El presidente de la Cámara Argentina de Feedlot, Juan Eiras, sostuvo que la ocupación de los corrales de engorde de vacunos se ubica en el 50% de la capacidad instalada y consideró que la recuperación en el primer semestre estará afectada por la suba en el precio de los granos, la baja demanda de consumo y los altos precios de los animales.
En un extenso reportaje con la agencia Télam, el presidente de la entidad no ve en el corto plazo una baja “importante” de los terneros ni así tampoco en el valor de los granos.
-¿Cómo fue el año 2020 para el sector?
-Hasta marzo parecía un año de mucha abundancia, tanto de granos como de hacienda para engordar. Había muy buenas expectativas, pero la pandemia generó dos situaciones: en el aspecto interno generó un trastorno, sobre todo en la industria frigorífica por contagios, pero lo que cambió fue el escenario mundial, que complicó al exportador de carne por las restricciones y las bajas en las compras. Pero también empezaron a aumentar los precios de los granos por una gran demanda. Esto hizo con los cereales y oleaginosas tuviera un incremento en dólares e hizo que a la inflación argentina se le sume una inflación en dólares, A partir de aquí, nuestro costo de producción, compuesto en un 60% por el animal a engordar y 40% su alimento, duplicó su valor a lo largo del año.
En el otro extremo, el animal flaco o a engordar tuvo un aumento muy importante (de 120 pesos por kilo en diciembre de 2019 a 168 pesos en el mismo mes de 2020), porque se convirtió, por la macroeconomía y el escenario de pandemia, en un reservorio de valor, que hizo que mucha gente retuviera o comprara ganado, porque no quería tener pesos en su poder. Esto le dio una firmeza inusual al mercado de invernada. Se combinó su suba con la de los granos, sin que el mercado interno pueda responder a esa expectativa.
Recién tuvo la reacción (suba de precios al consumidor) a fines de noviembre, lo que alcanzó a compensar el último trimestre, pero tuvimos dos trimestres con pérdidas muy importantes, y terminamos 2020 con un nivel de actividad muy deprimido, solo con un 50% de actividad y a marzo no hemos podido recuperar ni un punto.
-En ese contexto que describe y la suba que todavía continúa en dichos precios, ¿El sector lo puede seguir afrontando?
-El feedlotero es al que más le cuesta y es el que menos puede trasladar, porque no acompaña el consumo interno, sino los precios serían más altos. El problema es que tiene que duplicar su capital de trabajo en un año por la situación que afrontamos y venimos de meses y meses de resultados negativos. Cualquier industria hubiese bajado la llave de la luz. Hace seis meses que nos mantenemos en ese piso de 50% de capacidad instalada ocupada. Si uno hiciera la números, tendríamos que estar en menos.
-¿Ve que esta ocupación del 50% se pueda extender en el año?
-Vemos el primer semestre jugado a estos niveles de oferta y no vemos para nada un reacomodamiento a la baja en el precio. Sí entendemos que la cadena comercial puede buscar situaciones donde puede ubicarla (la carne) en valores más racionales, como muchas cadenas de carnicerías y supermercados lo hacen, pero desde la producción no veo en el animal una baja. Después, depende de la economía en su conjunto.
Hay factores para reactivar el consumo que van mas a allá de la producción. La carne es un elemento que cuando el bolsillo del argentino tiene un poco de comodidad, esté en el estrato que esté, se ve una reacción en el consumo.
-¿Cuáles serían las soluciones a estos problemas?
-El tema de la alimentación no tiene solución a mediano plazo. No se ve ninguna alternativa. En el caso del valor del ternero, entendemos que con el correr de la zafra (que comienza en estos días), que es cuando se vende la mayor cantidad de hacienda que el criador tiene, va a depender mucho de la necesidad de venta (del productor). La oferta va a ser suficiente, porque hay 14 millones de terneros para comercializar. Ahí no está el problema, sino que está en si la va a comprar un engordador o alguien para reserva de valor.
Uno no vislumbra que ni en el gordo (animal terminado), en el flaco (animal para corral) o en los granos una baja importante. Va a ser un año de tensión entre las partes.
-¿Ve que hay margen para que siga subiendo el precio de la invernada o de la carne?
-El precio de la invernada lo vemos estabilizado y tendría que tender a la baja leve. El precio del animal gordo lo va a determinar la oferta y la demanda. En los próximos tres meses sabemos que esa oferta va a ser baja, y que la demanda también está baja.
Un aumento de 10 pesos por kilo a nosotros como productores finales del novillito, nos acomoda un montón la cuenta. Esos 10 pesos se tendrían que trasladar a términos de mostrador a 30 pesos, pero Argentina no funciona así. Los 10 pesos se pueden convertir en 80 en un mostrador.