La seca puso patas para arriba a la estrategia productiva ganadera y al mercado, generando más oferta de ganado para la faena y ahora también de invernada, situación que presiona las cotizaciones.
La falta de pasturas para la recría de animales, que se había instalado en los últimos años, se comenzó a sentir con fuerza en el inicio del otoño e impidió la retención de animales. Eso condujo a un mayor encierre en los feedlots.
El que pudo retuvo durante el invierno, pero la primavera no pinta bien en cuanto a rebrote de pasto. La falta de agua presiona y eso deriva en una mayor oferta de terneros. A eso se agrega que los precios del ganado que va a la faena son bajos.
En el último remate del Rosgan se juntaron más de 20 mil cabezas, algo muy poco habitual en esta época del año. “No pensábamos tener semejante cantidad de oferta”, dijo Raúl Milano, director ejecutivo del Rosgan.
“Hay una gran oferta, la gente de campo aguantó todo lo que pudo pero quienes no tienen más pasto se ven obligados a vende,r y a eso se agrega el planchazo del consumo interno de carne”, indicó Milano.
Así, con más oferta de terneros y menos poder de compra de recriadores y feedloteros, los precios se han debilitado.
El ejecutivo destacó bajas nominales que son mayores si se computa la inflación. “El promedio del ternero se negoció en 405 pesos, contra los 416 del remate anterior. La ternera bajó a 376 pesos, contra los 383 de la subasta previa, y a eso hay que agregar que quedó el 25% sin comercializar por falta de demanda”.