Por Nicolás Razzetti.-
Las estadísticas del Senasa indican que en el período enero-julio la faena de cerdos aumentó 8%. En tanto, únicamente en julio ese proceso se aceleró y el crecimiento fue del 12% respecto de igual mes de 2016.
También crece la faena de pollos. En enero-julio el incremento fue de 5%, mientras que en julio la producción subió 8% interanual.
Entre ambas carnes aportan un volumen de carne al mercado interno que permitiría un consumo promedio ponderado de 60 kilos anuales por habitante, lo que empata al consumo de carne vacuna. Entre las tres carnes cada argentino dispondrá de un consumo estimado en 120 kilos este año.
Esa mayor producción se encuentra con una demanda interna que perdió poder de compra y eso presiona los precios de los pollos, cuya suba fue de sólo 5% internanual. Tampoco los de la carne vacuna se actualizaron en línea con la inflación, que en los últimos 12 meses fue del 22%.
Por eso empresarios avícolas y del sector de la carne vacuna están reclamando mejores condiciones para exportar y así desagotar el sobre abastecido mercado interno. En esa línea, el Gobierno decidió la semana pasada aumentar los reintegros fiscales en 1% para alcanzar un porcentaje de hasta 6,5% sobre el valor FOB. Esa medida y la devaluación de las últimas semanas mejoraron el ánimo y las perspectivas de crecimiento en los embarques para este año. Además, funcionarios nacionales reconocieron que analizan incentivos fiscales a la producción de novillos para mejorar la oferta de vacunos que puedan abastecer la demanda mundial de carne.