Los abuelos de Juan Kutulas llegaron a Antofagasta, Chile, provenientes de Grecia y Croacia. Allí armaron la primera explotación agropecuaria hasta que su padre decidió radicarse en Salta en el inicio de la década del 70.
Desde entonces desarrollaron una importante empresa agropecuaria que produce los granos en el norte de la provincia, que luego consumen los cerdos en la granja “El Nuevo Cerdo” y las gallinas ponedoras en dos establecimientos: Huevos K y Astillas de Plata.
En las dos granjas de ponedoras se producen cerca de 800 mil huevos diarios. Parece un número enorme pero dice Kutulas que en realidad el sector en Argentina está atomizado y que no hay emprendimientos tan importantes como en Estados Unidos, donde algunas empresas producen 3 millones de huevos por día, y Paraguay, donde el sector está más concentrado y tiene firmas que producen más.
Kutulas explicó que estar radicado en Salta tiene sus pros y sus contras. Por un lado están lejos de los grandes centros de consumo, como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, lo que implica un mayor gasto en flete, pero al mismo tiempo el grano que se produce en la zona es más barato por tener menos demanda y por la incidencia justamente del flete a puerto.
Pero ese no es el mayor problema del sector avícola sino los inconvenientes que generó este año la intervención del gobierno en el mercado, a través del programa de precios máximos.
El arranque de la cuarentena coincidió con el momento estacional de mayor suba de precios, lo que potenció los incrementos, y los funcionarios, ni lerdos ni perezosos, le metieron mano al comercio de huevo generando más problemas. Esas dificultades fueron planteadas recientemente al ministro de Agricultura Luis Basterra.
Escuchá la entrevista completa a Juan Kutulas:
Así lo explicó Kutulas: “el 2019 fue muy malo, con rentabilidad negativa, el precio se empezó a despertar en febrero y marzo y con la cuarentena, la suba fue mucho mayor por aumento del consumo. Entonces se armó la polémica de si el productor retenía, pero eso no sucede, el huevo se vende fresco a los pocos días de producido”.
En ese momento arrancó la restricción del gobierno que le puso precios máximos a los huevos en la venta de supermercados. “Eso nos quitó el veranito que sirve para pasar el año y se nos complicó el tema. Hoy tenemos menos consumo, subió la oferta y estamos más abajo que los precios que podríamos haber tenido en marzo”.
Según Juan Kutulas el mercado del huevo está atomizado y sólo regula producción y oferta según las señales de precios que se van recibiendo, pero consecuencia de la intervención del mercado esas señales son negativas, está condicionando la producción e impactará en la oferta del año próximo, por lo que para fines del verano podría haber una suba mayor de precios.
“El productor no pudo hacer su colchón, muchos están en quebranto y en marzo va a volver a faltar el huevo”, indicó.
El empresario señaló luego que el precio del huevo, que se mide por cajón de 30 docenas, llegó este año a un precio de entre $2400 y $2500 pesos, y que hoy ronda los $1800 y los $1900, con un piso por el huevo blanco chico de $1600. “Son valores que no cubren costos, quizás el del alimento sí, pero no el de la reposición de las pollas y ni hablar de amortización u otros costos.”
Para Kutulas el ingreso mínimo de las granjas por cajón no debería ser menor a $2 mil o más “para tener rentabilidad, pero el límite inferior será de 2 mil pesos porque subieron los granos, envases, sueldos” por citar solo algunos ejemplos.
Finalmente consideró que el Estado “no se tiene que meter en algunos mercados, no es el huevo el lugar, solo nos regulamos y nos metemos en el pozo porque crecemos en producción” y consideró que por el contrario “se debe apoyar a la producción agropecuaria que es la que va a sacar al país adelante”.