Desde hace nueve años en la provincia de Córdoba, la amplia producción de quesos de las pymes se celebra de una manera especial. Este jueves, por segundo año consecutivo en el Jardín Botánico de Córdoba, más de 500 personas se encontraron para conocer, degustar, disfrutar y potenciar los quesos cordobeses.
Hace diez años se había hecho un primer encuentro de las pymes lácteas nacionales en Buenos Aires, que luego se replicaba en la provincia de Buenos Aires, en La Pampa, Entre Ríos, Santa Fe y también Córdoba. La continuidad fue poca en el resto de los destinos, pero Córdoba le imprimió su ímpetu y fue así que la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) trabajó con el Gobierno provincial, en lo que es una articulación que concretó la 9° edición de “La noche de nuestros quesos”.
“Muchas de las cosas de las pymes sin apoyo del Estado no funcionan y en este caso hay una simbiosis con el gobierno provincial que permite lucir a los productos, con el compromiso y la pasión de las industrias lácteas”, explicó Pablo Villano, el presidente de Apymel, entidad que ya está por sus 34 años.
Con 220 empresas socias, tiene la representación de unos 620 elaboradores lácteos, incluyendo ahora a más de 200 micro pymes de elaboración artesanal, que incluyen a quienes trabajan con leche de vaca, de cabra, oveja y búfala, formando parte de una red de trabajo que se extiende a todo el país.
Córdoba empuja de gran forma esta organización pyme, con la participación de 42 socios clave, que estuvieron en el evento, demostrando la capacidad de intercambio, de crecimiento, e incluso las alternativas de comercialización, para quesos de todo tipo, incluyendo los de especialidad, habiendo presentado incluso las combinaciones que permiten los quesos con dulces, chocolates, e incluso café.
Esta visibilización del trabajo que tiene gran relevancia social y económica en el territorio ahora se da en un marco de modificación de criterios. “Ya el Estado no nos impone las condiciones, sino que estamos empezando a transitar una etapa donde los gobiernos trabajan en destrabar todo lo que sea regulaciones, tanto del mercado interno como del externo”.
Lo que Villano explica es que “ahora tenemos que organizarnos en el sector privado, entre las partes de la cadena para encausar o fijar las políticas”, destacando el rol articulador de los diferentes gobiernos.
Representando al Gobierno de Córdoba y como gran impulsor de la iniciativa, el ministro de Bioagroindustria, Sergio Busso, puso de manifiesto que “es importante poner en valor lo que hacen nuestras pymes lácteas, productos de mucha calidad y nosotros lo que hacemos es darles una mano para que sigan creciendo, pero que sobre todo Córdoba se distinga por el queso”.
Busso explicó: “Queremos una lechería en crecimiento con mayor producción, con más industria, es un objetivo y para ello tiene que haber una política económica estable, previsible, para que se pueda invertir y que podamos apoyar con infraestructura, con conectividad, con mejoras, porque las industrias y los productores están dando pasos muy importantes en inversión y mejora de calidad”.
“La cadena láctea sufre muchos vaivenes, siempre hay mucho dolor con los tambos que cierran y productores que se van, siempre estamos en esos diagnósticos, pero hoy hay posibilidades de un crecimiento potencialmente distinto y ahí tenemos que aprovechar para que esto se consolide”, agregó.
Esta noche de quesos sirvió para el encuentro de empresarios, con proveedores, con amigos, un espacio ideal que a la vez generó el cierre de un año particular, donde muchos ven horizontes esperanzadores.
“En Córdoba se hace este trabajo de articulación público-privado, que permite hacer mucho, más allá de cómo piense cada uno, para seguir progresando y esa me parece que es la diferencia que tenemos”, remarcó el funcionario.
La provincia cuenta con tres cuencas, encabezadas por Villa María, San Francisco y Río Cuarto. Sabiendo de la tracción del sector, fue el intendente Eduardo Acastello quien confirmó dos puntos estratégicos.
“El gobernador nos ha pedido que trabajemos en la idea de un Clúster Lácteo que lleve adelante 20 puntos que han planteado los productores y los industriales que puedan ser potenciados por el sector público, pero entendiendo que quien tiene que conducir esto es el sector privado”, comenzó explicando el responsable del gobierno de Villa María.
“Me ha pedido a mí como intendente de una ciudad láctea que además conforme una red de pueblos y ciudades lácteas, que trabajemos en políticas ambientales y sostenibles, incluso en una denominación de origen, en bienestar animal, en infraestructura para la logística, la capacitación y la educación que fueron uno de los valores que han planteado los productores, apuntando a las escuelas rurales, la vivienda rural”.
Es por esto que los días 10 y 11 de diciembre habrá una convocatoria a instituciones y a intendentes cordobeses y del país, para empezar a constituir esta red, que es la que debe impulsar el desarrollo de una cadena de alto impacto en todos sus eslabones.
Acastello entiende que “es a través de la cooperación que le podemos aportar lo que quiere este sector, que es previsibilidad lo único que pide”, para poder seguir creciendo, agregando valor que permita “dar un salto internacionalización”, habiendo confirmado la semana anterior que será la Escuela Superior de Lechería la que coordinará desde su ciudad el ala técnica de la comisión argentina en la Federación Internacional de Lechería.
La intención es que haya una competitividad que aproveche la quita de retenciones a los lácteos como la gran oportunidad para crecer en exportaciones. “Estamos comprometidos en trabajar juntos, con el resto de los municipios, para darle la posibilidad al sector lácteo para que se convierta en una de las grandes economías regionales de la Argentina”.
Aunque a muchos aún les molesta ver a la lechería como una particularidad de cada región, lo cierto es que su impacto es diferente en cada cuenca, pero a la vez, en todas alto.
En su charla con Bichos de Campo, Pablo Villano, valoró el encuentro e intercambio de este tipo de jornadas, donde el potencial queda expuesto, pero también se animó a proyectar objetivos para 2025.
“Nosotros trabajamos en un negocio que se basa en producto esencial para la vida de las personas, como es la leche. Por eso la influencia de la microeconomía sigue siendo mucha, en un año donde la caída del consumo nos lleva a las peores épocas de crisis, sin embargo, aspiramos a que volvamos a los 200 litros de consumo, para mejorar las condiciones nutricionales de la población”.
Teniendo en cuenta que la exportación sólo abarca el 25% del negocio de las pymes lácteas, “hay que revisar lo que son los costos, los impositivos, los laborales, por eso todo el sector tiene que trabajar en disminuirlos, para ser más competitivos para poder salir al mundo más. Tenemos que competir reduciendo los costos y siendo más competitivos, con más inversión en la industrialización, con mecanización, tecnificación y automatización, bajando costos, precios, no solamente en el mercado interno, sino en el externo”.
La percepción es de expectativas positivas en el sector, más allá de los debates de siempre, mientras la producción remonta y el consumo quiere crecer, con muchas capacidades, la mejora de productos, envases, alternativas y diversificación