Jorge Chemes, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), no participó de las reuniones del flamante Consejo Agroindustrial Argentino con la senadora Cristina Kirchner ni con el presidente Alberto Fernández y parte de su gabinete. Tampoco lo hicieron sus pares de Federación Agraria y Coninagro, las otras dos entidades de la Mesa de Enlace. La razón, en principio, es que todos ellos están pasando la cuarentena en sus respectivas provincias. Sí estaba en Buenos Aires Daniel Pelegrina, el presidente de la Sociedad Rural, pero esa entidad ha decidido mantenerse fuera de las negociaciones para ver si el agro y el gobierno logran conciliar en torno a una ley de promoción de las agroexportaciones.
-¿Qué te parecieron esas reuniones? ¿Le asignas algún valor especial?- le preguntó Bichos de Campo al presidente de CRA.
-Sin duda. Siempre hablar con el Presidente tiene su valor y genera una expectativa mucho mayor que cuando hablás con los ministros. Lo que creo es que este proyecto que se le está presentando al Presidente se lo pueda hacer representativo de todos los eslabones de la cadena, que creo que ese es el espíritu y el objetivo, y que todos los eslabones podamos acceder a los beneficios de este crecimiento de las exportaciones, que no deja de ser importante. Llegar a los 100 mil millones de dólares de exportaciones le vendría muy bien no solo al sector sino al país, sería un logro muy bueno para el momento que viene. Pero vuelvo a insistir: realmente debería primar el respeto a todos los sectores para que todos tengan el mismo valor en esta cadena.
-Hago una lectura periodística: Vos estás insinuando que se corre el riesgo, si no se hace un proyecto equilibrado, que algunos sectores saquen provecho sobre otros. ¿Ese es el escenario que te gustaría evitar?
-Exacto. Y si me permitís, me gustaría decir, y con todo respeto lo digo, que en la historia de la Argentina, cuando vos analizar estas situaciones siempre el eslabón de los productores fue el que no pudo gozar de los beneficios. Entre comillas y con mucho respeto, porque hay algunos que se van a enojar, siempre la producción estuvo subsidiando a la industria, y siempre cargó con el mayor peso impositivo. Entonces creemos desde CRA, que el equilibrio que podamos mantener en los beneficios de este proyecto sería sumamente importante, básicamente para que el eslabón productivo pueda sentir el alivió impositivo, que es lo que en este momento necesita el productor. Este proyecto necesita de la producción primaria , porque si bien va a tener mayor valor agregado lo que se exporte, el volumen de la producción va a ser muy importante en el éxito del proyecto.
Mirá la entrevista con Jorge Chemes:
-Todavía falta que se escriba el proyecto final, pero en todo caso el plan otorgaría una serie de estímulos para que se exporte más volumen y con mayor valor agregado. Pero tenemos experiencias, como la promoción industrial por ejemplo, en los que este tipo de políticas fueron positivas al principio pero después todo quedó en la nada porque el contexto no era adecuado para producir. La olivicultura de Catamarca, por ejemplo…
-Yo tengo miedo de que ese valor agregado, o ese margen adicional de exportación, termine siendo neutralizado por una caída del volumen de producción. Por ahí va la cosa, espero que se entienda.
-Hay que hablar entonces de retenciones, que son el principal factor que asfixia al productor agrícola pampeano. ¿Ustedes quieren incorporar un horizonte de baja de las retenciones?
-Es fundamental. Ese es el nudo de la cuestión. Cuando yo hablo de presión impositiva. las retenciones son el factor que determina si vos podés llegar a tener algún margen de rentabilidad. Y esto es importante que se tenga en cuenta. Porque si bien en el proyecto se está declamando y muy fuerte que las retenciones significan un impuesto distorsivo, necesitamos que se defina el tema con mayor contundencia.
-¿Cuál es el miedo?
-Cuando se habla de un equilibrio fiscal en ese proyecto, tenemos mucho miedo de que sea a costa de mantener las retenciones. Que se terminen institucionalizando y que se terminen convirtiendo en la herramienta fundamental para equilibrar el faltante de dinero. Trato de ser lo más claro posible: No queremos ser el factor de regulación del déficit fiscal.
-En el gobierno de Mauricio Macri hubo un cronograma de desgravación que a los dos años se volvió a revisar y nunca más se volvió más a hablar de un horizonte. ¿A vos te parece que debería existir ese horizonte? ¿Que la ley establezca que a medida que aumentan las exportaciones podríamos ir bajando el impacto de las retenciones?
-Lo que acabas de decir es clarísimo. Si yo le marco al productor un horizonte de que le van a ir bajando las retenciones, que va a tener menos carga impositiva, cierra perfectamente con la necesidad de inversiones. En el campo planificamos para cuatro o cinco años. Entonces si yo le muestro un horizonte claro al productor, el productor se va a meter de cabeza y va a renovar maquinaria, a invertir en fertilizantes, a tratar de sembrar más cantidad de hectáreas. Ahí va a ir a ese objetivo de producir más. Pero solo si le mostramos señales claras. Es lo que venimos insistiendo con todos los funcionarios. Se precisan señales claras que generen confianza, como le pude decir por suerte el 23 de diciembre personalmente al Presidente . En la medida que nadie tenga confianza, nadie va a invertir un mango, ni en el campo ni en el país.
-El hecho de correr del eje a la Mesa de Enlace, para permitir que así fluya la negociación desde un espacio mucho más amplio, debe haber sido una decisión difícil para ustedes como dirigentes rurales. ¿Que valor le das a este gesto?
-Es un gesto que, lo digo humildemente, tiene que ser valorado el que nosotros como Mesa de Enlace nos hayamos insertado en una mesa donde existen casi 40 entidades. Este gesto de humildad que tenemos, sin duda ayuda a toda la cadena, hacía falta. Pero como respuesta a este gesto, consideramos que la cadena tiene que estar muy equilibrada porque sino hay mucha gente que se va a ver defraudada. En el sentido de decir, yo estoy resignando ciertos espacios y lugares de entidades que representamos al campo, pero para nada.
-De todos modos, hay una desconfianza mayúscula de los productores contra actores que integran este Consejo Agroindustrial. Allí hay muchos sectores que en algún momento han lucrado con la intervención de Guillermo Moreno o los ROE Verde. Tus representados desconfían mucho, pero por otro lado está la necesidad imperiosa de ver cómo empezamos a reactivar la economía. ¿Debe ser un equilibrio difícil para un dirigente agropecuario?
-Totalmente. Estamos en el peor lugar y en el peor momento los dirigentes del campo. ¿Cómo hago yo para convencer a mis colegas dentro de CRA para que vean esto de forma positiva? Para poder confiar necesitamos hechos. Obviamente que las palabras son muy lindas, las promesas y las expectativas son maravillosas. Pero lamentablemente, y tampoco quiero que nadie se ofenda, la historia siempre ha marcado que el sector agropecuario terminó subsidiando a otros sectores de la cadena. Entonces lo que no queremos es que la historia se vuelva a repetir. Que esto definitivamente sea un cambio, donde todo el mundo pueda gozar de los beneficios.
-Vos apostás a creer que estos sectores van a jugar lealmente. ¿Pero le crees al presidente Alberto Fernández y sobre todo a la senadora Cristina Kirchner que hay una vocación distinta para salir de esta lógica de confrontación?
-No quiero que suene como una evasiva, pero yo tengo que creer. Tengo que creer en la medida en que si no lo hago, nos levantamos a la mañana y no tenemos ningún tipo de expectativa y esperanzas. Para poder alimentar esas esperanzas hay que creer, no hay otra posibilidad. En resumidas cuentas tengo que tener esperanzas de que todo marche bien y definitivamente en algún momento este país pueda encontrar un cambio. Hay muchos pesimistas que te dicen que no, que este país no va a cambiar más. Pero tiene que cambiar, hay que hacerlo cambiar. No queda ninguna alternativa. Si no lo que queda es que el último apague la luz.
La baja de retenciones,debe tener ,en forma porcentual,la misma baja,para los productos primarios,como para los agroindustriales.