La producción ovina de la Patagonia atraviesa otro año con problemas climáticos. También allí la seca golpea duro y el sector encima se quedó sin la financiación que ofrecía la Ley Ovina, que determinaba la inclusión en el presupuesto oficial para 2022 de renovados fondos para ayudar al desarrollo de la actividad.
Los recursos que hubieran correspondido para el sector sumaban 850 millones de pesos, 10 veces más que en el tramo anterior de la ley. Pero como no se aprobó el Presupuesto 2022, estos fondos no están disponibles para atender apuntalar los proyectos de los productores. En consecuencia al sector le quedará para financiar desarrollos o ayudar a productores el remanente de los 85 millones del año anterior.
La Ley ovina ofrece créditos muy blandos para los productores pensando en el repoblamiento de las majadas y su mejoramiento genético. Son fondos frscos que hubieran venido muy bien para una actividad que viene sufriendo tres años seguidos de clima adverso en la región patagónica y particularmente en la provincia de Santa Cruz.
Miguel O´Byrne, de la Federación de Asociaciones Rurales de Santa Cruz y productor ovino, explicó que a la seca de 2020 le siguió una gran nevada en 2021, que suponía iba a dejar humedad en el suelo. Pero luego vino una nueva seca que es la que ahora castiga duro a la producción.
El dirigente rural dijo que en el país hay -según Senasa- cerca de 13 millones de ovinos, aunque estimaciones privadas ubican ese stock en 15 millones. La mitad de esos animales están en la Patagonia, por lo que una falla en el sistema productivo de esa región reduce notablemente la oferta de carne y lana a nivel nacional.
El daño se comenzó a hacer sentir. “La señalada (el destete) de este año se estima en 40%, cuando el promedio de la provincia es 65%. Pero además los ovinos están saliendo con menos kilaje. En una zafra normal al destete pesan 10/11 kilos y ahora entre 7/8 kilos por lo que se obtiene un cordero llamado “manufactura”, explicó Miguel.
El precio del cordero que el año pasado era de 300 pesos ahora llega a los 450/500 pesos, pero ese incremento que acompaña a la inflación no compensa las pérdidas en cantidad y kilos “por lo que la situación es de quebranto en torno al 30% promedio”, dijo O´Byrne.
Esa merma en la cantidad de animales obtenidos también complica la reposición de hembras y las consecuentes futuras pariciones, por lo que se supone que en los próximos años el stock en la zona se seguirá achicando.
Con respecto a las lanas, se registró una reducción del 5% en la calidad. “Las de 20 micrones ahora dan 19 micrones con un rinde del 55% y el precio no es malo, es de entre 4 y 5 dólares, pero el problema acá es el tipo de cambio ya que rige el oficial”.
A estos problemas se agrega el de la depredación: “Tenemos al puma, al zorro y al guanaco, por suerte no apareció el chancho salvaje”, ironizó el dirigente.
O´Byrne finalmente destacó que ante este panorama es necesario contar con los fondos de la ley ovina. “Si se hubieran mantenido los fondos del tramo anterior, de los 85 millones a Santa Cruz le hubieran tocado 18 millones. Para una provincia que factura 60 millones en un año normal es muy poco. Por eso es necesario que se actualicen los fondos para paliar estos problemas que también afectan a la industria y que llevan a la desaparición de los productores más chicos”.