Desde hace un tiempo la lechería atraviesa un escenario complicado, tanto a nivel de la producción como de la industria. La afectan las subas de costos, la caída del consumo interno y las restricciones comerciales que impuso el gobierno. Pero aún así hay emprendedores que le dan para adelante y se las rebuscan para crecer.
Es el caso de la empresa láctea San Ignacio, que se transformó en los últimos años en la mayor exportadora de dulce de leche del país y que hoy llega con ese y otros productos (como el queso azul) a 25 países. Tiene además presencia en el mercado interno.
La empresa tienen dos plantas en Santa Fe, una en Sauce Viejo y la otra en Hipatia. Los dueños son Alejandro Reca, que hace las veces también de director financiero, y Alejandro Bertín. Los socios se hicieron cargo de la firma hace unos 10 años, cuando tenía menos de 90 empleados. Ahora cuentan con una plantilla de más de 130.
En una entrevista a Bichos de Campo, Reca contó qué están haciendo, hacia donde van y cómo cree que se debe mirar al negocio lácteo tanto en los diferentes eslabones de la cadena. Escuchá la entrevista:
“Desde que tomamos el gerenciamiento de la firma nos focalizamos en la exportación de dulce de leche y más recientemente de queso azul. Somos el primer exportador de dulce de leche, abastecemos países limítrofes y a otros destinos como Nueva Zelanda, Filipinas, Canadá, Estados Unidos. Estamos en 25 mercados”, describió.
Los directivos de la empresa siguen pensando en crecer y por eso desarrollaron, junto a un equipo que se vino profesionalizando de forma significativa en estos años, un nuevo plan de expansión que implica “una refundación de San Ignacio”, según dijo Reca.
“Estamos expandiendo nuestras capacidades de producción de queso crema y azul. Estamos casi duplicando la producción de queso crema en la planta de Sauce Viejo, con mejoras que hacen a la inocuidad del producto, el tratamiento que le damos, el volumen y la productividad de la planta. En la planta de Hipatia estamos con un plan de producción ambicioso en cuanto a la capacidad y mejora del proceso, desde la generación de energía hasta el envasado y salida, con equipamiento nuevo también”.
El empresario explicó que todo esto fue posible gracias a la gestión de créditos en bancos públicos y privados que les fueron otorgados como consecuencia del orden económico y financiero de la compañía. Esto les permitirá llegar a una inversión acumulada “entre 2021 a 2023 de 6 millones de dólares”.
En otro tramo de la entrevista, Reca se refirió a la situación de la cadena láctea y explicó cómo cree que hay pararse en esta coyuntura de estrechez financiera, problemas internacionales y locales que podrían agravarse.
“Hay temas que hacen a la escala que no se pueden negar. En esa escala tiene impacto la productividad y el acceso a la mejor genética en términos de la producción láctea, así cómo es importante buscar el menor precio en tu mix del costo de producción. Estamos enfrentando una suba en precios de los commoditties combinado con un escenario de guerra, y es ingenuo pensar que eso no genera ralentización en el consumo como menor impacto. Por eso los márgenes van a estar complicados a lo largo de la cadena”.
En tal sentido consideró que la cadena debe comenzar a funcionar como tal: “Es muy mezquino pretender que el margen lo absorba sólo uno de los jugadores. Se tiene que distribuir desde quien lleva el producto final hasta quien elabora los distintos insumos que exceden a la leche, como por ejemplo el acero o el transporte. Hay muchas cosas a tener en cuenta el momento de reclamar por la renta de tal o cual eslabón y por eso hay que trabajar al interior de cada uno. Eso se llama productividad, es decir, con lo mismo hacer más o con menos hacer lo mismo”.