Una planta de procesamiento de legumbres fuera del norte argentino, donde las plantaciones de porotos ya forman parte del paisaje, era algo muy difícil de imaginar en la Argentina. Y fue así hasta que la cooperativa AFA (Agricultores Federados Argentinos) decidió una década atrás levantar una de gran envergadura en la localidad de Rueda, en el sur de Santa Fe, que actualmente se ha convertido en la mayor exportadora argentina de arvejas. El juego de palabras que abre esta nota es real: esa planta era la rueda que le faltaba a la arveja para consolidarse como una opción productiva.
En una franja extensa zona del norte bonaerense y el sur santafesino ya desde tiempos de la colonización agrícola se sabía que los campos eran adecuados para la producción de legumbres, especialmente la arveja y la lenteja. Pero esa producción cobró mayor auge recién cuando AFA se decidió en 2013 a impulsar este proyecto para facilitar la comercialización de esas especies. Antes de eso, muchos productores se quejaban por no contar con un mercado estable para colocar este tipo de cosechas.
Juan Pablo Volkart, jefe de cultivos especiales en AFA y protagonista de este proceso desde el inicio, contó a Bichos de Campo que en la cooperativa repararon en esta necesidad de sus socios a partir de 2009, cuando aumentaron los volúmenes de producción de arvejas y otras legumbres debido a las dificultades que existían para exportar otros cultivo de invierno, el trigo. Tristemente eran años en los que el gobierno de turno ponía cepos a la exportación y deprimía los precios del cereal.
La búsqueda de alternativas fue la que provocó que este empresa cooperativa pusiera el foco en el negocio de las legumbres, hasta convertirse ahora en la mayor exportadora de arvejas del país, con llegada a más de 60 países.
Mirá la entrevista a Juan Pablo Volkart:
“Muchos productores asociados de AFA venían trabajando con estos cultivos. Pero un poco lo que nos estaba faltando era la pata comercial. Yo creo que el momento bisagra fue por el año 2008/2009, cuando empezaron a haber ciertas complicaciones para la comercialización de maíz y de trigo, con el tema de los cupos de exportación, los famosos ROE. Entonces aquellos productores que tuvieron muchas complicaciones para comercializar su trigo, en las campañas subsiguientes empezaran a buscar alternativas. Fue así que muchos de los productores, sobre todo de esta zona sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires, se volcaron a la arveja verde, que fue la estrella por aquellos años”, recordó Volkart.
Si bien la arveja verde venía a ocupar el lugar del trigo dentro del esquema de rotaciones, salvando la campaña de invierno en aquel momento, el productor de esa zona sabía que tenía que enfrentarse a un histórico problema: la comercialización de las legumbres. Ese déficit lo logró resolver AFA con su irrupción en el mercado de espacialidades y la construcción de esta planta en Rueda. Fue la rueda que faltaba.
“En aquella época el tema de la comercialización era un problema. Teníamos muchísimos productores que siempre nos planteaban que cada vez que cosechaban arveja o lenteja, no sabían cuando la iban a poder vender, y si la vendían no sabían cuándo la iban a poder cobrar. Pero con la incursión de AFA en el mercado de especialidades, le pudimos brindar al socio reglas de comercialización, la estandarización de las condiciones de recibo y la previsibilidad del pago”, explicó Juan Pablo.
Con el correr de los años la enorme planta de AFA, se ha diversificado y aunque la arveja sigue siendo el producto principal, también se procesan otras legumbres y especialidades, como maíz pisingallo. “Nosotros arrancamos con la arveja, tanto verde como arveja amarilla. Ese es nuestro fuerte. Después pasamos a tener producciones de garbanzo, lentejas, porotos e inclusive maíz pisingallo y maíz flint”, enumeró el directivo.
Aunque el crecimiento de la producción de arvejas y lentejas motivaron a la cooperativa a invertir en una planta de esta magnitud, Valkart dijo que es una prioridad de AFA agregarle valor a las producciones de sus asociados y en eso han trabajado en los últimos 15 años.
“Todo excedente que tiene la cooperativa, por estatuto, se tiene que reinvertir. Entonces AFA tomó la decisión de invertir también en una planta de fitosanitarios en la localidad de Ramallo, donde hoy se producen más de 20 millones de litros de herbicidas y fungicidas. También se invirtió en un molino harinero en San Martín de las Escobas, una localidad muy pequeña de Santa Fe. Es un molino modelo de alta tecnología suiza, desde donde hoy comercializamos harina de muy buena calidad tanto para lo que es el canal panadero, el canal industrial y la exportación”, comentó Volkart.
La planta de Rueda legumbres completó esa saga de grandes inversiones. Y en este derrotero, el mayor orgullo de la cooperativa (y de Juan Pablo, que participó personalmente de todas las gestiones desde el principio) fue haber logrado habilitar para la Argentina un nuevo y prometedor mercado. Se concretó cuando enviaron el primer contendor de arvejas argentinas a China.
“Esto arrancó en el año 2011. Cuando recién arrancamos, el equipo de trabajo había analizado el mercado de China, de gran potencial para la arveja. Pero lamentablemente no había acuerdo sanitario, no había un protocolo entre el Senasa y su par de China para habilitar la exportación. Bueno, después de muchas negociaciones, de muchas reuniones, después de diez años, finalmente se firmó ese acuerdo sanitario”, rememoró.
“Al poquito tiempo un cuerpo de auditores chinos vino a visitarnos y auditar nuestra planta. Y en abril del 2021, una fecha que nos va a quedar grabada, pudimos despachar el primer contenedor de arvejas desde esta planta hacia China”, recordó Juan Pablo.
“Ese primer contenedor fue como un pasaporte de entrada, porque permitió que después muchos otros contenedores puedan ser despachados hacia China. Hoy es un mercado totalmente consolidado, con mucho potencial de crecimiento”, agregó Juan Pablo. El mismo día en que Bichos de Campo recorrió la planta, habían cargado siete contenedores con arveja a granel con ese destino.
-¿Qué falta en esta zona para consolidar ahora este región legumbrera?
–Lo que estamos viendo, sobre todo en los últimos años, es que existe una alta marginalidad todavía en el mundo de las legumbres. Pero te diría que el agregado fundamental sería el mejoramiento genético. Con eso las arvejas y otras legumbres en Argentina tendrían un potencial de crecimiento muy importante.
En este aspecto, Volkart se refirió a las nuevas oportunidades que se están abriendo con las variedades de arveja amarilla, que va ganando terreno frente a las variedades verdes más convencionales. “Es un producto que históricamente se destinó para consumo animal y hoy de a poco va ganando terreno en la producción de harinas proteicas como sustitutos cárnicos”.
-¿Y existe producción de arveja amarilla en esta zona? ¿Se está probando, están innovando?-le preguntamos
-Acá en Argentina se producen dos tipos de arveja: la amarilla y la verde. En los últimos años, con el crecimiento del área de siembra y con el potencial de rendimiento que nos han aportado las últimas variedades que hemos utilizado se están cosechando entre 150/200 mil toneladas por año, de las cuales entre 75 y 80% de la producción es verde y el 20/25% restante es de amarillo. Esto es muy diferente a lo que pasa en el mundo.
Y prosiguió: “En el mundo es exactamente al revés. Entre un 70/75% de la producción mundial es de arveja amarilla y se destacan India, China, Canadá y Rusia como principales productores. Sin embargo, China e India no logran autoabastecerse y necesitan ir a los mercados internacionales para importar productos. Y ahí es donde nosotros queremos apuntar”, enfatizó el gerente de AFA.
Convencidos de que todavía tienen mucho camino por recorrer y seguir creciendo, Volkart dijo a Bichos de Campo que actualmente están tomando experiencia de los principales países productores de estas legumbres de gran demanda. “Estamos haciendo muchas misiones técnicas, visitando los países que están a la vanguardia de la producción legumbrera, como Canadá. De hecho, vamos a estar participando en una de las ferias de alimentos más grandes del mundo, que se hace en Dubai, en Emiratos Árabes”, comentó.
“Ese tipo de ferias nos permite mostrarnos en el mundo, sentarnos con los clientes. Con nuestras especialidades, a diferencia de lo que pasa con los commodities tradicionales, hay que agarrar la valija. Hay que llevarlo y hay que mostrarlo. Eso es un poquito lo que está haciendo AFA en los últimos diez años”, remarcó Volkart.
-¿Venden también al mercado interno o es un negocio básicamente enfocado en la exportación?
-Proveemos y comercializamos en el mercado interno, pero la realidad es que la arveja, si bien es un cultivo muy noble y es un alimento que se adapta casi a cualquier dieta (tiene alto contenido proteico, no tiene colesterol, es bajo en grasas, es una fuente de vitaminas y de fibra), localmente no es muy reconocida. No se la valora lo suficiente y no hay un alto consumo en Argentina. Entonces el crecimiento de la producción se debe más que nada a como viene traccionando la demanda del exterior y las exportaciones que está haciendo AFA.
“Un socio estratégico para nosotros es Brasil, por cercanía, por estar dentro del bloque del Mercosur y porque hay una industria de enlatado muy fuerte. Entonces Brasil se convirtió en los últimos diez años en nuestro socio, pero no nos alcanzó. Entonces empezamos a trabajar nuevos mercados. La apertura de China es un hito. También incursionamos en el mercado venezolano. Hay muchas empresas de Venezuela que están comprando arveja para luego empaquetar y poder venderle al Estado. También hemos entrado en los mercados africanos”.
En este sentido, el jefe de cultivos especiales en AFA destacó que a la cooperativa le ha tocado optimizar sus formas de producción, porque así lo demandan sus clientes. “Aquellos clientes que teníamos hace 10 o15 años atrás siguen siendo los mismos de ahora. Son empresas multinacionales que enlatan o producen alimentos que después reparten a todo el mundo, pero ya no tienen las mismas exigencias de calidad. Desde el punto de vista productivo hay nuevas exigencias en cuestiones de calidad, de inocuidad y de seguridad agroalimentaria”.
“La planta se fue adaptando y ya hace unos cuantos años que tenemos certificación BPM ( Buenas Prácticas de Manufactura) HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control) y seguimos trabajando para nuevas certificaciones. Además contamos con habilitación aduanera en planta y el control sanitario de Senasa para el momento del despacho”, precisó.
-¿Finalmente el productor de AFA consolidó una alternativa productiva? Ese fue el objetivo diez años atrás…
-El productor socio de AFA ya incorporó la arveja dentro de su ciclo de rotación. Obviamente que es un producto que entre comillas compite con el trigo y la cebada, pero ha ganado su espacio, se ha ganado su terreno. Nosotros venimos mirando con mucha atención, porque a través de algún mejoramiento genético que tuvimos el potencial de rendimiento creció. El cultivo se está comportando muy bien y eso nos está permitiendo que el productor tenga otra mirada.
“El éxito de AFA en este tipo de especialidades es haber logrado casi comoditizar algunas condiciones comerciales. El productor ahora cuando decide sembrar este cultivo ya tiene un precio futuro, sabe cuánto va a valer la cosecha. Puede fijar el precio y si no también lo puede hacer en el momento de la entrega. También puede dejar el cereal a fijar dentro de nuestra planta, donde sabe que va a ser almacenado y que después va a contar con las condiciones comerciales que nos devuelvan los mercados de exportación. Ya tenemos un largo camino recorrido y la verdad que es una herramienta que ha aceptado muy bien el productor y que lo valora mucho”, destacó Juan Pablo.
-¿Entonces estás orgulloso de esto que han credo como cooperativa? ¿No te arrepentís de nada?
-No, para nada. Al contrario. Obviamente que no todos los años son iguales. Ahora tenemos un año muy bueno, estamos con la planta de producción a full. Pero también tuvimos una sequía importante unos años atrás, y no pudimos trabajar durante muchos meses. Sin embargo pudimos hacernos fuertes, encontrar alternativas y buscar oportunidades.
Una nota muy gratificante, este es el camino, ojala sigan creciendo y generando riquesas para el pais.