Ana Carolina de Haro vive en El Timbó, en Burruyacu, Tucumán, y lleva 21 años dedicándose a la apicultura. Comenzó en 2000 trabajando para otros apicultores, de quienes aprendió el oficio, hasta que en el 2005 creó su propio emprendimiento de producción y venta de miel. Como le llaman “La Carola”, creó la marca “La Carola Miel”. También produce polen, jalea real y propóleo.
-Contanos cómo te nacieron las ganas de ser apicultora.
-Todo empezó porque los apicultores trasladan sus colmenas en busca de flores específicas y la mayoría de los apicultores de la provincia, como también de otros lados del país, vienen a Timbó a hacer temporadas con sus colmenas, debido a que esta zona es eminentemente de producción citrícola. Las abejas acá dan una miel de azahares, bien clara, de alta calidad, que se exporta. Comencé acompañando a un grupo proveniente de Paraná y de Santa Fe, que venía a colocar sus colmenas en nuestra zona. Como yo vivía en Timbó trabajando y estudiando, sabía dónde colocarlas. Y sabía que de octubre a noviembre es la primera floración de la naranja. Luego viene la de mandarina, luego, la del pomelo, y por último la del limón, que es de dónde más liban las abejas y sacan más miel. Es una miel de citrus, deliciosa, típica de nuestra provincia y de nuestra zona.
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-¿Cómo decidiste armar tu propia PyME?
-Pasé cinco años aprendiendo de aquellos apicultores y los acompañé también a Catamarca, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago. Y comencé a tomar cursos hasta que en el año 2005 me animé a crear mi emprendimiento con mi propia marca. Poco a poco fui creciendo, con la ayuda de mi familia y de amigos que son como mi familia. No tengo empleados. Hoy tengo 500 colmenas, pero acá en Timbó sólo tengo unas pocas de las que cosecho miel de azahares, porque es una zona muy fumigada. De modo que a la mayoría de las colmenas las tengo en Santiago del Estero, donde aún se conserva mucho monte nativo.
-¿Es muy diferente la miel?
-Las abejas allí liban de una gran variedad de flores -unas cuarenta- sobre todo en las de algarrobos, quebrachos, mistoles, chañares, atamisquis. Se llama miel de monte, de sabor más intenso, de color bien oscuro y más aromática. Es ideal para endulzar, cocinar y aderezar carnes.
-¿Entonces no vendes solo miel sino diferentes productos?
-Vendemos miel clara de citrus, miel oscura de monte, miel cristalizada… La miel es líquida y se cristaliza con el frío o con el paso del tiempo. Esa cristalización garantiza la pureza de la miel, porque si es impura, no se cristaliza. Además, vendemos polen, jalea real, propóleo y miel en panal. Polen de citrus y también de palta, porque en Timbó hay bastantes cultivos de palta. Este polen es de muy variados colores. En Santiago, la mayoría del polen sale del algarrobo porque da muchísimo polen.
-¿Cómo les está yendo en este tiempo de cuarentena?
-Durante la pandemia obtuvimos un permiso como trabajadores esenciales y por eso hemos podido ir a Santiago y vender en San Miguel de Tucumán. Y creció la venta de miel a causa de la demanda de productos que contribuyen a la salud de la gente, de modo que esta crisis nos ha favorecido, sobre todo en cuanto al polen y a la jalea real.
-¿Dónde se consiguen sus productos?
-Nuestro producto se consigue en dos puntos fijos: en mi casa, acá en Timbó, sobre todo los sábados y domingos; y en la casa de mi mamá, que vive en San Miguel de Tucumán, la capital, porque ella también vende. Durante la semana también vendo en una feria municipal que se llama “El Mercado en tu barrio”, lunes, miércoles y viernes en distintas plazas de la capital, por las mañanas.
-¿Dónde cosechan, fraccionan y envasan la miel?
-Varios apicultores realizamos la extracción de la miel santiagueña de monte, en Beltrán. Y la envasamos en San Miguel de Tucumán. Pero ya tenemos planificado remodelar un galpón que está al costado de mi casa, y transformarlo en sala de extracción y de envasado, que llamaremos “La casa de La Carola”. Para convertirnos en granja educativa, elaborando a la vista de los clientes, con visitas guiadas, con prácticas a quienes se animen a cosechar la miel y dando charlas con perfil agroecológico.
-¿Y qué es lo que te interesa enseñar a los chicos?
-Por ejemplo: ¿Sabían que un kilo de polen tiene más proteínas que un kilo de carne? ¿Que para reunir 1 kilo de miel, las abejas deben visitar 4 millones de flores y volar 4 veces la distancia alrededor de la tierra? ¿Qué cada abeja obrera realiza entre 10 y 15 vuelos diarios, volando entre 40 y 100 kilómetros al día a una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora, durante al menos 21 días? ¿Qué las abejas contribuyen a la polinización de al menos 170.000 especies de plantas?
-¿Qué es polinizar?
-La abeja y La mariposa tienen el mismo objetivo de polinizar, que consiste en transferir el polen de una flor a otra, el cual garantiza que las plantas produzcan semillas y frutos, y que estos y los vegetales logren mayor tamaño y mejor calidad. ¿Sabían que el monte se va reduciendo y las fumigaciones de los campos van provocando que busquemos cada vez más lejos dónde colocar las colmenas? Antes se llevaban las colmenas a diversos lugares, pero con el aumento del precio del combustible, esto se hace más difícil y en definitiva, no se logra la mejor miel posible.
-¿Tu futuro te lo imaginás siempre entre mieles?
-Amo mi trabajo y tengo amor por las abejas. Curiosamente mi mamá me contó que mi abuelo -que fue encargado de granja en la Facultad de Agronomía de la capital- tuvo colmenas y siempre le gustó el mundo de las abejas. Me apasiona trabajar y vender un producto que contribuye a la salud de la gente. Quiero dedicar más tiempo a la educación, a transmitir los conocimientos del mundo fascinante de las abejas, su importancia por lo que ellas aportan a la biodiversidad, de dónde sale la miel, dónde y cómo se procesa, y cómo debemos cuidar el medio ambiente.