Cualquier mal pensado diría que los aprietes que estuvieron recibiendo en los últimos días varios frigoríficos exportadores a los que les costaba acceder a los DJEC (los permisos oficiales para enviar carne vacuna al exterior) tenían que ver con los anuncios que esta tarde realizó el ministro de Economía, Sergio Massa, para intentar paliar el impacto de la suba nominal de los precios de la carne vacuna.
Es que uno de los pedidos concretos que el secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, hizo a los frigoríficos que conforman el Consorcio ABC es que se pongan en línea con la pauta general de aumentos de precios que el gobierno intenta imponer a toda la economía, que es del 3,2% mensual. Para eso, se pactó con ellos -a veces con la fuerza, a veces con la razón- un nuevo listado de precios para los siete cortes que no se pueden exportar desde el 31 de diciembre de 2021. Formarán parte del nuevo programa de “Precios Justos” y se actualizarán recién el próximo 30 de junio, partiendo desde los siguientes valores:
Nada nuevo bajo el sol, entonces. Según lo explicado por los funcionarios de Economía, la idea es mantener una oferta constante de esos siete cortes de consumo popular en las bocas de expendio que usualmente atiende ese grupo de frigoríficos, responsable del alrededor del 30% de la faena total de bovinos del país. Es decir, como sucede desde los remotos tiempos de Guillermo Moreno, la oferta de cortes baratos se limitará a las grandes cadenas de supermercados y a las carnicerías propias de dichos frigoríficos.
La diferencia con otros tiempos pasa por la cantidad de carne que Tombolini pretende que los frigoríficos vuelquen al mercado local en el marco del programa de “Precios Justos” y que muchas veces los obliga a vender esos cortes a pérdida o muy cerca de los márgenes negativos. Hasta ahora, eran solo 6000 toneladas por mes. Pero el equipo de Massa pretende que sean 15.000 toneladas, es decir, que casi la oferta se triplique respecto de los niveles actuales.
En su momento, cuando negociaban un acuerdo en el mismo sentido con el ex secretario Roberto Feletti, la pretensión del funcionario era que los socios del Consorcio ABC estiraran su oferta de carne barata a unas 13.000 toneladas mensuales, algo que los empresarios se negaron a hacer aduciendo que era imposible. Por eso, luego de varios dimes y diretes, las ventas de carne barata a supermercados permanecieron en el piso original de 6000 toneladas. En la presentación realizada este lunes por Tombolini, el secretario incluso dijo que se cumplía apenas una parte de ese acuerdo con unas 3000 toneladas mensuales.
La dificultad es que el mercado interno de carne vacuna absorbe unos 180.000 o 190.000 toneladas al mes, por lo que hablar de 15.000 toneladas significa obligar a los frigoríficos exportadores -que representan el 30% de esa torta- a cubrir cerca del 8% del total. Pero como a eso el secretario de Comercio sumó otras 3000 toneladas de los supermercados COTO y La Anónima, se llegaría a 18.000 toneladas de oferta de carne barata, el 10% del consumo.
Las exportaciones de carne vacuna, por otro lado, suman unas 50.000 toneladas mensuales, que las empresas del Consorcio ABC y los grupos de productores exportadores deberían poder colocar a buenos precios y sin restricciones para poder compensar la pérdida asumida por participar (compulsivamente) en el plan oficial de “Precios Justos”.
La venta de asado a 1035 pesos por kilo -cuando en el resto de las carnicerías está a unos 1.800 pesos en promedio- es un pésimo negocio para ese grupo de empresas, que además viene reclamando por liberar algunas restricciones a las exportaciones y porque ya no ganan tanto dinero como antes por sus embarques de carne, debido a que los precios internacionales cayeron tanto en China como en Europa, a lo que hay que sumar que el dólar oficial atrasado no llega a compensar los incrementos de costos. Por eso, los líderes del Consorcio ABC estuvieron reclamando -sin ningún resultado visible- a Massa la creación de un “dólar carne”, como el que rigió para las exportaciones de soja en septiembre y diciembre de 2022. Frío frío por el momento.
“Los siete cortes de carne son asado, nalga, matambre, vacío, falda, paleta y tapa de asado. La comercialización se realizará todos los días en supermercados e hipermercados y carnicerías de frigoríficos. Se trabajará con los supermercados nucleados en ASU, CAS y FASA los días de ventas de estos cortes”, se esperanzó un comunicado de Economía, que ya fracasó en este interno en varias ocasiones.
En las últimas jornadas, como para que las plantas de faena exportadoras no se retoben a estas nuevas exigencias del programa antiinflacionario de Massa, el subsecretario de Mercados Agroalimentarios de la Secretaría de Agricultura, Luciano Zarich, estuvo retaceando la oficialización de los permisos de embarque a algunas empresas, a las que exigía que declaren valores diferentes a los reales del mercado. Pese a que en las últimas semanas los precios de exportación se habían recuperado algo respecto de fines de 2022, el funcionario pretendía que las empresas declarasen por un número 30% menor del último precio de referencia fijado por el Estado el año pasado.