Esta campaña triguera es riesgosa por la alta inversión que demandará hacer una hectárea del cereal y esto hace replantear los esquemas productivos. Por eso hay productores que harán un cultivo de cobertura y luego soja,. Pero muchos otros apuntarán a la cebada, otro cultivo que se siembra en invierno y se cosecha con el comienzo del verano.
Mientras se suceden pronósticos que hablan de una retracción de la superficie sembrada con trigo, en el sector privado estiman que el incremento del área de cebada será del 15%.
“Hay buenos precios por el producto como por los demás commodities, como consecuencia del faltante de 14 millones de tonelada en la campaña 2021/22 respecto de la anterior básicamente por problemas climáticos en diferentes países. A eso se sumó el conflicto entre Rusia y Ucrania, dos países que aportan el 30% del comercio mundial, lo que significan cerca de 10 millones de toneladas” dijo el consultor Mario Cattaneo. Esa baja en la producción es muy grande teniendo en cuenta que el mercado mundial es de 30 millones de toneladas.
La cebada, explicó el analista, “tiene mejor comportamiento cuando la disponibilidad hídrica es escasa y aprovecha mejor el uso de menor tecnología, lo que es clave este año en el cual los fertilizantes tienen precios muy altos y muchos productores apuntan a utilizar menos estos insumos”.
“Además el mercado del trigo está intervenido mientras que el comercio de la cebada es más libre y por eso vemos que la intención de siembra crecería entre 10/15%. Esto significaría una volumen destinado a grano comercial de 5 a 5,2 millones de toneladas sobre una superficie de 1,3 millones de hectáreas”.
Los datos del ministerio de Agricultura hablan de cifras superiores para la campaña pasada pero incluyen el uso tranqueras adentro del grano que no entra en el circuito comercial.
Ayer largamos la siembra de cebada ql norte del partidonde Dorrego. Temprano? Sí, pero buscando escapar al estrés térmico en el llenado de granos. @CebadaCervecera @richardbindi @BichosdeCampo @juanmartinmelo @JuanBerretta26 @PecoAz @Damiantwr pic.twitter.com/z06GWoYgrL
— fidelcortese (@fidelcortese) May 4, 2022
En este contexto, y con stocks ajustados, se estima que los precios seguirían firmes hasta mediados de 2023, cuando llegue la nueva cosecha del Hemisferio Norte, “porque la siembra si bien crece 10% en Europa, sube en Argentina pero baja en Australia y en Canadá a manos del trigo y la colza”.
En cuanto a los precios, Cattaneo dijo que la demanda ya salió a ofrecer precios de 320 dólares por la forrajera a enero y 350/355 dólares por tonelada de cebada cervecera. La diferencia respecto de los valores promedio de los últimos años, que rondan los 170/180 por la forrajera y los 210/220 por la cervecera, es muy importante.
Cattaneo explicó que sembrar una hectárea de cebada antes costaba 700/800 dólares y en este ciclo eso se fue a 1200/1300 dólares por la suba de los diferentes insumos. A pesar de esto “el cultivo sigue teniendo rentabilidad, pero el problema es la inversión inicial y la financiación que se tenga para la compra de insumos que estimamos se usarán menos”.
-En este contexto, ¿por qué no crece más la cebada?
-No todos tienen el dinero necesario, otros ven la posibilidad de ir directo a gruesa para escapar de los temores al impacto del clima y otros buscan pasar por un cultivo de cobertura que mejore la disponibilidad de nitrógeno -como la vicia- o se encuentran a la espera de una baja en los fertilizantes.
El especialista dijo a pesar de los buenos precios y la rentabilidad estimada, la incertidumbre también condiciona un mayor crecimiento de este cultivo y que por eso hay demoras en las tomas de decisiones a pesar de que ya comenzó la siembra en algunas zonas.