El 3 de diciembre pasado el Senasa publicó una resolución en la que define nuevas zonas en el territorio nacional con presencia de la temible enfermedad de los cítricos HLB o de su insecto vector, la “chicharrita”. La Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier) emitió un comunicado en el que considera que -aunque es con buena intensión- la nueva normativa entorpecerá el monitoreo sobre los montes que se estaba realizando.
La enfermedad Huanglongbing (HLB), también conocida como enverdecimiento de los cítricos, es producida por una bacteria que es transmitida por la “chicharrita” o Diaphorina citri, un tipo de mosca muy pequeña. No es dañina para el hombre y provoca principalmente cambios estéticos en la fruta: deformación, reducción de tamaño, presencia de manchas y disminución del jugo. El mayor problema es que puede matar a la plata entera y aún no se ha encontrado una cura.
Cuando la enfermedad ingresó a Entre Ríos en 2018, Fecier comenzó a trabajar en planes de monitoreo y capacitación de productores para agilizar los tiempos de detección.
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“La citricultura en la provincia está en dos departamentos particulares: Federación y Concordia. Entre Ríos es la provincia que por lejos ha elevado la cantidad de monitores y ha detectado casos tempranos de presencia del insecto pero no de la enfermedad”, dijo a Bichos de Campo Fernando Borgo, dirigente de Federación de citricultores.
Desde 2009 existe el Programa Nacional de Prevención del HLB, que impulsó fuertes controles fitosanitarios en todo el territorio dedicado a la citricultura. La Resolución 875/2020 publicada recientemente por el Senasa definió nuevas clasificaciones territoriales:
- Área libre de HLB y de Diaphorina citri
- Área libre de HLB con presencia de Diaphorina citri.
- Área bajo cuarentena con presencia de HLB y Diaphorina citri.
- Área protegida de HLB (la ubica en el NOA)
Ante la recategorización que se produjo en varias localidades el país, muchos productores se encontraron con el problema de tener su producción en un departamento provincial pero la planta procesadora o de empaque en otro. La nueva medida impide que se crucen los nuevos límites para evitar la propagación de la enfermedad.
“El criterio lo acompañamos. Fuimos los primeros en decir que Misiones se tenía que cerrarse sobre si misma cuando apareció la enfermedad en 2012 y procesar todo allí. Pero no por departamento. Si la enfermedad avanza, no habrá ninguna diferencia entre departamentos. Una regulación de este tipo no es la gran solución”, señaló Juan Verliac, ingeniero agrónomo y coordinador del ente fitosanitario de Fecier, a Bichos de Campo.
Indicó además que esto fomentará que los productores ya no colaboren con el monitoreo en los campos ante el miedo de ser recategorizados y no poder transportar su producción. “Estamos obligando al productor a que nos haga trampa. A que busque otras alternativas de paso no oficiales y nosotros tenemos zonas de monitoreo definidas. Es mucho más difícil tener al productor en contra”, afirmó Verliac.
Desde Fecier se elevó al Senasa un plan de trabajo alternativo que propone reforzar los trabajos que la provincia ya estaba realizando: monitoreo de casi 40.000 hectáreas productivas, capacitaciones permanentes a citricultores y tareas de mitigación y control del insecto vector.
“Trabajamos directo con el productor sobre lo que dice el Senasa. Pero no creemos que una ley hecha en un escritorio de Paseo Colón, sin mirar el contexto y sin contemplar todo lo que se venía haciendo, sea asequible”, concluyó Borgo.