Esta semana comenzó a implementarse una nueva tecnología en la región del Alto Valle para el control preventivo de la Ceratitis capitata, vulgarmente conocida como Mosca del Mediterráneo, una de las grandes plagas que atacan los frutos de pepita. La Argentina se convierte así en el primer país de América del Sur, y el quinto a nivel mundial junto con México, Guatemala, Estados Unidos y Croacia, en poner en funcionamiento este sistema de liberación del adulto frío.
Esta técnica empezó a desarrollarse en Mendoza, donde fue adaptada y validada por ewl trabajo conjunto entre Senasa, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMEN) y la empresa de servicios aéreos Aerotec. Luego se sumaron a esta iniciativa el Programa Nacional de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos (Procem) en Patagonia, a través de la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica (Funbapa).
Desde hace más de 20 años, el Procem utiliza la Técnica del Insecto Estéril (TIE), que consiste en la liberación de machos esterilizados de la mosca del mediterráneo, para el control preventivo en las áreas libres de la plaga. El macho estéril minimiza el riesgo de multiplicación y sobrevivencia de aquellas moscas fértiles que pudieran ingresar al área protegida.
Ahora se impone el método del adulto frío para la TIE. “Implica un salto de calidad ya que se obtiene: mayor competitividad y eficiencia del insecto liberado debido a que es sometido a menor estrés y tiene mejores condiciones hasta su liberación (hidratación y alimento). Asimismo, representa una ventaja para el ambiente, ya que se elimina el uso de bolsas de papel para la liberación”, explicó el director nacional de Protección Vegetal del Senasa, Diego Quiroga.
¡Atrás Mosca de los Frutos! Balance de una lucha sanitaria que resultó exitosa
Las primeras experiencias fueron desarrolladas por el ISCAMEN y durante esta semana se hizo extensiva esta técnica a la principal región productora de peras, manzanas y cerezas de la Patagonia. Para ello, el Estado Nacional realizó un aporte de 40 millones de pesos que permitió reforzar la producción de moscas estériles y la implementación de esta tecnología como método preventivo de control en las áreas libres de la Argentina.
La liberación aérea de insectos estériles se realizará sobre un total de 12.300 hectáreas del Alto Valle. “Los aviones volarán desde la localidad de General Alvear, en Mendoza, donde se encuentra el Centro de Empaque de Adulto Frío del Iscamen, hasta el Alto Valle con los ejemplares estériles adormecidos por el proceso de enfriado y colocados en cajas de liberación”, afirmó el coordinador de Protección Vegetal del Centro Regional Patagonia Norte del Senasa, Esteban Rial.
Estas cajas permiten una dosificación regulable para distribuir las moscas de acuerdo a parámetros de riesgo definidos según la zona.
Los aviones a utilizar fueron adaptados por la firma Aerotec Argentina SA, que además participó activamente en el diseño de la logística para lograr la implementación de esta nueva tecnología en el país. Bichos de Campo hizo una nota a esa firma mendocina, una de las pocas fábricas de aviones que quedan en el país.
Una gacetilla de prensa de Aerotec, contó que tradicionalmente el método de liberación del insecto estéril consiste en la liberación aérea o terrestre de moscas estériles empacadas como pupas (un estado inmaduro del insecto) en bolsas de papel. Luego, completado su desarrollo, las moscas adultas emergen de las pupas colocadas en el interior de las bolsas y comienzan a alimentarse y madurar. La bolsa contiene además, papel soporte para permitir a los insectos desplegar sus alas al momento de la emergencia y papel almibarado para proveer de alimento a las moscas emergidas.
Cabe destacar que recientemente se realizaron mejoras en la Bioplanta Santa Rosa del ISCAMEN y adaptaciones en las aeronaves, lo que permitió adoptar paulatinamente el sistema de liberación del adulto frío. Este método permite liberar moscas hidratadas, alimentadas y maduras sexualmente, optimizar los tiempos de liberación y además favorecer la distribución homogénea y densidades a aplicar por hectárea, logrando así una mayor competitividad del insecto estéril en el campo y su supervivencia.