De mantenerse las tasas actuales de crecimiento poblacional, según datos de la FAO, para 2050 será necesario duplicar la producción agrícola para cumplir con la demanda global de alimentos. Sin embargo, los métodos convencionales de mejoramiento vegetal parecieran ir a un ritmo más lento del necesario.
Con esa premisa es que en 2022 surgió la empresa Cálice Biotech, que trabaja buscando la forma de acelerar los procesos de obtención de nuevas variedades de cultivares. En ese camino, el empleo de herramientas de Inteligencia Artificial (IA) aparece como una de las mejoras alternativas para dar con ese objetivo.
El primer logro vino de la mano de la edición del genoma del cáñamo a nivel experimental, aplicando tecnologías de mejoramiento de precisión.
“Los avances que logramos durante los primeros años de Cálice nos mostraron que podíamos ser mucho más ambiciosos. A partir de eso, nos propusimos ser pioneros en el desarrollo de herramientas de IA que colaboraran en resolver uno de los más grandes desafíos de la actualidad: garantizar la seguridad alimentaria en el mundo”, dijo Ramiro Olivera, biotecnólogo y CEO de la firma.
Con sus laboratorios emplazados dentro de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIBio), la empresa lanzó la plataforma Nodes TM, que en combinación con IA logra procesar importantes volúmenes de información de cultivos, acelerando los tiempos de los programas de mejoramiento tradicionales.
“El potencial de Nodes TMm es tan grande que podríamos duplicar la producción de granos en Argentina en los próximos 10 años, aumentar en millones de dólares las ganancias por exportaciones provenientes del agro, y posicionar al país como un actor estratégico a nivel geopolítico por su aporte a garantizar la seguridad alimentaria mundial”, aseguró Olivera.
Esteban Hernando, doctor. en biotecnología vegetal y otro fundador de la firma, añadió que “en Cálice Biotech actualmente estamos empleando la tecnología Nodes TM junto a compañías nacionales e internacionales de primer nivel en el desarrollo de variedades para los cinco cultivos más relevantes a nivel mundial: maíz, soja, cebada, arroz y trigo”.
Y añadió: “Los resultados son determinantes: hemos podido procesar volúmenes de datos inmensos que antes tardábamos alrededor de un año en tan solo dos semanas, con las nuevas herramientas que hemos desarrollado”.