Fundación para el Desarrollo de la Investigación Científica y Tecnológica en Defensa del Medio Ambiente, que a su vez lo comercializa como CH4 Biol.
Augel explicó cómo es el proceso: “A diario, cuando entra al tambo y mientras espera ser ordeñada, la vaca defeca. Eso se junta con pala cargadora, que lo deposita en tachos de plástico de mil litros con agua y bacterias vivas que hacen el proceso. Lleva un período de 90 días y a partir de entonces se pueden cosechar 15/16 litros diarios. Entonces se agregan otros 15/16 litros de bosta y se mantiene así la misma cantidad”.
La cosecha es cada tres días. En total se producen 500 litros de fertilizantes por bin (tacho de mil litros) al mes. Por cada litro le pagan 130 pesos, eso sin contar el beneficio que obtiene por fertilizar el campo con un producto biológico y así evitar la compra de fertilizantes, que este año pegaron un salto importante.
El productor -devenido ahora en dirigente- también se refirió a las perspectivas de la actividad. “Los tambos grandes cada vez tienen más vacas, los chicos algunos crecen pero para patear la pelota para adelante y en muchos casos tratan de diversificarse. No le veo un norte como para que los productores digan apostemos y compremos vacas”, indicó.
Entonces le preguntamos por qué se involucró en la actividad gremial si el futuro no es tentador para esta actividad: “Yo trabajaba mucho tranqueras adentro y un día dije que si queremos sacar a la lechería de donde está me tenía que involucrar más. Como coordinar (en Carbap) tenemos tarea grosa”.
Augel dijo que espera “traer a productores a la mesa de lechería de Carbap para conocer su problemática” y contó que “en el 2022 queremos trabajar con los ateneos para involucrar a los muchos jóvenes que están capacitados”. Como tercera medida pretende tener una reunión en cada cuenta lechera de la provincia, además de la reunión mensual que se hace en Carbap.