Se recomienda leer este artículo que llega del exterior al ritmo de uno de los temas más conocidos de la banda Pier: “La ilusión que me condena”.
Los productores suelen ilusionarse con que la ciencia aporte soluciones medio milagrosas para enfrentar los principales problemas agronómicos que los aquejan. Sucede ahora con la aparición de una veintena de malezas resistentes que se burlan del herbicida glifosato. Y sucede también con el “greening”, “Huanlongbing” o simplemente HLB, la enfermedad de los cítricos más temible que existe, sin tratamiento ni medicación hasta la fecha.
Bueno, la “ilusión que nos condena” hoy es que una empres dice estar detrás de una cura para esta enfermedad bacteriana que, en el país, ya se difundió bastante por el Noreste (NEA) y ahora amenaza a la poderosa producción de limones argentinos y otros cítricos del Noroeste (NOA).
Ver: “El HLB mete miedo en el NOA y se piden mayores controles”
Desde Florida, uno de los estados citrícolas más poderosos de los Estados Unidos, llega la novedad de que la empresa Southern Gardens Citrus desarrolló una versión del virus “Citrus Tristeza” para atacar la bacteria que causa el HLB.
“El virus ha sido modificado para portar una proteína defensiva encontrada en la espinaca”, se nos explica sobre esta potencial cura transgénica contra la peor amenaza de los cítricos a nivel global. “Cuando la bacteria del Greening entra en contacto con la proteína, la misma mata la bacteria por la perforación de las paredes celulares, causando una fuga de los contenidos”, se abunda.
¿Y cómo entra el remedio en contacto con la enfermedad? Por ahora las explicaciones son más bien escasas, pero se supone que la compañía se ocupará de injertar en los árboles cítricos infestados gajos de otras plantas que contienen el virus transgénico. “Luego el virus entra a fluir en el sistema vascular, donde encuentra y mata a la bacteria”, se indica.
En febrero pasado, Southern Gardens Citrus solicitó el permiso de liberación ambiental de este virus transgénico. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) debería permitir que los productores del estado de Florida utilicen esta herramienta desde 2019, según las informaciones que llegan desde el norte.
Todo el mundo citrícola baila al ritmo de esta ilusión. En el caso del estado de Florida, en Estados Unidos, se estima que la enfermedad llegó a afectar el 80% de las plantaciones y contribuyó a una reducción del 60% en la producción de naranjas. En Brasil, la enfermedad citrícola llegó a alcanzar el 16,7% de los frutales de naranja de San Pablo y Minas Gerais. El número de árboles enfermos se estima en 32 millones, de acuerdo con la Fundecitrus.
Muy bueno. Gracias