A partir del 1 de enero se deberá identificar de forma electrónica e individual a todos los terneros al destete y antes de que sean trasladados a otros establecimientos para su recría o engorde a corral. Si bien sigue habiendo críticas de parte de algunas entidades de la producción -que consideran que la medida no debería ser obligatoria- el gobierno sigue firme en su postura y pretende que en pocos años se tenga a todo el rodeo vacuno identificado.
German Pereyra, gerente de marketing de la firma Villanueva, que comercializa las caravanas AllFlex, habló con Bichos de Campo sobre esta cuestión y destacó que ya este año se observó un crecimiento de la venta de los dispositivos electrónicos que reemplazan a las tarjetas, aquellas que son de uso optativo.
“Desde que salió la resolución en julio, la tendencia ha sido siempre en alza. Hoy estamos viendo que el uso de las caravanas electrónicas ha pasado de un 7 u 8% a entre un 20 y 25%, lo que demuestra que los productores están adoptando la nueva tecnología y apreciando los beneficios que ofrece”, indicó Pereyra.
Asimismo, respecto del producto, contó que no hay fabricación nacional, sino que es importado en su totalidad. Sin embargo, aseguró que “no habrá problemas con el abastecimiento” porque están “trabajando para asegurar que toda la red de distribuidores tenga disponibilidad de productos en agronegocios y veterinarias en todo el país”.
Entre las varias formas de identificación, ¿cuál eligirá el productor? Si tiene que inclinarse por alguna, Pereyra señala que de seguro optarán en su mayoría por el binomio que incluye una caravana tarjeta en una oreja y el botón en la otra. En tanto, el bolo ruminal y el chip subcutáneo no tendrían gran demanda ya que su colocación y recuperación post faena es más complicado. “La caravana electrónica se llevará el 97-98% de la demanda”, estimó.

Además, destacó que “el costo de estos dispositivos es competitivo, ya que se ubica en un rango de entre 1800 y 2200 pesos”. Esto significa apenas medio kilo de ternero de cría que, por kilo vivo, se paga entre 5000 y 5500 pesos. Un ternero de 200 kilos a 5.000 pesos implica una facturación de 1 millón de pesos.
Frente a las preocupaciones de algunos productores que cuestionan la obligatoriedad, el representante de Villanueva opinó que “estas quejas son comunes y entendibles, pero lo que busca esta resolución es lograr trazabilidad a largo plazo. Esto beneficiará a toda la cadena productiva y permitirá abrir mercados que hoy no están accesibles”.
Cabe agregar que la identificación electrónica también aportará a un mejor control sanitario, lo que es fundamental para la sanidad del ganado.
“Además, es importante considerar quién aplica la caravana. La responsabilidad recae en el productor, ya sea que lo haga directamente o a través de un veterinario. En caso de pérdida, la reposición de la caravana es rápida: hoy podemos llegar a las veterinarias en 24-48 horas con el producto”, añadió Pereyra, asegurando que el diseño actual tiene un sistema de cierre más seguro que minimiza la tasas de pérdida.
La identificación electrónica, más allá de ser un requerimiento, surge como una herramienta que promete transformar la actividad ganadera, permitiendo al productor tomar decisiones más informadas y eficientes, aseguró el gerente de marketing, quien agregó que “con esta medida, se podrá trabajar de manera más precisa, monitoreando animales de forma individual y aumentando la eficiencia en la gestión del ganado”.





