Hace ocho años que la firma Biofilm se ocupa de fabricar, en su planta en la localidad de Lobos, bioinsumos que tiendan a eficientizar las aplicaciones, al tiempo en que se reduce la huella de carbono en la actividad agrícola. Es por eso que para sus directivos, las presiones por aplicar los puntos de la Agenda 2030 en la agricultura local no les resultan del todo ajenas.
“Nosotros, y el sector mismo, validamos hacer una agricultura más eficiente y más sustentable, tratando de bajar la carga de químicos. Pero sabemos que hay que convivir porque es imposible pasar a cero. Nos parece un punto utópico, aunque sí nos parece importante usar productos y tecnologías para ir bajando la carga, y usar químicos más amigables con el medio ambiente”, dijo a Bichos de Campo Matías Lopresto, ingeniero agrónomo y directivo de Biofilm.
“El planteo de la agenda es una forma también de ir concientizando a todos sobre la necesidad que tenemos de cuidar el planeta, de hacer una agricultura más sustentable y de cuidar los recursos que tenemos. Para mí está bien darle la visibilidad que se merece, no me parece que sea un tema menor. Me parece que hay un montón de empresas trabajando en este sentido y considero que Biofilm es una de ellas”, sostuvo a continuación.
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-Si ya estamos en el sendero que nos marcan los europeos, en vez de imponer las cosas, ¿cómo te imaginás que debería ser la discusión a nivel global?-le preguntamos.
-Me parece que hay que tratar de premiar al que hace las cosas diferente, que eso tenga un valor distinto. Si todo el mundo está hablando de que hacer las cosas bien o hacerlas mal es distinto para el impacto del planeta y el cuidado del medio ambiente, ¿qué le reconocemos al que hace las cosas bien? Me parece que un producto terminado que se que no tiene trazabilidad, o en el que la carga que se usó fue distinta a la de alguien que aplicó tecnología de punta e hizo uso de biotecnología, que hizo uso de químicos que tengan menor impacto ambiental, que respetó las buenas prácticas, no tiene que ser tratado igual que quién sí lo hizo, que tiene al final del día un producto de mayor valor.
-Entre los objetivos que fija la Unión Europea con su agenda 2030, está el de reducir drásticamente el uso de agroquímicos y reemplazarlos por bioinsumos. ¿Es ambiciosa esa meta?
-Me parece que el planteo está bien. Lo que también uno ve es que de repente hay situaciones donde se tiende a la prohibición total y por ahí no estás preparado. Hay que trazar una línea, hay que hacer un plan integral, hay que pensar realmente si ese producto es reemplazable o no. Me parece que tiene que ser algo consensuado entre el sector agropecuario productivo y las políticas que tienden al cuidado del medio ambiente.
-Finalmente parece que el sector ay estaba metido en el baile sin darse cuenta, por lo que la imposición no tendría razón de ser.
-Obviamente que uno no tiene una encuesta de cuántos están alineados. Pero lo que veo del sector y de todas las empresas es que estamos todos tratando de hacer la producción más eficiente y sustentable.