Las exportaciones de carne vacuna y de productos lácteos, los dos principales rubros de la ganadería nacional, todavía mostraban signos de vigor en marzo pasado, el primer mes de parálisis global por culpa de la pandemia del coronavirus. El escenario internacional, de todos modos, comenzó a mostrar algunos síntomas extraños, que responderían al nuevo contexto. Por ejemplo, hubo una caída de los precios obtenidos por la carne vacuna de 10%.
Los números de la exportación de marzo pasado son los oficiales del INDEC y fueron divulgados por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) y el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA).
En el caso de la carne, el IPCVA remarcó que los embarques de cortes enfriados, congelados y carne procesada de marzo totalizaron 40.194 toneladas peso producto, por un valor de aproximadamente 197,8 millones de dólares.
De este modo, las quejas sonoras de los frigoríficos exportadores por una caída de sus ventas, al menos hasta marzo, parecen no tener asidero. Respecto de marzo de 2019, las ventas crecieron contra el año pasado nada menos que 22,6% en volumen y 9,6% en valor.
Esta diferencia, sin embargo, debe ser un llamado de atención por la baja de precios de la carne que comenzó a notarse en marzo en el mercado internacional, debido a la renegociación de los contratos forzada por China (el gran importador a escala global) y la retirada de Europa del mercado.
El IPCVA marcó: “El precio promedio de exportación correspondiente al mes de marzo del año 2020 es significativamente inferior, (-10,6%), al observado a lo largo del tercer mes del año 2019″. En valores FOB, la tonelada se pagó aproximadamente a 8.220 dólares para los cortes enfriados sin hueso (que van a los mercados de mayor valor, como los europeos); y a unos 4.330 dólares para los cortes congelados sin hueso”, que son los que se destinan a China y otros mercados de menor valor.
Solo en marzo, el precio promedio de las exportaciones de carne bovina se desplomó 4,5% con relación a febrero pasado.
Una buena oticia es que al menos hasta el mes pasado no se notó la retirada tan mentada de China del mercado. Ese país “resultó el principal destino, en volumen para la carne vacuna argentina durante los primeros tres meses de 2020, con aproximadamente 77.800 toneladas, seguido por Chile, (9.400 toneladas) y luego por Israel (8.300 toneladas). En volumen China representó el 67% de las compras. En valor, el 55%.
El sector lácteo tampoco puede acusar hasta fines de marzo un impacto negativo de la crisis del Covid-19. Según el análisis del OCLA, “las exportaciones subieron un 7,8% en volumen de producto y 12,7% en monto total en dólares respecto al mismo mes de 2019”.
Claro que, como sucede en el sector frigoríficos, si se comparan estos resultados con los picos de venta del año pasado, todo parece una catástrofe. Es así que si el Observatorio compara contra diciembre de 2019, “donde alcanzaron el pico de ese año”, las exportaciones lácteas cayeron 43% en volumen y 41% en valor.
“En base a consultas efectuadas, el grueso de las operaciones de exportación de enero a marzo responden al cumplimiento de compromisos comerciales concertados en el trimestre octubre/diciembre 2019, sobre todo en el rubro leches en polvo, que es el que presenta mayor crecimiento (55,3% en valor) y se lleva la mayor participación (53,6% de las exportaciones totales)”, indicó el OCLA. Es decir, habrá que ver qué pasa de aquí en adelante.
En ese sentido, pensando el futuro, el análisis del Observatorio indicó que “la mayor producción de leche del primer cuatrimestre del año (estimamos en el orden del 8,5% por encima del año pasado), más un stock inicial superior en 100 millones de litros y un consumo que será probablemente afectado por los efectos que deje en la economía la cuarentena, requerirán de una fuerte necesidad de exportación para cuando nos vayamos acercando al pico estacional de máxima” oferta de leche, que se da en octubre de cada año.
“Creemos que la cadena en su gran mayoría coincide con este diagnóstico. Por lo tanto es primordial ir evaluando, y diseñando medidas para manejar los excedentes”, recomendó el OCLA.