Los cítricos argentinos quedaron afuera del mercado europeo por la detección de un hongo llamado Mancha Negra en lotes de limones y también en algunos cargamentos de naranjas producidas en el NOA (Noroeste). En el sector creen que se trata de una medida para-arancelaria propia de las situaciones de crisis económicas como las que genera el coronavirus, en las cuales los compradores se agarran de lo que tienen a mano para justificar la cancelación de las compras.
Fernando Borgo, productor entrerriano y dirigente de la Federación del Citrus (Fecier) de esa provicnia, describió la situación: “Fue como pegarse un tiro en los pies”, evaluó.
Es que los productores de cítricos del NOA, que en algunos casos son grandes empresas, ya habían detenido a principios de julio sus embarques hacia el viejo continente, cuando ya habían prácticamente concluido con la temporada. Pero en el Noreste (NEA) se hacen cítricos dulces (mandarinas y naranjas) y la campaña de exportación hacia Europa recién estaba comenzando. Y es el mercado que mejor paga: Se estiman que las pérdidas pueden superar los 40 millones de dólares.
“Había expectativa porque es un buen mercado. La verdad es que esta decisión nos complica”, dijo Borgo, que se manifestó “caliente” por la situación. A su juicio, las grandes limoneras deberían haber detenido mucho antes sus embarques, a la luz del número de “intervenciones” sanitarias sobre los cargamentos que estaban enviando a Europa. Ahora pagará las consecuencias el sector más débil de la cadena citrícola local.
Demasiado dependientes de un mercado local con poca capacidad adquisitiva, los productores de naranjas y mandarinas del Litoral venían buscando con desesperación incrementar sus exportaciones, que habían caído a mínimos históricos en los últimos años, cercanos al 15% de la producción total. Esta decisión le pone un freno a esas posibilidades.
Escuchá la entervista con Fernando Borgo:
Borgo explicó que la Mancha Negra es una plaga “de difícil control y hay que hacer inversiones para controlarla. Se necesita de mucha poda, trabajos culturales, cosechar la fruta en tiempo y forma, tener en definitiva buen manejo y tecnificación; usar productos buenos y tener que estar cada vez tecnificándose con insumos nuevos y amigables con el medio ambiente pero que den buen abanico de protección. Cuando venís mal todo eso no se hace”, acotó.
El productor y dirigente considera que esas enfermedades son la expresión de la falta de rentabilidad que en los últimos años afecta a esta y a otras economías regionales. Por la falta de recursos entonces no se invierte ni se toman las medidas de control suficientes.
Al respecto explicó que este año hubo una caída del 30% en la cosecha y eso permitió una recuperación del valor de los cítricos dulces. Por caso, por las naranjas se pagó en promedio de 5 a 8 pesos aunque algunos llegaron a vender a 12 pesos el kilo.
Borgo lamentó profundamente la pérdida del mercado internacional que mejor paga porque “sabemos que la post pandemia va a ser dura. Tuvimos este año un mercado interno favorable porque hubo menos cítricos, pero sabemos que cuando arranque esto de vuelta la gente que había priorizado el gasto en alimentos ahora tendrá otras prioridades y tenemos un mercado interno con mucha pobreza”, recordó. De allí que exportar era tan importante.
El año pasado, Bichos de Campo realizó un programa especial sobre esa economía regional, en momentos en que atravesaba lo peor de la crisis:
Si es bueno la exportación pero el productor cobra en el mejor de los casos 8 10 pedo x kili Al consumidor llega 80 pesos x kili y eso se tiene q acabar…